***“Todos estamos conectados, el programa que hacés vos desde tu casa”, fue la consigna de un ciclo que el argentino Damián Kirzner abordó en 2012, por Canal 10 de la televisión uruguaya. Literalmente, era así, ya que la audiencia se encargaba de inventar propuestas, vía webcam y en vivo, desde su hogar. Resultó un verdadero éxito y estuvo nominado para los premios Emmy Digital Awards.
Años antes, Kirzner había fundado la factoría “New Sock” dedicada a generar contenidos a partir de la unión de medios tradicionales con plataformas multimedia. Han pasado 35 años desde que comenzó a desplegar su labor en “Desayuno”, fue gerente artístico de Promofilm e Ideas del Sur, y trabajó junto a los directores cinematográficos Fabián Bielinsky y Eliseo Subiela. Entre sus creaciones figuran “Sorpresa y ½”, “Arde Troya”, ficciones como “Juana y sus hermanas”, “Okupas”; y ganó el “Young Creative Media Entrepreneur”.
Con semejantes antecedentes, en plena pandemia de la COVID-19 y obligada cuarentena social, era deseable que, al reflotar el innovador formato en la TV Pública, las actuales posibilidades técnicas fueran empleadas al máximo.
Sin embargo, las dos emisiones semanales del envío dan la impresión de ver un programa de radio hecho en TV. Aunadas ambas en la temática nacional y federal; los lunes, se centra en singulares historias de vida; y, los viernes, la música es la protagonista. En la conducción están el ex arquero Sergio Goycochea (a esta altura, una figura del canal) y la cronista Noelia Antonelli. Participan, Diego Della Sala, periodista deportivo que aporta solemnes elocuciones; y Lito Vitale, conocido compositor y pianista, que insufla dinamismo con sus observaciones; respectivamente.
Estrenado el pasado 25 de mayo, los testimonios estuvieron dedicados a vivencias conmovedoras sobre la identidad de género; y fuertes acontecimientos detrás de algunos objetos pertenecientes a excombatientes de Malvinas. En tanto, los musicales, desarrollan un concurso para promover a nuevos talentos de todo el país.
La principal falla radica en la limitada producción visual: no hay exteriores, salvo por las cámaras de computadoras personales, fijas en los invitados o participantes; mínimas ediciones fotográficas que ilustran las anécdotas; y, en sus prólogos, los presentadores lucen monocordes.
Son evidentes las muy buenas intenciones, lo cual se agradece, pero no bastan. Importante: hay oportunidad de revertirlo, entonces sería deseable una mayor elaboración para eludir la medianía actual.
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