Lo que para muchos parecía una suerte de moda más, hoy es una realidad preocupante. El calentamiento global y el impacto al medio ambiente figuran en las agendas de los principales gobiernos y organismos multilaterales del mundo, así como también obliga a las empresas a replantearse y modificar sus modos de producción y distribución.
La batalla por tomar conciencia de este panorama desalentador se da desde distintos costados y enfoques. Uno de los ejemplos más significativos es el de Greta Thunsberg: el 5 de julio del 2018, la adolescente sueca de 16 años empezó una cruzada que se convirtió en un fenómeno mundial. La joven decidió aquel día faltar a clases para protestar frente del Parlamento de su país y algunas semanas después, el 20 de agosto, Thunsberg implementó el movimiento #ViernesPorElFuturo (#FridaysForFuture), en donde falta a la escuela para pedir por respuestas concretas y urgentes a los principales líderes del mundo. La actitud combativa tiene su eco en adolescentes de todas partes del mundo.
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“En ese punto, hay una diferencia brutal entre las generaciones. En comparación con los adultos, los más jóvenes están dispuestos a aceptar la existencia de los hechos y a promover cambios”, señaló hace pocos días la adolescente sueca. Esos dichos se pueden comprobar de manera diaria en la calle, con el comportamiento de adolescentes y niños que ya saben distinguir qué es reciclable y qué no lo es. Así, con las nuevas generaciones preocupadas por el cuidado del medio ambiente, la necesidad de tomar cartas en el asunto se torna vital para garantizar una mejor calidad de vida en el futuro cercano a los habitantes del mundo, así como para la reputación de las grandes marcas.
Ciudades del futuro. En este contexto, Editorial Perfil organizó una nueva edición de “Ciudades del Futuro”, evento que invita a representantes de distintas empresas a debatir sobre qué desafíos se afrontarán en los próximos años. Con la moderación de Úrsula Ures Poreda - Editora general de Perfil.com-, empresas de orígenes y rubros distintos debatieron sobre qué se espera de cara al futuro local y global para sus marcas. En esta tercera edición, fue el turno de Coca Cola, Toyota y Andreani.
En diálogo con NOTICIAS, Mariale Álvarez - Directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de Coca Cola Argentina-, señaló los principales compromisos que tiene la empresa multinacional tanto a nivel local como internacional. “En materia de envases tenemos metas corporativas que nos tocan también en Argentina. Para empezar, nuestros envases tienen que ser hechos de materiales reciclables para el 2025, la cual está cumplida”, señaló. Además, remarcó que en lo vinculado al reabastecimiento de agua, se logró cumplir el objetivo programado para el 2020, en 2017. “Ya logramos a nivel local y global reabastecer a la naturaleza con igual volumen de agua que se utiliza para la producción”, puntualizó Álvarez.
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Sin embargo, no todo está cumplido para la mítica marca de bebidas, ya que en los próximos años el panorama se vuelve más desafiante. “Para el 2030 nuestros envases tienen que contar con al menos un 50% de contenido reciclado incorporado: hoy el desafío está en nuestros envases plásticos, que cuentan con un 11 y un 15% de resina reciclada. Para poder lograrlo, necesitamos avanzar en una tercera meta: asegurar para el 2030 que se recuperan y reciclan el equivalente al 100% de los envases que ponemos en el mercado”, desarrolla la Directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de la firma a nivel nacional.
Para ello, desde la firma destacan que es necesario pensar una intervención en el sistema de recolección y residuos sólidos urbanos de manera planificada e integral, que tenga en cuenta tanto factores económicos como sustentables.“Actualmente el nivel de recupero se encuentra, con suerte, entre un 30 y un 35%. Mover eso a cifras cercanas a un 100% es una meta desafiante: el 2030 parece lejos, pero no lo es tanto”, concluye Álvarez.
Reducción de emisiones. Por su parte, Gabriel Pérez – Gerente de desempeño ambiental de Andreani-, remarcó la intención del grupo de origen nacional en reducir las emisiones en lo que a la logística de la empresa se refiere. “Nuestras expectativas es hacer negocios con menor impacto ambiental: reconocemos que el transporte es un generador de emisiones y tenemos que trabajar para hacer una logística más limpia y eficiente”, destacó a NOTICIAS.
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En esa dirección, el representante de la firma que en la actualidad tiene operaciones en Brasil y Uruguay, señaló que desde Andreani buscan atender los desafíos de ciudades y consumidores que cambian. “Los patrones de consumo modifican la logística y la logística a su vez tiene consecuencias positivas para las ciudades”, señaló Pérez.
En cuanto al tiempo en el que estos cambios se produzcan y puedan verse en ciudades como Buenos Aires, se mostró realista y optimista: “Tengo una opinión muy personal: estos saltos, cuando se producen, son bruscos. creo que en lo que hace a la innovación tecnológica, las empresas tienen que estar a la vanguardia para que cuando lleguen esos momentos estar preparados, haber hecho la curva de aprendizaje para salir masivamente”, finalizó.
Las emisiones también son un tema central para Toyota, según se pudo desprender de las declaraciones de Diego Prado a esta revista: “Adherimos al Acuerdo de París, por lo cual hemos asumido el compromiso de no producir ni vender vehículos a combustión de ningún tipo a partir del 2050”, expresó el Director de Comunicación Corporativa de la automotriz japonesa para América Latina y el Caribe . A su vez, complementó “Para ello nos tenemos que preparar y empezar a fijar metas de manera escalonada. La primera es que para el 2025 el 100% de nuestro lineup tiene que tener una versión electrificada, ya sea híbrida, eléctrica enchufable o a hidrógeno”.
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Prado también piensa un paso más adelante en lo que es a la producción de emisiones: “Otro compromiso es lograr 0 emisiones en todo el ciclo de vida del automotor: desde el diseño, la producción, la utilización y la deposición final”. Además, destaca que Toyota cuenta con otros proyectos vinculados a la protección del ecosistema: “También tenemos el compromiso del aprovechamiento del agua, con una visión acorde a las necesidades de cada país. Lo mismo sucede con el conservacionismo de especies, en el país trabajamos puntualmente con Aves Argentinas, sobre todo con el macá tobiano que es una especie en extinción en la Patagonia”.
Respecto a la velocidad de los cambios en patrones de producción y consumo, también se mostró esperanzado: "Creemos que el proceso de transformación va a ser cada vez más rápido", puntualizó.
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