“Si bien desde hace tiempo viene dándose un incremento en el consumo de pan de masa madre, fue en cuarentena donde su elaboración fue furor en casas particulares. El tiempo libre y la gran cantidad de actividades online que aparecieron durante ese tiempo, hicieron crecer muchísimo esta tendencia. Así mismo, el consumo en panaderías se vio impulsado principalmente porque el sabor es único e inconfundible, tiene el toque justo de acidez, la costra crocante y la miga mucho más suave, más allá de que también estamos comiendo un alimento más sano y nutritivo, con sustancias favorables a la digestión”, explica Silvina Mangone, maestra Pastelera y Panadera de Molina Panadería.
En el día del pan de masa madre, que se celebra el 1 de abril, pocos conocen la particularidad de este producto comestible. Uno de ellos es que, según el formato que se le dé, puede disfrutarse como compañía de muchísimos platos, por ejemplo, una rica focaccia hecha de masa madre puede ser usada en una buena picada, en alguna entrada o como tostada. El pan de campo con cualquier comida queda bien y, por supuesto, con pastas es el acompañamiento perfecto.
Se cree que hace aproximadamente unos 2000 A.C, los egipcios descubrieron la técnica de elaboración por error, la cual fue perfeccionada con el paso de los años hasta en la actualidad. Se considera que el pan con masa madre es la forma más arcaica y natural que existe de hacer pan. Su fórmula nace previo a transformaciones industriales, e incluso, previo a la creación de la levadura. Con ingredientes fundamentales: agua y harina.
En ese aspecto, la especialista detalla: “En su elaboración es esencial utilizar elementos orgánicos y agua sin cloro. Es muy importante tener en cuenta las temperaturas durante todo el proceso, porque a más calor, menores son los tiempos, lo que nos lleva a estar más pendientes. En cambio, cuando hace más frío, todo tarda más, por lo que los tiempos terminan extendiéndose”.En la preparación, en el caso de la panadería especializada en masa madre Molina, contemplan que el agregado de la temperatura, se obtiene con un sustituto de la levadura industrial que le va a dar un sabor de lo real. De esta manera, es como que se toma el concepto de lo artesanal y logra un sabor propio.
“Ofrecer un producto casero, rico y que, a su vez, sea saludable y natural. Fue toda una experiencia dar con una receta que se ajuste al sabor que estábamos buscando. Tras varias pruebas y el mix de harina integral, de centeno y blanca, dimos con la fórmula ideal para nuestros panes de masa madre” indica la profesional que abastece a los más de 17 locales con el antiguo producto, desde su centro de producción ubicado en Mataderos.
“Lo que tienen de bueno los panes de masa madre es que duran bastante. Se puede conservar en el frío, tanto en la cámara como en el freezer, estando bien tapados, no pierden sus cualidades. Lo que aconsejo siempre es guardarlos, en forma de tostadas, para ir sacando solamente lo que se necesita, y para que también rinda más. Y a temperatura ambiente, suelen durar por lo menos un día más que los panes comunes”, concluye Mangone.
En una curiosa efeméride, que varias personas recordaran algún curso virtual de pan de masa madre en la época de la pandemia, es una manera directa de volver a los inicios de la buena alimentación. Una opción saludable y versátil, capaz de adaptarse a entornos tanto dulces como salados y de convertir cualquier receta, en una alternativa rica, nutritiva y llena de sabor.
por R.N.
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