Friday 22 de November, 2024

MEDIOS | 04-12-2018 14:14

Andy Kusnetzoff y la hora de los tibios

De irreverente en los '90 a conductor moderado. Lo critican por no jugarse en sus opiniones, pero vivió su año más exitoso.

Esquiva los escándalos mediáticos, no hace de su vida privada un show y todos sus detractores usan la misma palabra para criticarlo: tibio. Andy Kusnetzoff es un bicho raro en el mundo salvaje de los medios pero no sólo sobrevive en él sino que, además, tiene éxito: acaba de ganar el Martín Fierro de Oro de radio por su programa “Perros de la calle” (Radio Metro) y, en televisión, logró consolidar el ciclo “PH Podemos Hablar” (Telefe) y convertirlo en uno de los más competitivos del canal. De notero irreverente a conductor moderado. La transformación de un hombre que se volvió el abanderado de los “no agrietados”, como él mismo se define.

El 2018 no va a pasar desapercibido en la historia de Kusnetzoff y el galardón de oro llegó a confirmar algo que se pronunció en los últimos meses. En los pasillos de El Trece lo acusan de ser “la pesadilla de Mirtha”, ya que luego de tres años de liderar la noche de los sábados, la diva no encuentra la manera de ganarle el rating a su competidor. Por otra parte, su ciclo radial ya es un clásico con 16 temporadas al aire y manteniéndose firme en el segundo lugar, apenas por debajo de Guido Kaczcka y Claudia Fontán de La 100.

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En diálogo con NOTICIAS, y fiel a su estilo, Kusnetzoff no alardea y subraya que los premios son solo un reconocimiento a años de trabajo: “Si el oro hubiera sido un quiebre significaría que mi objetivo máximo hubiera sido ganar un Martín Fierro de Oro y la verdad no es así. Lo tomo, me encanta que me lo hayan dado siendo relativamente joven y perteneciendo a la FM”, dice.

Cuando subió al escenario a recibir la estatuilla de oro, todos se sorprendieron con su breve discurso en el que se limitó a agradecerle a sus compañeros y a la situación actual de los medios: "Espero que el año que viene nos encontremos en esta fiesta con la sorpresa de que hay más medios que se abren y gente que se contrata", dijo.

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Noticias: ¿Cómo se tiene éxito en el medio sin escándalos?

Andy Kusnetzoff: Realmente es algo que busco. No quiero escándalo y le huyo a todo eso. Creo que uno sobrevive con el trabajo. Con el escándalo es muy fácil llegar pero eso se va muy rápido. El camino de los quilombos mediáticos dura un tiempo, pero después tenés que poner otro quilombo y después otro. Igualmente, aunque quisiera, a mí no me sale. Estoy más cerca de la fobia a la fama que de generar un quilombo.

Soft. El perfil público de Kusnetzoff fue cambiando a lo largo de las décadas. Su primer trabajo en el medio fue como notero en 1994, en el programa “Turno tarde”, pero el gran salto lo dio al año siguiente como notero de “Caiga quien caiga”. En los videos de YouTube que compilan sus mejores entrevistas se lo ve desfachatado, persiguiendo a Carlos Menem por todos los rincones, a políticos o celebridades internacionales o pidiéndole un “piquito” a cada actriz que se cruzaba. Hoy, sin embargo, su imagen es otra: no genera cruces fuertes en vivo, ni en radio ni en televisión, y prefiere escuchar las historias de vida de sus invitados. En las redes sociales circula su típica frase: “Uf men, qué fuerte” y sus críticos lo cuestionan por impostar una exagerada cautela.

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Kusnetzoff asegura que no le molesta esa crítica y dice que la supuesta transformación tiene que ver con los distintos contextos en los que le tocó trabajar y, también, con el paso del tiempo. Además, insiste en que no quiere correrse de este camino: “El criterio y la forma de sentir las cosas me trajeron hasta acá y también hicieron que me fuera bien así, hablando con sentido común”, afirma.

Noticias: Hay una transformación del Andy de “CQC”, que era de cruzar los límites de la corrección política, con el de hoy, que se caracteriza justamente por la corrección política. ¿Fue un cambio consciente?

Kusnetzoff: La corrección política no me representa como tampoco cruzar los límites porque sí. Cada etapa tiene sus momentos. Lo que hacía en “CQC” con relación a la política estaba en un contexto muy especial que era el menemismo. En ese momento, lo que era políticamente incorrecto eran todas las acciones del gobierno. Creo que por eso había que hablar de una manera que llamara la atención y encontramos el humor. Después todo eso terminó con la Alianza y con un 2001 que cambió todo. Durante el kirchnerismo yo siempre pensé más o menos igual, comentando las medidas que me gustaban pero denunciando las que no como la corrupción. En “Argentinos por su nombre”, en 2006, me recibieron en la Casa Rosada y pregunté por qué no le daban una nota a (Jorge) Lanata. A Alberto Fernández le pregunté por Skanska. O sea, a mi manera siempre encontré la forma de cuestionar. Ahora me metí en otras historias. Nos fue muy bien sin entrevistar políticos. No es que no tengo mi opinión. Uno a veces se va adaptando al programa. Supongo que el año que viene van a volver los políticos porque hay elecciones y la gente va a querer verlos y escucharlos. Tiene que ver con los contextos y también con que en “CQC” tenía 24 años y ahora cumplí 48. Pasó el tiempo y obviamente uno va cambiando formas de pensar.

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Noticias: ¿Cómo se lleva con la crítica de tibo que recibe tanto de macristas como de kirchneristas?

Kusnetzoff: Poneme el nombre que quieras. Los ideales y los valores que tengo fueron siempre los mismos. Uno puede estar menos o más de acuerdo con determinadas políticas pero te aseguro que yo no pongo las manos en el fuego por ningún político. Hace tiempo dejé de confiar en los políticos. No soy un agrietado que piensa que todo lo que se dice de un lado está bien y todo lo que se dice del otro está mal. Estoy muy curtido. Seguí muchas campañas presidenciales, los seguí por todo el conurbano y desde 1995 cubrí elecciones. Al político que más banqué y más apoyé fue a (Carlos) “Chacho” Álvarez y por estar tan entusiasmado con una persona no me di cuenta que venía con (Fernando) De La Rúa. Desde ahí no me caso con ninguno. Sé que muchos piensan que lo único que hay que hacer es ser kirchnerista o macrista y para mí están equivocados. Yo hablo de políticas sociales, de inclusión, de igualdad, de transparencia pero de la verdadera y no chamuyo, de por qué sí o por qué no a los subsidios. Hablo de cosas concretas y si de afuera me ven como tibio, me chupa un huevo.

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