Friday 26 de April, 2024

COSTUMBRES | 03-03-2023 11:57

Harry & Meghan: ¿expulsados para siempre de la familia real?

Cerca de la coronación, Carlos y William evalúan el impacto de las memorias y el documental de príncipe y toman decisiones.

El repuesto. Así se referían a él, su padre, su abuelo y hasta su adorada madre. El actor secundario, el plan B en el árbol de la genealogía real; en el que su hermano William, dos años mayor, era el número puesto. Con este apodo en mente, Harry, el segundo hijo de Carlos y Diana de Inglaterra, decidió patear a fondo el tablero de la monarquía británica, con su último acto de desacato. “Spare” o “En la sombra” (editado en español por Plaza&Janés), su reciente libro de memorias, brinda una mirada descarnada de su vida en las entrañas de la Casa Real.

Un acto vindicativo que es la culminación de una historia sembrada de rebeldías: una juventud algo desenfrenada, una novia y esposa fuera de todos los cánones oficiales (norteamericana, plebeya, actriz, separada y de raza mixta) y un escape al otro lado del océano, con renuncia incluida a sus obligaciones como miembro de la familia real.

William y Harry

Esa familia a la que acusó indirectamente de racismo en una explosiva entrevista con Oprah Winfrey, y de despreciar a su esposa, en una intimista serie de Netflix, por la que se embolsó 100 millones de dólares. Del mismo modo que lo hiciera su madre Diana en la entrevista que concedió a la BBC antes de su muerte, sacando los trapitos palaciegos al sol; el benjamín de la Princesa de Gales, vuelve a sumir en una nueva crisis a una monarquía que recién logra despertarse de la orfandad por la muerte de la Reina Isabel.

Solo necesito amor

“En algunos momentos se siente como el más largo mensaje de texto de un borracho enojado jamás enviado”, aseguró la BBC sobre el escrito. “Franco e íntimo, son los pequeños detalles los que dan una idea de lo poco que sabíamos realmente”, asegura Vanity Fair.

Santificado o demonizado, el libro de Harry, por el que su autor cobró 20 millones de dólares y cuya versión en ingles quebró todos los récords (vendió 1,4 millones de copias el primer día que estuvo a la venta y en Argentina, no bajó de los primeros puestos del ranking de bestsellers desde que salió), tiene en sus intenciones las mismas contradicciones que sus fans y detractores. Harry puede hablar de reconciliacion y, a la vez, denostar a toda su familia en un mismo párrafo. Una de cal y otra de arena.

Príncipe Harry

Cuenta sobre sus primeros años de internado en el colegio, sus malas notas y su conducta rebelde. Sobre cómo, durante un tiempo, pensó que su madre no había muerto, que había escapado, y estaba escondida en algún lugar lejos de la prensa. Describe su vida solitaria en casa, secando su ropa en un radiador, planificando los disfraces que utilizaría para ir al supermercado o fumándose un “porro” después de la cena. Confiesa sus ataques de pánico y el consumo de drogas psicodélicas, mientras relata cómo perdió su virginidad detrás de un pub. Atisbos de una vida común combinados con momentos de absoluto snobismo y cero conciencia del mundo exterior.

Para muchos en Inglaterra, el libro es, por un lado, la confesión de un niño solo, algo narcisista, traumatizado por la muerte de su madre y, a la vez, una diatriba algo desarticulada contra el destrato familiar hacia su esposa, Meghan Markle, punto de partida de la desunión familiar. En todo el libro, sobrevuela también la acusación a los medios de comunicación. Esos a los que ahora, inexplicablemente, recurre para contar de primera mano sus intimidades. Sin embargo, realmente odia a la prensa, culpándolos por perseguir a su madre de manera tan implacable hasta matarla y de despedazar sin piedad a su esposa y sus hijos.

William y Kate Middleton

Pero, según Harry, no fue por el hecho de ser plebeya (Kate Middleton también lo es) o separada, que crucificaron a Meghan. Ni siquiera su pasaporte norteamericano o su profesión de actriz fueron razones para el ataque, sino su ADN. “Ante todo no me había preparado para el racismo. Ni para el racismo soterrado, ni para el racismo evidente, vulgar y escupido a la cara”, revela en el libro, denostando los titulares que hacían referencia “al aporte exótico de Meghan a la genética real”, como a los comentarios familiares sobre el posible color de la piel de sus hijos.

