El personaje de esta nota se llama Fabián Rodríguez Simón, pero todos le dicen “Pepín”. Hasta hoy era un personaje desconocido para el gran público, porque su rol es trabajar tras las bambalinas del poder. Es el estratega legal del Presidente y solo lo convocan cuando los problemas se vuelven casi irresolubles. Funciona como una suerte de bombero jurídico.
Es un abogado especialista en litigios de alta complejidad, que en los últimos años ganó protagonismo en las filas del oficialismo. Esto también le produjo algunos enemigos de la talla del presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici; la subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia, Silvia Majdalani; o el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Cuando se habla de los operadores del Gobierno en la Justicia se lo menciona entre la tira de “influencers”, pero su gravitación está más supeditada a la Corte Suprema.
Hace dos semanas, cuando estalló el escándalo entre la diputada Elisa Carrió y el ministro de Justicia, Germán Garavano, “Lilita” se refirió, por su apodo, a Rodríguez Simón en la mesa de Mirtha Legrand. “Garavano no existe. La Justicia la manejan Angelici o ‘los pepines’”, lanzó “Lilita”. Esa mención le valió el enojo de “Pepín”, quien dejó de atenderle el teléfono por unos días, porque no le gustó quedar expuesto así. Rodríguez Simón supo desarrollar una amistad con Carrió a partir de un pedido del Gobierno para darle contención. Él y Mario Quintana fueron los elegidos por Macri para amortiguar todos los altibajos de la diputada y cofundadora de Cambiemos. Con la salida de Quintana del Gobierno, “Pepín” quedó solo en la dura tarea.
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Familiar. Otra mención relevante que tuvo en las últimas semanas fue a partir de una foto que le tomaron mientras compartía un café con el presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py, Martín Irurzun. La imagen salió publicada en el portal El Cohete a la Luna, de Horacio Verbitsky, pero además fue replicada, entre otras personas, por la ex presidenta Cristina Kirchner. En aquel encuentro, según trascendió en los pasillos del fuero federal, Irurzun le reclamó por la nueva composición de la Cámara Federal que, según él, quedó desbalanceada. Es que Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, dos de los nuevos integrantes, son muy amigos y podrían hacer “yunta” en contra de él. Otro tema del que se habló fueron los recientes cambios en la Corte. Irurzun era uno de los mimados por el ex presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti. Las malas lenguas también sugieren que pudieron haber hablado de sus hijos. Sucede que el hijo de Irurzun fue hasta hace muy poquito novio de la hija de Rodríguez Simón. Eran consuegros.
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Ángel guardián. “Pepín” es un personaje clave para Mauricio Macri porque influye desde el día 1 de Cambiemos en el poder. Su primera actuación se dio en los días previos a la asunción. Fue el autor de la medida cautelar que sostenía que el mandato de CFK debía terminar en el último segundo de las 23.59 del 9 de diciembre del 2015 y que a partir del primer segundo de las 00.00 debía tomar control del Gobierno la nueva gestión. Esta movida le dio al senador Federico Pinedo la presidencia provisional de la Argentina por unas pocas horas. Como remate de esta historia, pasadas las 00.00 y mientras se desarmaba el escenario de la Casa Rosada que había utilizado Cristina Kirchner para su acto de despedida, Rodríguez Simón junto al actual jefe de asesores de la presidencia, José Torello, y el secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas, se apersonó en la explanada que da a la calle Rivadavia. Allí solicitaron ingresar. “Autoridades entrantes”, afirmaron con cara de dueños. El guardia de seguridad no entendía mucho qué estaba pasando ni a quién respondía a partir de ese momento, pero por las dudas los dejó pasar y adentro les mostraron cómo era el lugar. Así fue como “Pepín” terminó siendo uno de los primeros macristas en ingresar a la Casa Rosada.
