Sergio Massa fue, según sus allegados, un aliado clave para que el Frente de Todos ganara las elecciones en 2019. Pero su lugar tomó fuerza tras el estallido de la interna entre el presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Kirchner, momento que el tigrense supo explotar. Y que hoy lo lleva a cosechar poder dentro del Gobierno.
Lo que siempre se destacó de Massa fue su excelente relación con el establishment, los referentes de la oposición (es amigo de Horacio Rodríguez Larreta) y con Máximo Kirchner. Fue esta última una de las más importantes para mantener la unidad del Frente de Todos, sobre todo cuando, a mediados de septiembre del 2021, la ola de renuncias de funcionarios K desató una de las primeras grandes crisis en el Gobierno.
En ese momento, Massa, desde la presidencia de la Cámara de Diputados, era el comodín que iba desde la cámara hasta a la Casa Rosada, tratando de aplacar el escándalo que dejaba en claro cómo, con la acción de los funcionarios K, CFK le marcaba la cancha al plan económico del entonces ministro de Economía de Alberro, Martín Guzmán, quién se encontraba renegociando la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
En ese momento, Guzmán resistió la primera embestida K gracias a las negociaciones encabezadas principalmente por Massa. Pero esa paz duró apenas unos meses, hasta que la propia vicepresidenta comenzó a disparar nuevamente contra Guzmán. Acción que en cada aparición pública crecía, en medio de meses sin diálogo entre el Presidente y la Vice. Y llegó la renuncia del entonces ministro de Economía.
Guzmán renuncia el domingo 2 de julio, y lo anuncia por twitter. Otra vez, el gobierno se ve envuelto en un caos. El dólar blue se dispara, los bonos argentinos se desploman y la inflación se dispara. Massa vio en ese momento una oportunidad de subir un escalón. Pero el albertismo le puso un freno y, en connivencia con CFK, el ministerio de Economía pasa a manos de Silvina Batakis.
Para muchos, esto fue una gan derrota para Massa, quién en ese momento había pedido hacerse cargo del área económica pero con una especie de superpoder, cosa que el albertismo le negó. Pero el tigrense no se rindió y, 25 días después, su objetivo se hizo realidad.
Con un dólar blue sin frenos, la falta de dólares en el Central, el Gobierno reclamándole al campo que liquide los granos y Batakis volviendo de reunirse con el FMI, los rumores de cambios en el gobierno comenzaron a tomar fuerza el miércoles 27. “Ganó Massa”, comenzaron a difundir los massistas más acérrimos. Pero no había nada oficializado.
24 horas después de que comenzaran los rumores, Massa se sentaba a cosechar eso mismo que le habían negado hace menos de un mes. Y en las próximas horas, el tigrense estará a la cabeza de le economía argentina, ya que los ministerios de Economía, Producción y Agricultura se unifican bajo su manejo. Así, el “gran escalador” se posiciona como el “superministro” del Frente de Todos, cuyo objetivo principal claramente está más arriba.
por R.N.
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