*** Todo comenzó con un blog y a partir de un impulso de Daniela Rago (52), una periodista que, sin perder el humor, narra qué les pasa a las mujeres de 50 años: por ejemplo la menopausia y las arrugas (“que son parte de lo vivido y de lo disfrutado”). La conductora, además, en su programa de radio, realiza entrevistas con Facundo Manes (neurólogo, creador del Instituto de Neurología Cognitiva y de su fundación INECO). Y asimismo, entre otras entrevistadas, una vez por mes recibe en el piso a la licenciada Viviana Rosenzwit que recomienda literatura especial para el sector (otro dato del programa: desde el miércoles 11 de marzo salen al aire también desde Miami (NM Miami Radio Online).
Se puede pensar que un pensamiento es interesante cuando a su vez hace pensar a quien lo escucha. Y un reportaje, entre Rago y Florencia Canale, hizo pensar en el significado de lo que llamamos historia. El relato, en síntesis, cuenta la pasión amorosa entre Damasita Boedo (“la joven más bonita de la alta sociedad salteña” y Juan Lavalle.
La historia es conocida (Damasita, que lo ama, termina matando al general, consumando una venganza familiar). Pero lo más atractivo son los detalles amorosos entre la mujer y Lavalle, porque nada de lo que se cuenta puede ser verificado. El saldo del relato no logra ser probado de ninguna manera y, tal vez, por eso mismo el relato resulta atractivo.
En esa historia suceden varios fenómenos: 1° El lenguaje del amor es literatura. 2° En la novela lo ideal suele superar lo real. Y 3° Tal vez Borges tiene razón: Los acontecimientos históricos suelen ser pudorosos, pero los gobiernos y los periodistas los acopian con propaganda y espectacularidad.
Los mejores momentos del programa suceden cuando Rago y su producción encuentran verdaderos hallazgos: una mujer cordobesa recurrió a un agravio futbolero: “Sos un alfajor de pollo” (se dice cuando un jugador es tan malo que “no existe”). Pero sucedió que la cordobesa Myriam Díaz inventó un alfajor de pollo en tres versiones: cabrito, ternera y vegano. Y es un éxito.
Después hay detalles: sería mejor, por ejemplo, que usaran más comas (para respirar). Por ejemplo: qué fea sería cierta frase si no tuviese una coma después de la palabra niños: “Jabón para niños con forma de hipopótamo”. El programa, además, dejó servido un ejemplo maravilloso de cómo usar las comas con sabiduría y belleza: pasaron un audio de la televisión española (Joaquín Soler Serrano) en la que Julio Cortázar dictó una clase magistral sobre cómo modular el texto en una narración.
En definitiva: Daniela Rago y su equipo saben dónde está el tesoro: sólo tienen que ir a buscarlo.
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