Cada año alrededor de 1,7 millones de personas son diagnosticadas como portadoras del virus de inmunodeficiencia humana, el VIH. En la Argentina, la infección por VIH alcanza a 139 mil personas (el 17% de las cuales no sabe que tiene el virus) y alrededor de 5.800 casos son reportados anualmente. La pandemia de Covid-19 trastocó el panorama, tal y como lo hizo con la vida de casi todos los habitantes del planeta. En este caso, de un modo que puede tener consecuencias muy serias.
De acuerdo con un relevamiento hecho por la Aids Healthcare Foundation (AHF), la cantidad de testeos que se hacen para detectar VIH ha descendido un 40% desde el inicio de la cuarentena. Las razones son variadas. Muchos centros de testeos han cerrado, y las personas están reticentes a ir a los hospitales a buscar los resultados de las pruebas serológicas. También han disminuido los programas de prevención, y las entrega de profilaxis pre exposición (PrEP) y de preservativos. Recién ahora se están reiniciando.
Quienes ya tienen el diagnóstico positivo y están en tratamiento tienen temor de ir a los hospitales y de salir a hacerse los controles. “Toda la atención programada y los análisis de sangre de control se han demorado en este contexto de pandemia -explica Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología-. En el resto del país se han comenzado a reactivar mientras que en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), al estar aún en alerta máxima, no se ha retornado a la normalidad aunque estamos intentando conservar la posibilidad de los turnos y de los análisis de urgencia”. Y agrega: “Como la infección por VIH tratada no genera complicaciones y la mayoría de los pacientes están muy bien de salud lo prioritario es que continúen tomando la medicación”.
Buenas novedades
Mientras tanto, hay algunas noticias alentadoras. El 2 de julio, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (la FDA) aprobó el uso del fostemsavir, un nuevo tipo de medicamento antirretroviral para adultos con VIH, que han probado múltiples medicamentos y cuya infección por el virus no puede tratarse con éxito con otras terapias debido a la resistencia, intolerancia o cuestiones de seguridad.
"Esta aprobación marca una nueva clase de medicamentos antirretrovirales que pueden beneficiar a las personas que se han quedado sin opciones de tratamiento contra el VIH", explica en un comunicado del organismo Jeff Murray, subdirector de la División de Antivirales del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA.
La seguridad y eficacia del fármaco, que se toma dos veces al día por vía oral, se evaluó en un ensayo clínico de 371 participantes adultos que ya han seguido muchos tratamientos con antirretrovirales, pese a lo cual siguieron teniendo altos niveles de virus (ARN del VIH) en la sangre. La mayoría de los participantes habían sido tratados por el VIH durante más de 15 años (71 por ciento), habían estado expuestos a cinco o más regímenes diferentes de tratamiento del VIH antes de ingresar al ensayo (85 por ciento) y / o tenían antecedentes de sida (86 por ciento). Después de 24 semanas de la terapia con el fostemsavir más otros medicamentos antirretrovirales, los científicos hallaron que el 53 por ciento de los participantes habían logrado alcanzar la supresión del ARN del VIH. Los niveles del virus se redujeron hasta un nivel tal como para ser considerados como indetectables. Después de 96 semanas, el 60 por ciento de los participantes continuaron mostrando esa supresión.
La reacción adversa más común al fármaco son las náuseas. Los efectos secundarios graves incluyeron elevación de las enzimas hepáticas entre los participantes también infectados con el virus de la hepatitis B o C, y cambios en el sistema inmunitario.
Reunión mundial
Durante AIDS 2020, la 23ra Conferencia internacional sobre sida, que este año se hizo de manera virtual debido a la pandemia, una de las novedades más importantes ha sido la presentación de resultados del estudio 083 de la Red de Pruebas de Prevención del VIH (HPTN) que evalúa la seguridad y la eficacia de un fármaco inyectable, de larga duración, el cabotegravir, para la prevención del VIH. En el estudio, se encontró que este fármaco es un 69% más efectivo para prevenir el contagio del VIH en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y en mujeres transgénero que tienen relaciones sexuales con hombres, en comparación con el tratamiento estándar actual: tomas diarias de emtricitabina / tenofovir disoproxil fumarato 200 mg y 300 mg.
