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SOCIEDAD | 17-06-2017 00:00

Cierre de la Fundación Felices los Niños: Liquidación polémica

Autoridades provinciales ordenaron cerrar la fundación. Problemas contables, fideicomiso y la acusación de una mano negra.

Carga con un pasado oscuro. Carga con el nombre de Julio César Grassi, el cura abusador que la creó en 1993 y que la (des)manejó en las sombras por más de una década. Por eso, quizás, es que su pasado la condena, aún cuando la fundación Felices Los Niños ya no sea la misma de entonces y haya renacido de las cenizas a partir de diciembre del 2014, cuando el abogado Juan Manuel Casolati tomó las riendas.

NOTICIAS visitó en abril el predio central de la fundación que extiende sus 85 hectáreas en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires. Donde el desbande post Grassi había dejado malezas, basurales, perros cimarrones y edificios herrumbrosos se alza ahora un hogar que alberga a 52 niños, una escuela primaria, una secundaria, un terciario, un jardín de infantes, un jardín maternal y una escuela especial. Hay una huerta orgánica, un vivero, una piscina. También, nuevos planes y proyectos, como la creación de un hospital especializado en desnutrición hecho en cooperación con Conin (la fundación de Abel Albino), que debería entrar a funcionar en poco más de un mes.

Todo esto podría quedar en la nada: el gobierno provincial decidió que la fundación sea intervenida “al solo efecto de realizar su liquidación por falta de cumplimiento del objeto para el que fuera constituida”. El objeto al que se refiere es “el resguardo y desarrollo integral de los menores bajo su cuidado”.

Papeles

La decisión se fundamenta, de acuerdo con Leonardo Jakim, director provincial de Personas Jurídicas del Ministerio de Justicia provincial, en “irregularidades administrativas” por la falta de presentación de balances y libros contables que se remontan a la era Grassi. Desde la fundación, la respuesta es que cuando Casolati se hizo cargo de la presidencia, esos libros no existían (habían sido robados) y tuvieron que reconstruir hacia atrás siete años de un agujero negro.

Jakim argumenta: “Las fundaciones son de control permanente por parte del Estado pero en el caso de esta fundación no hay actas del Consejo de Administración, recibe 1,5 millón de pesos mensuales pero nos es imposible conocer la imputación de esos ingresos porque no lleva balances. Faltan todos desde el año 2009 a la fecha, y tampoco hay otros registros o antecedentes, la provincia está ciega respecto de la situación de la fundación”. Según el funcionario, “tenía al año 2007 un pasivo de 20 millones de pesos que al día de hoy serían 100 millones, lo que torna imposible el cumplimiento de su razón social”.

Pilar Molina, directora ejecutiva del Organismo Provincial Niñez y Adolescencia, agrega: “Al no presentar documentación no se pueden renovar los convenios que manteníamos. La fundación tiene una situación administrativa muy compleja: a Felices se le llegaron a dar los permisos para funcionar cada quince días, cuando a otras instituciones en regla se les otorgan por un año”.

Dinero

Desde la fundación, la respuesta es que esto no se condice con la realidad. “No es verdad que no saben qué dinero entra y sale. Nosotros no tenemos cuentas bancarias porque están embargadas desde la gestión anterior. Contamos con un fideicomiso creado por la Dirección de Personas Jurídicas en diciembre del 2014, a través del cual se hacen todas las operaciones”, replica Casolati. Y puntualiza: “No manejamos dinero, sólo tenemos una caja chica de 20.000 pesos para gastos urgentes”.

El fideicomiso en cuestión fue firmado en el marco de la Intervención Normalizadora de la Dirección de Personas Jurídicas con Provincia Mandatos, del grupo BaPro, Cuando los organismos provinciales envían dinero no lo hacen a la fundación sino al fideicomiso. “Cuando se van a hacer gastos debemos solicitar facturas, luego llevarlas al administrador. Allí se chequea que el gasto en cuestión sea aplicable al objeto y verifica que esa factura esté en regla. Luego se emite el pago. A través del fideicomiso quedan incluso registrados los pagos a los empleados”, detalla Casolati.

Puntos en conflicto

Pero hay además otros temas en los que autoridades provinciales y Felices Los Niños se contraponen. Según los funcionarios, la fundación siguió recibiendo dinero para su funcionamiento durante todo 2017, lo que desde la fundación niegan rotundamente, y aseguran que el hogar convivencial viene siendo desfinanciado desde hace seis meses. Sin embargo, siguieron recibiendo chicos. Molina dice que esos niños llegaron por fuera del control del organismo que ella dirige, y Casolati argumenta que si así hubiera sido, la fundación estaría en una situación ilegal. Hace 75 días, por ejemplo, les fue derivada una beba de tres meses con sida.

En la fundación explican que hace quince días entregaron el balance 2009 y que por entonces se comprometieron a presentar el resto (los balances deben ser entregados en forma consecutiva, año tras año) en un plazo de sesenta días. “Estábamos en pleno trabajo cuando nos llega la resolución de la liquidación, lo que me hace pensar que hay otros intereses en el medio”, enfatiza Casolati.

En el entorno de la fundación se sospecha que detrás de esto hay manos privadas que buscan quedarse con los terrenos, cesión del Estado nacional por un plazo de cien años. “Acá no hay ningún fin espurio, no hay ningún proyecto inmobiliario”, asegura Jakim a NOTICIAS. En abril, un trabajador le decía a esta revista: “En los últimos meses vinieron tres veces funcionarios del área de bienes del Estado a ver el predio”.

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