Tras un regreso acotado en 2021, el Teatro Colón abre sus puertas en este 2022 con un repertorio lírico colmado de clásicos y grandes producciones. Allí se apuntan “Nabucco”, de Giuseppe Verdi, con dirección de Stefano Poda; “Tosca” de Giacomo Puccini; “Los siete pecados capitales” de Kurt Weill; “El castillo de Barbazul” de Béla Bartók; “Los pescadores de perlas” de Georges Bizet, bajo la dirección de Michal Znaniecki; “L’elisir d’amore” de Gaetano Donizetti, bajo la dirección de Emilio Sagi y la interpretación de Javier Camarena y Nadine Sierra; y “El cónsul” de Gian Carlo Menotti, bajo la dirección de Rubén Szuchmacher.
Y la apertura de la temporada 2022, el 15 de marzo (habrá funciones hasta el 27), es un revival de “La Bohème” que ya presentó en el coliseo porteño en 2018, bajo la dirección escénica de Stefano Trespidi y un elenco de grandes intérpretes encabezado por la soprano Verónica Cangemi.
Bohemios
La ópera de Giacomo Puccini que se estrenó en 1896 en el Teatro Regio de Turín bajo la dirección de un joven Arturo Toscanini, fue presentada en 1905 en Buenos Aires por el mismo Puccini, que pasó casi 50 días en Buenos Aires para acompañar las puestas locales de varias de sus célebres obras. Invitado por el diario La Prensa y el Teatro de la Ópera, el compositor italiano fue aplaudido a rabiar en los estrenos de “Manon Lescaut”, “Tosca”, “Madama Butterfly”, “Edgar” y por supuesto “La Bohème”.
La ópera, una adaptación libre de la novela “Escenas de la vida bohemia”, de Henri Murger, es vista también como un tributo de Puccini a Giuseppe Verdi y su “La Traviata”, basada a su vez en “La dama de las camelias” de Alejandro Dumas”.
De hecho Violetta y Mimí, las protagonistas femeninas de ambas obras, son dos caras del mismo personaje, reversionado a su vez infinitamente en la cultura pop: el musical “Rent”, de Jonathan Larson, ambientado en el Nueva York de principios de los '90, donde aparece el fantasma del HIV en contraste con la tuberculosis de la original; y el film “Moulin Rouge” de Baz Luhrmann, ambientado en el París de Toulouse-Lautrec, con la sensual Satine (Nicole Kidman), que pasa del desborde a la tragedia frente a una enfermedad incurable.
“Yo creo que la historia de los bohemios, que siguen existiendo hoy reformados, quizás un poco en la cultura pero siguen estando, además de una historia de amor y de dolor, y su música que es muy envolvente, la hacen muy accesible a cualquier público”, apunta Verónica Cangemi que volverá a cantar en el Colón este año con Michael Schade, el tenor canadiense con el que hará fragmentos de Schumann y Rossini, antes de partir a Colombia y Viena.
Revival
“Yo creo que son dos obras completamente distintas La Bohéme con La Traviata, pero dicen que sus protagonistas son las mismas en dos caras distintas. Una es introvertida y muy frágil, y la otra es totalmente extrovertida y sin miedo. Yo ya hice Mimi en cinco funciones en Tokio, y también en la Ópera de Dresden varias veces Musetta. Y me siento identificada con Mimi porque es un personaje qué es la conjugación entre el amor y el dolor, un reflejo del amor que tenía Puccini por las mujeres a las que ponderó en sus últimas obras, dándoles un protagonismo increíble. Este es un rol que siempre esperé y tengo la gran dicha de poder contarlo aquí en el Colón”, celebra Cangemi.
“La Bohème” cuenta más de 50 presentaciones y 280 funciones en el Teatro Colón, que incluyen al tenor italiano Enrico Caruso (1917); la soprano argentina Virginia Tola y la dirección del célebre compositor argentino Héctor Panizza (en 11 oportunidades); el vestuario de Raúl Soldi (1966); y la interpretación de Luciano Pavarotti como Rodolfo en 1987 y en 2010, cuando se realizó la reapertura del teatro tras la restauración.
