(DOS ESTRELLAS)
Actriz, comediante, cantante, exvedette y directora teatral; sin duda, a sus 68 años, Carmen Barbieri es una cabal mujer del espectáculo argentino. Hija del célebre humorista y actor, Alfredo Barbieri, inició su carrera en 1975, como
bailarina en el teatro de revistas, actuando junto a su padre. En una ya extensa trayectoria se cuentan numerosas participaciones en obras teatrales, programas televisivos y películas donde trabajó con Osvaldo Pacheco, Jorge Porcel, Alberto Olmedo, Guillermo Francella, Enrique Pinti y Santiago Bal; con quien se casó y fueron padre de Federico, su único hijo.
Pero el salto a la popularidad mediática lo obtuvo recién en 1999, cuando debutó como conductora de televisión, en reemplazo de Georgina Barbarossa, al frente del muy exitoso magazine matutito “Movete” de América. Resultó tan efectiva en ese rol que continuó ejerciéndolo por tres temporadas consecutivas y le posibilitó alzarse con un premio Martín Fierro en el rubro. Posteriormente, en el mismo canal, volvió a ponerse al frente de los ciclos “Cómplices y testigos”, “Casa infinito” y “El diario de Carmen”, aunque no tuvieron la misma repercusión entre la audiencia.
Dedicada de lleno a su carrera interpretativa, estuvo alejada de la pantalla chica hasta que en 2021 volvió a encabezar, diariamente y bien temprano, el envío “Mañanísima”, por la señal de cable Ciudad Magazine. Al parecer, logró un buen rating y mucho murmullo mediático por algunos comentarios suyos o entrevistas. Quizás eso, más el renovado interés que genera para los televidentes el segmento de las mañanas, hicieron que Eltrece lo importara al mismo horario.
Sin embargo, el traspaso la encuentra rodeada de un inusitado numero de panelistas y especialistas. A saber, con presencia fija Estefi Berardi, Diego Ramos, Majo Martino y Lucas Bertero, los cocineros Alberto Martín y Santiago Del Azar (cocina), en tanto esporádicas son las del periodista Ricardo Canaletti en policiales, el médico Guillermo
Capuya, el especialista en lenguaje no verbal Hugo Lescano, el psicólogo Gabriel Cartañá, más Soledad Solaro en el móvil.
Habitualmente impulsiva y dueña de una honestidad brutal, a Barbieri le gusta hablar hasta por los codos, si a eso se suman el coro enunciado, con frases, sentires y preguntas, es muy difícil entender algo de todo lo que se dice o aborda, sobre cualquier tema o noticia. En el siglo de la supremacía visual, aquí impera el decir de forma incontinente. Además, con excesos injustificados como el de tatuarse en vivo y sin anestesia. Mucho ruido y pocas nueces, diría Shakespeare.
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