Vive en un coqueto departamento de Palermo donde tiene una impactante biblioteca de grandes dimensiones que ocupa las cuatro paredes desde el piso y hasta el techo. El ambiente es grande, de unos 7 metros de largo por 5 de ancho. Allí tiene la colección de la revista The New Yorker, libros de derecho, literatura y biografías. También tiene libros amontonados en diferentes lugares del living, donde se mezclan con pinturas de uno de sus artistas preferidos: Ramiro Fernández Saus. Con este pintor español hicieron un libro juntos que se publicó en 2005. “Pepín” le propuso dibujar a celebridades que admiraba y Fernández Saus aceptó: El libro-objeto se llamó “Maestros impertinentes” y la colección completa está colgada en su casa. Otro libro que editó fue “La crisis bancaria y la operatoria offshore”, basado en el efecto Tequila.
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Su biblioteca fue motivo de charla entre un empresario y un alto funcionario del Gobierno.
Funcionario: Ya casi no quedan políticos con grandes bibliotecas.
Empresario: Es cierto, pero ustedes tienen a uno.
Funcionario: ¿Quién?
Empresario: “Pepín”.
Funcionario: Bueno, no es político.
Empresario: Pero es parlamentario del Mercosur. Además asesora al Presidente. ¿Qué sería para usted?
Funcionario: Abogado.
Como se ve, no tiene demasiados adeptos en el Gobierno. Pero hay algo a favor del funcionario: “Pepín” todavía tampoco se asume como político.
Corte. Rodríguez Simón también fue el autor del decreto presidencial que permitió que asumieran dos jueces de la Corte antes de que el Congreso votara los pliegos. Pero no solo delineó los decretos. También eligió a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti como los dos nuevos integrantes del Tribunal Supremo. Rosenkrantz es un amigo suyo a quien conoce del ámbito privado y con quien aún hoy se envía mensajes de whatsapp. La elección de Rosatti fue una sugerencia de Carrió que cumplía con los requisitos de la estrategia de “Pepín”, quien ya tenía pensado hacerlos asumir por decreto. La idea de Rodríguez Simón era buscar un candidato “propio” y otro que el peronismo no pudiese rechazar. Así sucedió: el pliego de Rosatti se aprobó con 60 votos, dos más que su compañero de dupla.
“Pepín” no ostenta cargo formal como funcionario público del Poder Ejecutivo, pero sí tiene un escritorio en el primer piso de la Casa Rosada, que solo usa él. Está en el despacho de José Torello, el jefe de asesores del Presidente y amigo personal de “Pepín”. La cercanía a Macri se produce a partir de su amistad con Torello y también con Horacio Rodríguez Larreta, con quien fue compañero de running durante cinco años. El Presidente le encargó, incluso, un tema personal. Cuando en el 2016 se conoció la investigación llamada Panamá Papers, Mauricio Macri quedó involucrado en el escándalo junto con su padre, Don Franco. El Presidente figuraba como director en empresas radicadas en Panamá con su progenitor, pero desde el Gobierno explicaban que Mauricio no tenía nada que ver con esas empresas y que solo aparecía por pedido del jefe del clan y que eran sociedades que se habían creado mucho antes de que se dedicara a la política. Esto no evitó que se hicieran denuncias contra el Presidente en los tribunales federales. Para analizar la estrategia judicial, Mauricio convocó a “Pepín”, quien sugirió que se hiciera una demanda civil para dejar registrado con un documento público que todo había sido pergeñado y ejecutado por Franco. Así se creó el expediente “Macri vs. Macri” en el fuero civil que tenía a Rodríguez Simón como abogado del Presidente. Esta actuación le valió la recomendación para que también se hiciera cargo de la denuncia que el kirchnerismo le hizo a Luis “Toto” Caputo, el ex presidente del Banco Central, cuando se descubrió que había sido accionista de fondos offshore.
