Cuando se habla de jueces electorales, el nombre más relevante es María Romilda Servini, la célebre magistrada de Comodoro Py, que tiene a su cargo el Juzgado Federal Nº 1 de Capital Federal que al mismo tiempo también tiene competencia en el fuero electoral. Es la más relevante por estar en la Capital Federal, donde se asientan los partidos que compiten a nivel nacional. Pero hay otro despacho similar que gravita en los comicios y podría ser considerado el segundo más importante del país. Se trata del Juzgado Federal Nº 1 de La Plata, que tiene la competencia electoral sobre la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más populoso de Argentina.
El pliego de Alejo Ramos Padilla fue enviado al Congreso el jueves 26 de noviembre, mientras en la Plaza de Mayo una multitud, en medio de disturbios, despedía los restos de Diego Armando Maradona.
El juzgado está vacante desde la muerte de Manuel Blanco, el anterior juez titular, en 2014. Blanco había estado desde 1983 en ese cargo. Durante el macrismo hubo dos jueces subrogantes, el egresado del Newman, Juan Manuel Culotta primero y Adolfo Gabino Ziulu después.
Pasado. Ramos Padilla, de breve paso por el ARI de Elisa Carrió y hoy identificado con el kirchnerismo, tenía la posibilidad de ir a Comodoro Py, pero prefirió evitarlo. Había concursado también para ir la Cámara Federal y había quedado en tercer lugar. Hay dos vacantes en la Sala 2, donde está el célebre juez Martín Irurzun, autor de la doctrina filomacrista de las prisiones preventivas sin fallo firme. Con este magistrado se conocen hace muchos años. En 1994, cuando Ramos Padilla tenía 18 años, entró a trabajar al Juzgado Federal Nº 5 de Comodoro Py, por aquellos años a cargo de Irurzun, quien estaba de salida, porque había sido nombrado para ir a la Cámara Federal, cargo que ostenta hasta el día de hoy. Ramos Padilla se quedó en ese juzgado hasta el 2000 y allí convivió con otro célebre nombre de la Justicia: Norberto Oyarbide.
Ramos Padilla expresó a los consejeros de la Magistratura que su deseo era ir a La Plata, tal vez por la jerarquía de ese juzgado electoral de cara a un año en que hay comicios, pero también podría ser que no quería compartir trabajo con aquel Irurzun que admiraba en sus inicios y que hoy ya no respeta.
Ramos Padilla es visto con buenos ojos por el oficialismo porque saltó a la fama luego de investigar el caso conocido como D’Alessiogate, una banda integrada por un falso abogado llamado Sebastián D’Alessio, que además se habría hecho pasar por agente de la DEA para extorsionar personas y sacarles dinero. En ese expediente, Ramos Padilla puso contra las cuerdas otra investigación resonante: la causa de los cuadernos, uno de cuyos impulsores era el fiscal Carlos Stornelli. El D’Alessiogate se inicia con una denuncia por extorsión que involucraba a Stornelli y a Sebastián D’Alessio. El caso rápidamente se politizó por las inclinaciones políticas de Ramos Padilla, quien fue uno de los firmantes de las primeras solicitadas de la Asociación Justicia Legítima, vinculada al kirchnerismo.
El caso D’Alessio fue el primer expediente sobre espionaje ilegal durante la administración de Mauricio Macri. En los diversos allanamientos, se encontró material que demostraba que la banda se habría dedicado a hacer seguimientos a diferentes personas y que todo era informado a agentes orgánicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), por ese entonces a cargo de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Por este expediente ya fueron procesados casi todos los miembros de la supuesta banda y ahora queda un tramo llamado “Bases AMBA” que consiste en una investigación sobre bases de inteligencia que se crearon durante el gobierno de Macri en el conurbano bonaerense. Esas bases tenían la misión de cooperar con investigaciones sobre delitos como narcotráfico, trata de personas u otras tareas propias de la ley de Inteligencia, pero habrían sido usadas para hacer espionaje sobre políticos y organizaciones sociales. Ramos Padilla deberá resolver la situación de los indagados, entre los que están Arribas y Majdalani, antes de abandonar el juzgado para ir a radicarse a La Plata. Todo indica que serán procesados.
Cuando llegue a su nuevo cargo tendrá otro expediente sensible para el macrismo: la causa de los aportantes truchos de Cambiemos. Al kirchnerismo le interesa este expediente.
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