"Aunque nos derriben mil veces, mil veces volveremos", reza una famosa frase del general Juan Domingo Perón perfectamente, describir la situación política actual. El triunfo de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, los líderes del Frente de Todos, no sólo significó el fin del mandato de Mauricio Macri sino que representa el retorno del peronismo al poder.
El “#NoVuelvenMás”, que reproducía Juntos por el Cambio en las redes sociales, parece haber sido demasiado pretensioso para referirse a un movimiento que trasciende generaciones y que gobernó Argentina durante 24 de los últimos 36 años. Es más, la unión del movimiento fue clave para este triunfo de esta alianza kirchnerista-peronista, que surgió el pasado mayo cuando CFK decidió dar un paso al costado y poner a Fernández como candidato.
Ese acto de la ex presidenta permitió conformar un frente que había quedado muy fragmentado luego de la dura derrota de 2015. El resto de la historia es conocida: una crisis económica, causal del descontento de gran parte de la población argentina, hizo posible que el Partido Justicialista volviera, haciendo honor a las palabras de su creador. “La forma de reaccionar ante este capitalismo exacerbado era la unión para la circunstancia electoral y por la posibilidad de sacar del camino a este sector tan explotador, tan indiferente que lleva su poder y su riqueza a una dimensión absolutamente ridícula y dolorosa”, explica ante NOTICIAS Mario Ernesto O'Donnell, más conocido como Pacho, escritor, médico psiquiatra, historiador y político.
Tal vez por casualidad o designio del propio movimiento, el peronismo regresa al poder y se enfrenta con un país sumergido en una crisis económica y ante un panorama incierto, donde los sectores populares son los más afectados. “El gobierno de Fernández se va a enfrentar a enormes dificultades. Macri deja un país devastado, con las peores cifras imaginables y con índices denigrantes. Realmente, volver a poner en marcha este país no va a ser nada fácil. Pero indudablemente el peronismo repetirá algo que es consustancial a su ADN, que es la preocupación por las sectores sociales”, afirma O'Donnell.
Asimismo, el historiador y analista político se refirió a los orígenes del peronismo, a sus fortalezas y debilidades, y se animó a vaticinar sobre el futuro gobierno de Fernández.
Noticias: ¿Cómo considera que será esta nueva etapa del peronismo? ¿Cree en slogan de campaña "volvemos mejor y renovados"?
Pacho O’Donnell: Creo que con el triunfo de Fernández volverá la preocupación por el bienestar de los sectores populares, cosa que también hicieron los Kirchner en su gobierno, y eso significará el enojo de los sectores ricos, dominantes, que siempre consideran que el dinero destinado a programas sociales es un dinero que les es restado a ellos. Asistiremos a la lucha, a la continuidad de los conflictos de clase representados por los sectores que se reagruparán no sé si entorno a Macri, pero sí con sectores que podríamos llamar defensores del status quo, porque eso es la derecha. El peronismo es el representante de un populismo -una palabra que ha sido desgastada no casualmente por los sectores que han decidido catalogarlo como algo malo- que significa dentro de la inevitabilidad de una organización capitalista, un gobierno que se ocupa de los sectores más vulnerables.
Noticias: ¿Cómo podría explicar que el peronismo divida tanto las aguas? Es difícil ser indiferente al movimiento: o se lo odia o se lo elige.
O’Donnell: En el peronismo está, claramente, inscripta la lucha de clases. Para interpretar la historia argentina, y seguramente también la universal, uno no puede sino acudir a la lucha de clases, a la lucha de intereses entre los sectores dominantes y los sectores postergados. Son intereses inconciliables que en cierto momento pueden llegar a acuerdos, que se parecen a la paz, pero los conflictos siguen latentes; y que en otros momentos explotan viva y sangrientamente, como ha pasado en distintos pasajes de nuestra historia. La última en la época de la ominosa dictadura militar. En la actualidad hemos visto la disputa entre Macri y Fernández que es claramente una disputa de distintos representantes de las clases. Por ejemplo, no es casual que Fernández gane ampliamente en La Matanza y que Macri, en cambio, haga una buena elección en la zona de Vicente López. Esto es un reflejo de la pertenencia de cada uno de esos sectores y lo que significa en relación a la sociedad.
Noticias: ¿Por qué el peronismo se convirtió en un movimiento político que trascendió al mismo Perón?
O’Donnell: El peronismo respondió a la necesidad de los sectores mayoritarios, es decir los sectores trabajadores, de tener participación en los hechos políticos públicos. En la Argentina el movimiento conservador había tenido una ciega indiferencia, una equivoca convicción de que sus privilegios tenían un origen natural que no podían sino perpetuarse. Y Perón fue un hombre que interpretó el movimiento de la época, porque el líder no es tanto aquel que genera una situación sino aquel que la interpreta y se pone al frente de la misma, y entendió que la sociedad tenía una deuda muy importante con los sectores populares y de alguna manera lo puso en evidencia y en práctica.
Noticias: ¿Cree que el movimiento se deformó con el correr de los años? ¿O que desde su origen está concebido como algo amplio y plural?
O’Donnell: Desde su mismo origen Perón concibió al peronismo no como un partido, es decir como algo que tiene límites y fronteras, sino como un movimiento. Él siempre insistió en el “movimientismo” del peronismo, que sea capaz de cabalgar los tiempos. Debía tener la ductilidad, la plasticidad y la capacidad de adaptarse a lo que generaba o promovía la época. Es así que, el peronismo fue en principio cuasi fachista, luego populista, en algún momento francamente liberal, en otros momentos se aproximó al socialismo revolucionario, etc. Eso es algo que le impregnó Perón desde el principio, que creo fue su virtud y también, claramente, su defecto.
Noticias: ¿Eso explica que un mismo movimiento abrace a personajes tan disímiles como Pichetto, Rodríguez Larreta, Menem, Kirchner, Scioli o Alberto Fernández? ¿Son los personajes en cuestión los que se adaptan al discurso peronista aunque no pongan en práctica todos sus valores?
O’Donnell: Esa adaptabilidad del peronismo es también uno de sus estigmas, en tanto que ha albergado en su interior gente muy patriota, muy heroica y al mismo tiempo gente muy vil, de los peores exponentes de la política argentina. Eso lo reflejó bien Osvaldo Soriano en su novela, No habrá más pena ni olvido, que luego Héctor Olivera llevó al cine, donde se narraba que había sectores en los 60’ y 70’ que se mataban entre sí bajo la consigna de “Viva Perón”.
Noticias: ¿El peronismo era la única alternativa para derrotar a Cambiemos?
O’Donnell: El fenómeno de Chile explica su pregunta. Hay un momento en el que es tan clara la diferencia de poder, de ingresos entre el sector dominante y el mayoritario que lo que provoca es la inevitable reacción. En Chile la gente reaccionó saliendo a la calle, con la aparición del pueblo como un protagonista inesperado pero inevitable, debido a la extrema agonía a la que el capitalismo exacerbado somete a las grandes mayorías. Y en Argentina no podía ser de otra manera porque los sectores populares están representados, mal o bien, se quiera o no, por el peronismo y significó la posibilidad de sacar del camino a este sector tan explotador, tan indiferente que lleva su poder y su riqueza a una dimensión absolutamente ridícula y dolorosa.
(Alumna de segundo año de la Escuela de Comunicación de Perfil)
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por Florencia Coronel
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