Las páginas de “En la sombra” también revelan la magnitud del conflicto entre William y Harry. Una pelea física entre ambos fue el punto de no retorno, luego de que William confrontara a Harry en su casa de Frogmore Cottage. “Me agarró por el cuello, rasgó el colgante que tenía puesto y me tiró al suelo. Aterricé en el plato del perro, que se partió debajo de mi espalda. Los pedazos me cortaron”, cuenta Harry. William lo alentó a devolvérsela: “Te sentirás mejor si me pegas”. El se negó y lo echó de su casa. “En algunas cosas era mi espejo, en otras mi polo opuesto. Mi querido hermano, mi archienemigo, ¿cómo habíamos llegado a eso?”, se pregunta, luego de otro frustante encuentro tras el funeral de su abuelo.

Su padre también tiene su retrato. Lo presenta como anticuado, poco mundano y lejanamente afectivo, quizás como una victima de sus propias circunstancias y de ese mismo abandono emocional que reclama Harry. “Tu madre no se ha recuperado”, le dijo sin abrazarlo, cuando le informó del accidente de Lady Di. También se burlaba de él a partir del rumor de que el supuesto amante de Diana, el pelirrojo James Hewitt, era en realidad su padre. “¿Quién sabe si realmente soy el Príncipe de Gales? ¿Quién sabe si soy tu verdadero padre?”, filosofaba risueño. “Una de las causas de este rumor fue el llameante cabello pelirrojo del Mayor Hewitt, pero otra causa fue el sadismo”, opina el príncipe.

James Hewitt

Sin embargo, en su conjunto, sugiere una imagen mucho más cálida del actual rey. Charles entrando a su cuarto con su camisolín blanco y sus pantuflas y dejándole notas cariñosas o sentándose con él hasta que se quedara dormido por la noche, mientras le acariciaba el pelo.

No comments

“Nunca te quejes, nunca expliques”, es el categórico lema de la familia real británica. Y esta es la estrategia a la que se han aferrado todos sus miembros ante la embestida de Harry. Aunque “Spare” se ha movido a la "parte superior de la agenda" desde que se publicó, el 10 de enero de 2023, y la familia está en “conversaciones constantes” sobre “cómo manejar” las afirmaciones vertidas por el príncipe, la Corona nunca hará comentarios.

“El silencio digno es un formato probado”, dice Katie Nicholl, corresponsal de la realeza de “Vanity Fair” y autora de “The New Royals”. “El palacio es reacio a dar respuestas, porque una vez que lo hacen, solo alimentan la narrativa y Harry ha hecho tantas acusaciones, que es casi imposible abordarlas a todas”. Para ella, este mutismo de la institución es “una estrategia sensata”, que está logrando que Harry dañe su reputación pública. Según una encuesta de YouGov, solo el 26% de los británicos tienen actualmente una opinión positiva sobre él. A diferencia de William, cuya popularidad también ha disminuido, pero con un 69% de los encuestados a su favor.

Rey Carlos y Camila Parker Bowles

Según han filtrado fuentes cercanas a Buckingham, William está “furioso y devastado”. La relación entre hermanos estaría rota y sin retorno. De hecho, fue el primogénito quien quiso pasar a la ofensiva y publicar una declaración, pero su padre lo detuvo. El rey es un hombre de 74 años y no quiere este drama a su edad. Según fuentes de USWeekly, “Charles está enojado y angustiado porque Harry ha emitido tantas afirmaciones vergonzosas y dañinas, que cruzó la línea en más de un sentido”.

Según rumores de palacio, la repercusión del libro también podría afectar la invitación de Harry y Meghan a la coronación de Charles. Y muchos ven su asistencia, en caso de que se los invite, como una aparición final de despedida como miembros de la familia. Pero a Charles le gustaría que su hijo estuviera presente en la coronación. Eso evitaría que la familia real se viera como vengativa y mostraría su voluntad de reconciliación.

Para una institución que se mide en siglos de historia y tradición, es importante presentarse como un símbolo de unidad, en especial, en momentos en los que la Casa de Windsor está siendo eclipsada por lo que Nicholl describe como una "corte rival en California". Con una monarquía en franco declive en el sentimiento popular, la reconciliación sería vivida como el mayor acto de progreso de la institución. Todo es posible. El tiempo y el llamado a silencio de Harry y Meghan, lo dirán.

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Gabriela Picasso

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