Monday 6 de May, 2024

TELEVISIóN | 25-04-2024 22:14

Bienvenida historia de superación

“Ognuno è perfetto”, serie con Gabriele Di Bello, Alice De Carlo y elenco. Se puede ver completa en Flow.

No es habitual que personas con síndrome de Down protagonicen ficciones televisivas. Por eso, es meritoria esta serie que no los excluye ni los presenta como fenómenos o seres diferentes. Por el contrario, muestra una historia de integración, alejada de la sensiblería, que enseña cómo podemos contribuir a integrarlos en la sociedad.

Bienvenida entonces, “Ognuno è perfetto” (“Todos son perfectos”, sería la traducción del título original en italiano) la serie de seis episodios de la RAI, que lo consigue sin esfuerzo. La mayor virtud radica en que utiliza un lenguaje fresco y contemporáneo, ostenta un reparto de homogénea calidad que entretiene y conmueve gracias a actuaciones verosímiles, y se sostiene en guiones que no se doblegan a la lógica de la corrección bien pensante.

En la trama, Rick (Gabriele Di Bello) de veinticuatro años, tiene esta alteración genética y quiere un trabajo remunerado. Lo encuentra, gracias a un amigo, en el departamento de embalaje de una fábrica de chocolates. El sector está confiado a un grupo de muchachos con los que comparte el hecho de tener similar patología. Allí descubre a Tina (Alice De Carlo), el amor de su vida, una chica de origen albanés, también Down, que inmediatamente le corresponde con el mismo sentimiento.

Como en toda historia de amor, el camino de los dos jóvenes estará lleno de obstáculos, situándolos al inicio de un viaje que será una auténtica prueba de valentía y crecimiento. Así, el camino se convierte en el medio narrativo más eficaz para contar la evolución de individuos en busca de independencia, esa emancipación que a los veintitantos deja de ser un deseo para transformarse en necesidad.

La visión de un amor concreto, que va de los besos iniciales al deseo sexual, tiene la virtud de no centrarse en una idea angelical de la relación, sino mostrarla como algo palpable y creíble. Con inteligencia, el director Giacomo Campiotti retrata a los amantes de la forma más genuina y real. El resto del elenco da vida a dinámicas humanas que sugieren al espectador que la perfección no existe incluso cuando todos los engranajes físicos parecen encajar correctamente. Además, el envío consigue aseverar no sólo que una historia distinta es posible, sino que hay que confiar en el hecho de que "cada uno es perfecto a su manera", en sus logros o en sus supuestas imperfecciones.

Sin duda, esta propuesta acerca a nuestros ojos una historia sobre la superación humana y la universalidad de sentimientos a los que ninguno de nosotros es inmune o está exento.

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Alejandro Ullúa

Alejandro Ullúa

Periodista crítico de televisión.

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