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SHOWBIZ | 15-09-2020 15:40

Conciertos "drive-in": la vuelta a los espectáculos presenciales

Con la apertura de autocines por decenas, los shows en vivo sin salir del vehículo, que funciona como burbuja de seguridad, surgen como una alternativa para volver a disfrutar de shows en vivo.

El primer show “drive-in” del año se hizo en abril en Dinamarca. El artista danés Mads Langer se presentó en un autocine con entradas agotadas: vendió 500 boletos en seis días, y según los periódicos locales, se desarrolló sin problemas. “He tocado muchos conciertos en mi vida, pero este es realmente único”, dijo Langer durante la transmisión en frecuencia de radio FM, limitada a los autos en el predio.

En mayo, en el Virgin Money Unity de Newcastle (Inglaterra), Sam Fender probó con un recital con corralitos, que inauguró los conciertos al aire libre con distanciamiento social. Pero la variante “drive-in” es la que se impone por costos: el montar las plataformas individuales empuja considerablemente el valor de las entradas. Así llegaron los primeros conciertos “drive-in” a Los Ángeles (en el estacionamiento de un supermercado) para 50 vehículos.

Luego la estrella del country estadounidense, Keith Urban, realizó un espectáculo “drive-in” para unos 125 autos en un autocine en las afueras de Nashville. Y el finalmente el InfieldFest en Preakness Stakes, con el DJ D-Nice. Pruebas pilotos que sedujeron a los grande players: Live Nation Entertainment Inc., líder en la industria de shows musicales, cree que los conciertos “Drive-In Live”, serán la fórmula hasta que se vuelva a la normalidad. “Podemos hacer que las matemáticas funcionen”, insiste su presidente, Michael Rapino, que planea una gira con distintos artistas por espacios con capacidad para 600 autos.

El sponsoreo es una para fundamental, sin embargo, muchos productores locales dudan de la viabilidad económica. “Lamentablemente la opción que presentó en Newcastle, con capacidad para 2500 personas, mucho menos que un Gran Rex, no es viable en Argentina por los costos de producción. Y los autoshows no son una buena experiencia para el público por la distancia al escenario”, opina Daniel Grinbank.

El alquiler de los corralitos y el escenario para un evento de estas magnitudes supera tranquilamente el millón de pesos. Las entradas, como en los shows internacionales, deben superar los 30 dólares para que sea rentable. El músico electrónico Marc Rebillet explica que los tickets de sus shows suelen costar entre us$ 15 y us$ 25, pero que en su gira por autocines de Estados Unidos, tuvo que cobrar us$ 50 por persona.

“Los gastos son más altos porque muchos de los autocines no tienen el sonido adecuado para un show. Estamos construyendo estos eventos desde cero, incluida la puesta en escena, las cámaras y la producción de video. Y los márgenes son muy delgados", detalla Rebillet. “Nosotros hicimos el show a pulmón, nos prestaron en lugar, y lo recaudado fue para el alquiler del escenario y los músicos. Hay mucha gente que labura de los shows, que necesita hacer dos por fin de semana para comer, y ese circuito está parado hace meses”, agrega Coti.

“Hice un recital distinto, porque fueron muchas familias. La idea no es que se junten tres o cuatro personas y vayan en un auto a ver el show”, remarca el músico. Una preocupación que comparte un 38% de los encuestados por la agencia marketing Serendipity para Bloomberg: temen por la falta de condiciones sanitarias, baños adecuados, y el respeto a las normas de otros asistentes. Ciertamente la nueva normalidad “drive-in” exhige como otras aperturas, mayor conciencia social.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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