Friday 26 de December, 2025

POLíTICA | 16-12-2025 02:11

Milei en el Congreso: sin milagró navideño

El Gobierno venía envalentonado, pero sufrió traspiés inesperados con las leyes de Presupuesto y Reforma Laboral. La bronca del PRO y lo que sigue.

Luego de que Javier Milei ganara las elecciones, en octubre de 2023, una máxima se instaló en la mente de muchos popes de la política y del círculo rojo. Era una frase que incluso se derramó en las redes y en el resto de la sociedad argentina: “No va a hacer lo que dice que va a hacer, y en todo caso va a estar el Congreso para frenarlo”. Durante los dos primeros años de su mandato ambas expectativas resultaron ser falsas: el libertario fue tan radical como anunciaba durante la campaña presidencial, y el Poder Legislativo, un lugar donde La Libertad Avanza estaba en clara minoría, sucumbió una y otra vez ante el respaldo popular que el mandatario parecía tener. Era de esperar que, luego de ganar con contundencia las elecciones de medio término, el Presidente intentara una vez más avanzar a toda velocidad.

Este redoble, ya una constante política para Milei, tuvo sin embargo ahora un traspié: contra todo pronóstico, cuando ahora sí tenía mejores números en el Congreso, el oficialismo sufrió serios traspiés. Y, en un polémico movimiento de trasnoche que lo encontró votando junto al kirchnerismo, logró otra vez hacer enojar -¿o perder?- a socios históricos como el PRO de Mauricio Macri. Y todavía quedan varios partidos en lo que queda del año.

De gallos y medianoches

Luego de salir victorioso de la elección legislativa, el oficialismo tenía dos grandes objetivos: uno era aprobar el Presupuesto -la ley de leyes que, por primera vez en la historia democrática argentina, venía sin ser aprobada durante dos años- y la otra era la Reforma Laboral. El último ítem fue un fracaso rotundo -un traspié que ocurrió en el Senado, el lugar donde las culpas se revolean entre la jefa del bloque, Patricia Bullrich, y el ministro del Interior, Diego Santilli-, y su tratamiento se pateó al menos hasta febrero. En cambio, el Presupuesto tuvo media sanción en Diputados, pero con un recorte significativo para la óptica del Gobierno: el oficialismo intentó agregarle un artículo que daba marcha atrás con las leyes de financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad.

Esos dos ítems fueron votados en este año, producto de una enorme tensión en el Congreso y en la sociedad, que incluyó el capítulo del oficialismo vetando esas leyes una vez establecidas y un rechazo a ese veto en las Cámaras. Para Milei, estos elementos son los que le impiden llegar al tan ansiado “déficit cero”. Luego el libertario mantuvo una charla con Luis Majul en La Nación +, donde se refirió al tema. “Lo que sí vamos a hacer es acomodar las partidas, lo vamos a corregir por la vía de la reasignación de gastos”, dijo sin dar demasiadas precisiones. 

Sin embargo, el ida y vuelta en el Congreso tuvo un capítulo que despertó aún más temperatura. Fue la votación, a altas horas de la madrugada, de tres nuevos miembros para la Auditoría General de la Nación: Rita Mónica Almada por el oficialismo, el cristinista Juan Ignacio Forlón por Unión por la Patria y Pamela Calletti, de Innovación Federal y que responde al gobernador salteño Gustavo Sáenz. Las designaciones, en ese organismo clave que se encarga de auditar al Ejecutivo nacional y suele ser un lugar del más alto toma y daca de la política, expresaron el nuevo mapa del oficialismo ampliado: en vez de recostarse sobre el PRO, como hizo durante los primeros dos años, el Gobierno prefirió pactar una alianza con los gobernadores y los K. Esa nueva premisa ya se venía viendo en la previa de la votación al Prespuesto, cuando el Ejecutivo tuvo un récord de transferencias hacia las provincias en calidad de ATN, caja que hasta entonces el mileísmo había optado por no soltar. 

El espacio de Macri no hizo esperar su reacción. A través de un comunicado oficial y de Cristian Ritondo, el jefe de la ahora reducida bancada PRO, expresaron su bronca. Aunque en la superficie las denuncias -incluso una judicial, ya que el macrismo asegura que no era el momento de tratar las nuevas designaciones en la AGN- apuntan a un “pacto con los K”, el fondo es haber sido desplazados como los interlocutores predilectos del Gobierno. Milei podría decir que eso responde a una cuenta muy clara: cuando comenzó este año los amarillos juntaban 35 bancas, y hoy, luego de las elecciones, apenas llegan a doce.

La agenda política seguirá ahora en el Senado. Ahi será el terreno donde se intentará convertir al Presupuesto en ley. Por ahora, el Gobierno juega con que va a introducir algunas modificaciones para ajustar gastos, pero que serán menores y que el objetivo central es que sea aprobado antes de fin de año. El 2025 cierra peor de lo que a Milei le hubiera gustado. 

Galería de imágenes

En esta Nota

Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

Comentarios