“Es una inyección que se aplica cada dos meses y que se puede usar con rilpivirina para pacientes tratados, pero también es factible usarla solo para personas VIH negativas con el fin de evitar la transmisión del virus. La Fundación Huésped ha participado del estudio clínico con esta droga en 200 pacientes, y ha demostrado ser incluso un poquito mejor que el PrEV estándar”, explica Omar Sued.
Los ensayos clínicos de fase 3 del estudio, además de en la Argentina, se llevaron a cabo en Brasil, Perú, Estados Unidos, Sudáfrica, Thailandia y Vietnam. De él participan aproximadamente 4.600 participantes y es uno de los primeros ensayos clínicos que compara directamente dos agentes de prevención activos. En una revisión provisional planificada, la Junta de Monitoreo de Datos y Seguridad (DSMB) independiente encontró que los datos del estudio indicaban claramente que el cabotegravir inyectable de acción prolongada era altamente efectivo para prevenir el VIH en la población del estudio.
Vacunas en el horizonte
Tras cuatro décadas, la epidemia de sida fue reconocida como tal en 1981 con casos reportados en Nueva York y California, no ha sido posible desarrollar una vacuna efectiva para prevenir la infección por VIH. Pero actualmente hay dos los ensayos clínicos que ensayan opciones. Una es Imbokodo, que comenzó en cinco países del sur de África en el año 2017 y completó la inscripción de 2.600 mujeres en el 2019. En las naciones del sur de África, las mujeres heterosexuales tienen un riesgo muy alto de infección por VIH. "Es casi increíble, pero en las mujeres de entre 18 y 25 años la prevalencia de infección es más del 50 por ciento", explica Anthony Fauci, director del NIAD, Instituto nacional de enfermedades infecciosas de los Estados Unidos.
En noviembre del 2019 una tercera candidata vacunal, Mosaico, comenzó formalmente los ensayos clínicos con seres humanos. “Mosaico es un estudio que evalúa un régimen experimental de vacunas. Esta vacuna se basa en la combinación de varias proteínas del virus VIH que se agregan genéticamente a un vector viral (el adenovirus 26), inofensivo para los humanos, pero efectivo para generar inmunidad específica contra diferentes subtipos de VIH”, explican desde la Fundación Huésped. De allí el nombre de “mosaico”, por contener diferentes subtipos del virus. Imbokodo también utiliza este tipo de diseño.
El estudio clínico se realiza con 3.800 participantes VIH negativos de 18 a 60 años (hombres homosexuales y personas transgénero) en los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Italia, México, Perú, Polonia y España. Los resultados en monos han sido alentadores: 67% de eficacia. Los resultados de Imbokodo se esperan para el año 2021, y los de Mosaico, para el 2023.
“La infección por VIH es una enfermedad crónica que diagnosticada tempranamente y bien tratada no genera ninguna limitación. La situación pasa ahora por evitar la transmisión y para eso están los PrEP, una intervención que está demostrada -resume Sued -. Mientras, buscamos la vacuna. En las personas que ya están en tratamiento, el tema central es seguir buscando la cura, y algo más a futuro: hay que empezar a prestar más atención al tema del envejecimiento en VIH”.
Faltantes por Covid-19
Setenta y tres países lanzaron la advertencia de que corren el riesgo de quedarse sin medicamentos antirretrovirales (ARV) como resultado de la pandemia de Covid-19, de acuerdo con una nueva encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Veinticuatro países informaron que en estos momentos tienen un stock críticamente bajo de ARV o interrupciones en el suministro de estos medicamentos. Desde el inicio de las diferentes cuarentenas y aislamientos en el mundo, muchos proveedores no han podido entregar los ARV a tiempo: el cierre de los servicios de transporte terrestre y aéreo, y el acceso limitado a los servicios de salud dentro de los países debido a la actual pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2, son algunas de las causas que provocan demoras y temor de desabastecimiento.
Según los datos publicados por ONUSIDA y la OMS, las nuevas infecciones por VIH cayeron un 39% entre los años 2000 y 2019. Las muertes relacionadas con el VIH disminuyeron un 51% durante el mismo período de tiempo, y se salvaron unos 15 millones de vidas mediante el uso de la terapia antirretroviral.
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