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Enemigos. Su cercanía al poder le generó enemigos internos y externos. Dos enemigos dentro del propio oficialismo son Daniel Angelici y Silvia Majdalani, con quienes mantiene un enfrentamiento desde que los tres pertenecían a la gestión de la Ciudad. Con Angelici los enfrenta una constante puja por los nombramientos de jueces en la Ciudad de Buenos Aires. Ambos tienen amistades dentro del Consejo de la Magistratura de la Ciudad. En el último tiempo esa enemistad se tensó mucho más porque Rodríguez Simón se alineó con “Lilita” Carrió, la integrante de Cambiemos que más enfrenta a Angelici. Durante la gestión en la Ciudad de Buenos Aires fue denunciado por desalojos violentos a indigentes en las calles, que eran ejecutados por la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP). “Pepín” fue hasta el 2009 jefe de Gabinete del Ministerio de Espacio Público de la Ciudad. El día que el juez Facundo Cubas resolvió la causa, decidió sobreseer a la mayoría de los funcionarios, entre los que se encontraba Macri, en calidad de jefe de Gobierno porteño. Entre los pocos procesados que quedaron estaba Rodríguez Simón. En el mundillo del PRO aún deslizan que aquel fallo tuvo la mano invisible de Angelici, quien habría pedido especialmente que “Pepín” quedase procesado.
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Con Majdalani la enemistad también se remonta al 2009. Aquel año renunció luego de que se aprobara una ley de contaminación visual que, según él, era muy permisiva. Antes de irse denunció que había habido legisladores del oficialismo y la oposición que habían cobrado coimas. Majdalani estaba entre los apuntados.
Fuera del Gobierno también tiene sus enemigos. Entre ellos están Cristóbal López y Ricardo Lorenzetti. El odio del zar del juego se lo ganó luego de encabezar el traspaso del juego a la Ciudad. Antes de la llegada de Macri a la Presidencia, las salas de juegos, en especial los casinos de López, estaban reguladas por la Nación y tenían una deuda impositiva enorme. “Pepín” tuvo la misión de organizar el traspaso, cobrar lo adeudado y subirle los impuestos. Cristóbal lo odia.
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Con Ricardo Lorenzetti la guerra todavía está en pleno desarrollo. El primer paso, como ya se contó, fue meter dos jueces supremos por decreto, y el segundo fue correrlo de la presidencia. El tercer paso de esta movida sería inducirlo a renunciar. En la vocalía de Lorenzetti por ahora mantienen el espíritu para dar batalla, aunque se sienten corridos de escena. Por ejemplo, la semana pasada miraban con asombro una foto publicada en el Centro de Información Judicial (CIJ), el órgano de prensa de la Corte, donde se ve a Helena Estrada, ex pareja de “Pepín”, sentada junto a Rosenkrantz en una conferencia sobre “violencia de género económica y patrimonial”.
La gravitación de Rodríguez Simón también llega hasta Comodoro Py. En el 2016, el juez Ariel Lijo le pidió una reunión. El intermediario fue Jorge Rendo, directivo del diario Clarín, quien prestó un departamento para el encuentro. En aquella reunión, Lijo le reclamó por un video que se había hecho viral en el que el abogado lanzaba junto a Carrió comentarios contra Angelici, Lorenzetti y los hermanos Lijo. “Pepín” aceptó la reunión porque Rendo ofició de garante.
La relación con el Grupo Clarín se remonta a sus años como abogado del estudio Llerena y Asociados. Fue abogado del Clarín en el litigio por la Ley de Medios e incluso, semanas antes del fallo de la Corte, editó un libro sobre ese tema.
Al cierre de esta edición, el operador del Presidente estaba en Nueva York, donde delineaba los últimos detalles de la presentación que hará Argentina ante la Corte Suprema norteamericana para que le concedan un recurso extraordinario en el marco de la demanda que el fondo Burford Capital hizo contra el país por la expropiación de YPF. Entre los argumentos que presentará Argentina antes del 1 de noviembre está que esa expropiación fue una decisión soberana que está fuera de la órbita del derecho societario y por lo tanto de la jurisdicción norteamericana. “Pepín”, además de autor de esa estrategia judicial, es uno de los directores de YPF.
Los servicios que “Pepín” le presta al Gobierno por ahora siguen en pie, pero no se sabe hasta cuándo. Desde que asumió, siempre dijo que estaría por poco tiempo. Pero ya lleva tres años y su influencia sigue en ascenso.
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