Es sin dudas una de las favoritas del público local, con un segundo acto monumental en la ambientación del Quartier Latin parisino, con sus bares y cafés y el marco de la Universidad de La Sorbona como epicentro de la juventud bohemia a la que pertenecen el poeta Rodolfo, el pintor Marcello, el músico Schaunard y el filósofo Colline, los jóvenes artistas que protagonizan “La Bohème”, vecinos de Mimí, la modista enamorada del poeta que sufre la mortal enfermedad sobre la cual orbita la segunda mitad de la obra.
“Me gusta ese contraste de actos entre el segundo y el cuarto especialmente. Ese segundo acto con su escenografía grande, espectacular, fiel a la tradición de la lírica. Y el clima enérgico con mucha gente en el escenario, que me encanta y es mi especialidad”, refrenda Stefano Trespidi, que tiene más de 30 años de experiencia en Verona y otros teatros importantes del mundo.
Recuperar
“Hay en Argentina un público puccinista importante, en toda Latinoamérica, que le gustan las óperas italianas como La Traviata o Nabucco, óperas taquilleras”, sigue Cangemi. Y así como el Teatro Colón setea una reapertura post pandemia y ola de Omicrón con una obra taquillera con gran puesta para recuperar a su público, otros teatros líricos del mundo hicieron apuestas en sintonía. Tras las cancelaciones como resultado del Covid, la Ópera de París logró poner en escena "Don Giovanni", la obra maestra de Mozart, con el barítono bajo estadounidense Christian van Horn en el rol principal.
Y siguió con la última obra maestra de Puccini, "Turandot", con el venezolano Gustavo Dudamel como director musical y precios populares para renovar audiencias, apuntando a jóvenes de menos de 28 años. "Este público que llamamos el público del mañana es el verdadero público, el público de hoy. Es muy importante abrirles espacios, que se sientan identificados con lo que ven, con lo que escuchan, como parte de su vida", expresó Dudamel.
En tanto La Scala milanesa inauguró su nueva temporada con un “Macbeth” distópico dirigido por Davide Livermore y pensado para ser retransmitido y adaptado al streaming: una tendencia que dejó la adaptación del teatro en pandemia. “Es una evolución de la comunicación de la ópera. Estamos ante un cambio histórico, porque introducimos nuevos elementos que generan otra interacción entre el decorado y la partitura”, refrendó Livermore.
Cancelación
Y la Met Ópera presentó temporada 2022-23 con el regreso de media docena de grandes nombres favoritos de la compañía, peron sin la rusa Anna Netrebko (a quien reemplazó por una soprano ucraniana: Liudmyla Monastyrska), cancelada por su apoyo a la invasión de Vladimir Putin. “Al no cumplir con la condición de la Met de que se retracte de su apoyo público a Vladímir Putin, mientras libra la guerra contra Ucrania, la soprano Anna Netrebko se retiró de sus próximas actuaciones”, se leyó en el comunicado del Met, en sintonía con la baja de la soprano de la Royal Opera House de Londres, que tachó igualmente al director del prestigioso teatro ruso Bolshói, Pavel Sorokin.
En tanto, Monastyrska, que remplazará el próximo abril a Netrebko en “Turandot” de Puccini en la Met Ópera, viene justamente de interpretar a Mimí en “La Bohème”, que repite en la reapertura de varios teatros líricos en el mundo. “La idea de la vuelta con títulos clásicos tiene que ver con buscar desde el teatro, y más específicamente desde la lírica, un regreso a la vida normal post pandemia. Tenemos una nueva normalidad por ahora con ensayos con distancia y tapabocas, y en La Bohéme recortamos en un veinticinco por ciento la cantidad de extras el segundo acto, pero la esencia se mantiene, y por supuesto la calidad. En ese sentido, el Colón y su elenco son maravillosos, y generosos, el broche de oro el público argentino, muy fiel de la lírica”, cierra Trespidi.
por R.N.
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