Tuesday 16 de April, 2024

MUNDO | 15-10-2017 09:09

Diplomacia cero: Trump se negó a firmar acuerdo con Iran

Decidió finalmente no certificar el buen cumplimiento de Irán, dentro del llamado acuerdo nuclear P5+1 que la República Islámica firmó con las grandes potencias.

Contrario a las múltiples recomendaciones y advertencias, tanto de sus colaboradores cercanos como de expertos de todo el mundo y funcionarios de otros gobiernos, Trump decidió finalmente no certificar el buen cumplimiento de Irán, dentro del llamado acuerdo nuclear P5+1 que la República Islámica firmó con las grandes potencias (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania) en julio de 2015.

Por el citado acuerdo Irán se compromete, entre otros, a detener sus programas avanzados de enriquecimiento de uranio y la futura obtención de plutonio, ambos dos caminos hacia el arma nuclear. Como contrapartida Irán ha obtenido un sustancial alivio de billones de dólares a las múltiples sanciones impuestas por la comunidad internacional por transgresiones a su compromiso por el Tratado de No Proliferación nuclear.

En este caso, el cumplimento del acuerdo por parte de Irán fue verificado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en más de ocho oportunidades desde que el pacto se encuentra vigente. O sea que en los hechos se logró bloquear la posibilidad de un Irán con armas nucleares cuando estaba muy cerca de obtenerlas.

Durante su discurso, el presidente de los Estados Unidos justificó con gran detalle su negativa a certificar indicando que el alivio a las sanciones no es proporcional a las restricciones impuestas al programa nuclear. Centró sus objeciones, más que en los aspectos técnicos del acuerdo, en la esencia misma del régimen iraní, su estrategias y, por sobre todo, en su rol como estado sponsor del terrorismo islámico, todos aspectos de extrema relevancia que nadie desconoce, pero que exceden lo pactado.

Sobre la base de estos conceptos más generales que específicos, Trump, que siempre consideró el acuerdo una desgracia para los Estados Unidos, indicó que trabajaría con el Congreso en una eventual modificación y que si esta no se logra, lo dejará caer.

Aunque ya se anticipaba, este enfoque por parte del presidente Trump, causó una honda conmoción y rechazo, dentro y fuera de los Estados Unidos. John Kerry, ex Secretario de Estado y uno de los artífices del pacto, consideró la decisión altamente irresponsable, indicando que sus términos no pueden ser renegociados ni alterados. En ese mismo sentido ya se habían expedido las máximas autoridades de los gobiernos de los demás estados firmantes y de la Unión Europea. Irán por su parte emitió de inmediato un comunicado indicando que no sería el primer estado en retirarse pero que si sus derechos e intereses no son respetados detendrá la implementación de lo pactado, retomando a pleno sus actividades nucleares.

Existe un alto grado de consenso internacional respecto de que la decisión unilateral de Trump de no certificar, crea una innecesaria crisis internacional de gran magnitud y peligrosidad, en un momento en que el mundo se encuentra sumido en otras crisis mayores, como son la de Corea de Norte y Siria, y la precaria estabilidad estratégica entre los Estados Unidos (con sus aliados) y Rusia. A esto se suma la siempre presente amenaza del terrorismo islámico esparciéndose por el mundo, luego de la derrota militar de ISIS en Medio Oriente.

La aprobación del acuerdo nuclear con Irán, que fuera forjado durante la administración Obama, se planteó en los Estados Unidos como una decisión ejecutiva, para así eludir la casi imposible aprobación del Congreso, dominado por una mayoría republicana. Así y todo la legislación vigente establece un control parlamentario periódico, ya que el presidente debe confirmar al Congreso cada noventa días, si Irán ha cumplido con el pacto y si la suspensión de sanciones a la República Islámica sigue siendo vital para los intereses de la nación.

En esta situación de crisis, y aún admitiendo de muchas maneras el impacto negativo de Irán en el mantenimiento de la estabilidad regional y global, es clara la conveniencia de proteger el acuerdo, en virtud de que Irán ha respetado su compromiso. Todo otro escenario podría acelerar una vuelta de Irán a sus intenciones no confesas de obtener capacidad de armas nucleares, esta vez sin ningún tipo de control.

Esta realidad debilita significativamente tanto el frente interno como la política exterior de los Estados Unidos, con potenciales consecuencias desastrosas para la seguridad de todos los países. De este modo, la alianza con Europa y por ende la cooperación en el Atlántico Norte pueden tornarse vulnerables frente a los embates de Rusia y China, a la vez que la credibilidad de Estados Unidos como negociador internacional puede quedar seriamente resentida, con impactos directos en el conflicto de Corea del Norte.

Todo esto configura un escenario internacional de extrema peligrosidad en el que el bajo nivel de prudencia de Trump ha logrado lo que nadie antes: convertir a la República Islámica de victimaria en víctima. Los argentinos, que hemos vivido en carne propia la acción de Irán sobre nuestro territorio, con su apoyo a los atentados de la embajada de Israel en 1992, y de la AMIA, en 1994, unido al vergonzoso memorándum de entendimiento pactado con el gobierno en 2013, tenemos mucho que opinar respecto de lo nefasto que puede resultar un Irán sacando ventaja de vulnerabilidades internacionales para imponer sus ideología radical e intereses más allá de sus fronteras.

por Irma Argüello

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios