Lo retro ganó espacio este año con la cuarentena. Ropa, música, películas y también los videojuegos de los '80 y los '90 vivieron su revival durante la pandemia. Un regreso a las experiencias de la infancia que los psicólogos explican a partir de la busqueda por refugiarse mentalmente en un “lugar seguro” (el Oxford Internet Institute estudió en pandemia la conexión entre jugar a videojuegos y la salud mental). Y que a las nuevas generaciones les permitió homenajear y conectar con los sentimientos de sus mayores. Un círculo que permitió que padres e hijos se encontraran durante los meses de aislamiento jugando masivamente a los “fichines” de antaño: el aumento de descargas del Counter Strike en Steam (la gran biblioteca de los gamers) lo situó en la lista de los más vendidos, y lo mismo ocurrió con el Age of Empires y el Sims.
Moda retro. Detective de tendencias online a partir de sus certeros algoritmos, Netflix supo leer tempranamente la afición por lo retro. Y además de reponer en su servicio viejos clásicos de los '80 y '90, produjo una saga de series documentales que apelaron a la nostalgia. Primero llegó la exitosa “Las películas que nos formaron”, en la que se incluyó un repaso por hits ochentosos como “Dirty dancing” y “Mi pobre angelito” entre otras. Pero también hubo buceo en los juguetes de la infancia de quienes hoy tienen 40. Y finalmente, en agosto, llegó “High Score”, la serie documental de seis capítulos que retrata el origen de Mario Bros y Pac-Man; la rivalidad de Sega y Nintendo; y la era dorada de los fichines y las primeras consolas.
Aprovechando el furor por los games vintage, Netflix armó un recorrido cargado de nostalgia en 8 bits, que repasa los sucesos más importantes en la historia de los videojuegos, a partir de títulos que marcaron un antes y un después en la industria: “Doom”, “Mortal Kombat” y “Street Fighter II”, “Need for speed” y el “Madden NFL”. Juegos que marcaron a la generación X y hoy son venerados por los millennials. “El gaming de los '80 y '90 es la base de la cultura actual”, explican Lupe y Kabuto, artífices de Gran Zanzibar Retrogaming, el podcast que revisa los mejores videojuegos clásicos.
Online. Con lógica Netflix se presentó también en plena cuarentena Antstream, una plataforma de videojuegos retro con más de mil títulos, desarrollados inicialmente para Atari, Sega, Amiga y Commodore 64. El servicio fue fundado a través de una campaña de Kickstarter (un sitio web de micromecenazgo para proyectos creativos) en la que contribuyeron miles de personas apalancadas por el furor del gaming vintage.
“Hay un mercado perfecto debido a la cantidad de jugadores que adoran los títulos de aquella época y quieren un lugar donde estos se encuentren en condiciones para ser jugados, incluyendo que muchos de ellos son increíblemente difíciles de acceder de otra forma hoy en día”, explica Steve Cottam, CEO y fundador de Antstream, que incluye videojuegos icónicos como Metal Slug, Bubble Bobble y Space Invaders. El servicio funciona para PC, Android y Mac, cuesta 10 dólares por mes o 100 por año, y cuenta con una prueba gratuita de una semana.
Consolas. La migración de los juegos de los 80 y 90 a las nuevas tecnologías conquistó a mucho publico centennial. Pero algunos de los viejos players quieren revivir la experiencia en consolas retro, lo que empujó curiosamente también, en época de celus inteligentes, el lanzamiento este año de un puñado de equipos que, con circuitos modernos, recrean esos viejos diseños.
Nintendo lanzó el 13 de noviembre una versión nueva de Game & Watch, su primera consola portátil, con motivo del 35 aniversario de Super Mario Bros. Nintendo vendió en todo el mundo, entre 1980 y 1991, más de 43 millones de unidades de esta consola creada por el desarrollador japonés Gunpei Yokoi, que a finales de los años 70 ideo la mini consola inspirado en el funcionamiento de las calculadoras digitales.
Por su parte, SEGA presentó una edición miniatura de Game Gear, y Atari se anotó con el retro arcade Atari Mini PONG Jr., inspirado en el Pong, el videojuego lanzado en 1972 que funcionó como un simulador de tenis.
Más recientemente llegó la Retro Station, el mini arcade de Capcom. La compañía responsable de las sagas “Resident Evil” y “Monster Hunter” entre otras, tiene una historia muy rica con sus consolas “made in Japan” y las maquinitas de arcade que eran un negocio muy lucrativo en tres décadas atrás. Esta consola coleccionable, la Retro Station, viene junto con los botones y el stick clásicos de una máquina de arcade, y 10 juegos clásicos preinstalados, de las sagas “Mega Man” y “Street Fighter”.
Ganancias. Y no es la única. También se presentó hace unos meses la Evercade, lconsola portátil retro con cartuchos, que cuenta con licencia oficial de compañías clásicas como Namco, Data East y Atari. Viene en dos versiones: Starter Pack y Premium Pack, con unos precios de 70 euros y 90 euros, respectivamente. El Starter Pack incluye la consola en color blanco y el cartucho de juegos Namco Museum Collection.
El Premium Pack viene con tres cartuchos: Interplay Collection y Atari Collection se suman al de Namco, compañía que en 2020 tuvo un beneficio neto de 314 millones de dólares. Pero en el rubro el gran ganador del año fue Nintendo, que triplicó sus beneficios en el primer semestre llegando hasta los 2.110 millones de dólares: las ventas netas entre abril y septiembre se elevaron un 73,3%, y la mayor parte de los ingresos procedieron de las ventas de consolas y juegos para la plataforma Switch.
Entre los juegos, dos de sus títulos lanzados en el segundo trimestre, “Paper Mario: The Origami King” y “Super Mario 3D All-Stars”, que lograron vender 2,82 y 5,21 millones de unidades respectivamente hasta el 30 de septiembre, fueron las estrellas. “Mario Kart 8 Deluxe”, lanzado con anterioridad, vendió 4,21 millones de copias, mostrando la vigencia de Mario a pesar de sus 35 años. Porque en los videojuegos, la tendencia del 2020, fue mirar hacia el pasado.
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