*** En meses, Jorge Lanata, cumplirá 60 años y lleva más de cuatro décadas en el periodismo. Tras comenzar a redactar cables informativos a los 14, en Radio Nacional, dedicó casi toda su vida a los medios gráficos, digitales, radiales y televisivos. Sus antecedentes incluyen crear el diario “Página 12”, incursionar en el documental, y hasta un fallido paso como monologuista del teatro de revista.
Su ya famoso programa de investigación, “Periodismo Para Todos”, regresó con la novena temporada consecutiva en formato reducido. En apenas una hora, desgrana su clásico e implacable soliloquio de apertura, presenta un informe especial con los valiosos aportes de Cecilia Boufflet, Gastón Cavanagh y Lucía Salinas; y, en el cierre, realiza la enunciación del “Boludo de la semana”. Es que su estilo resulta tan erudito como frontal. Aunque no elude la urbanidad en las formas; por lo que se escucha, le encanta destrozar con palabras de esta índole, el léxico y enunciación políticamente correctos de sus colegas.
Esa cualidad lúcida, ingeniosa, feroz y apabullante le valió, en dosis parejas, acérrimos enemigos y fieles adherentes. Los primeros lo ven como la encarnación misma del odio por exponer las trapisondas del poder, en particular del peronismo en sus múltiples facetas; los segundos encuentran una voz que los representa con argumentos, contra quienes están en la vereda opuesta, no comulgan con la religión del justicialismo o detestan la hipocresía política en general.
Consciente que, en diversas oportunidades, roza cierta pedantería irritante, lo compensa con la sana costumbre de reírse de sí mismo, algo que se agradece en estas épocas de personas infatuadas.
El retorno a la televisión, tras meses de sufrimiento físico por diferentes dolencias, no limitó el perpetuo hábito de fumar, ni un ápice de su mirada punzante sobre el acontecer nacional e internacional.
En el actual “PPT (BOX)”, a la formidable escenografía que lo sitúa cual león enjaulado, dentro de un receptáculo de cuatro paredes, se oponen la desprolijidad de risas grabadas que funcionan como claque, el uso de muñequitos para escenificar las tensiones del poder y lo oscilante del guion humorístico. En contraste, es muy revelador cada dossier. Por ejemplo, visibilizó el posible colapso sanitario del conurbano bonaerense y la desprotección gubernamental de contagiados de Covid-19 en barrios precarios. Sin duda, hay que tener en cuenta sus próximos rugidos.
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