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COSTUMBRES | 19-11-2020 10:14

Quiénes son los principales íconos fashion que nacieron en las series

Como antes el cine, el streaming consagra looks sumando el trabajo de vestuaristas al glam de las estrellas. 7 estilos inolvidables.

Los vestuaristas son las cabezas creativas detrás de muchísimos estilos que pasarán a la historia de la moda como el símbolo de una época. Sus ideas combinadas con el charme de algunas estrellas logran encarnar una mezcla explosiva, destinada a encantar a los espectadores y a quedar en la memoria como verdaderas obras de arte del estilo.

Desde Edith Head, la creadora de los looks de “Sabrina” y “La princesa que quería vivir” para Audrey Hepburn; hasta la Annie Hall encarnada por Diane Keaton en la película de Woody Allen, cuyo look fue imaginado por la australiana Ruth Morley, las vestuaristas de Hollywood fueron la cara oculta de fenómenos fashion muy exitosos.

Por supuesto, su talento no le resta méritos a la impronta de las estrellas que, desde siempre, fueron capaces de transformar un vestido o un par de zapatos bellos en prendas fetiche, gracias a su elegancia y encanto.

En estos tiempos, en que el cine pierde popularidad frente al avance arrollador de las series, es lógico que las grandes figuras del streaming ganen la delantera como “trendsetters” (marcadores de tendencia) y den lecciones extendidas de estilo, a lo largo de varias temporadas.

Incluso, hay quienes hablan, en la actualidad, de una verdadera era dorada para el vestuario y la moda, merced al alto nivel de producción que se registra en la televisión y el streaming en general.

A continuación, una selección de los vestuarios más inspiradores del momento, las actrices que mejor los lucen y las mentes creativas detrás de su producción.

Figuras. Uno de los combos fashion más potentes de todos los tiempos, en la televisión y el cine, fue el de Sarah Jessica Parker y su vestuarista en “Sex and the City”, Patricia Field. Lo que empezó como un buen look para una neoyorkina cool, en la serie; terminó transformándose en uno de los atractivos centrales de la producción. Una impronta creativa, original y lujosa fue la marca de un estilo que, pese a las extravagancias, encajaba muy bien con la figura de una mujer mundana, económicamente independiente, habitante privilegiada de las grandes urbes del mundo. No hay nadie en el planeta que no se haya enamorado, al menos, de alguno de los equipos que paseó Carrie Bradshaw por las calles de Nueva York o que no haya deseado incorporar a su guardarropa un par de esos maravillos stilettos, que lucía a toda hora, firmados por Manolo Blahnik.

 

Lily Collins

 

Transformada en un personaje en sí misma, Field (que hizo también “El diablo viste a la moda”) reapareció este año en el streaming con “Emily in Paris”, la serie de Netflix creada por el mismo productor de “Sex and the City”, Darren Star. La producción carece por completo de la complejidad feminista de la saga neoyorkina, y de hecho fue criticada por todo: su trama “tonta”, su estereotipo de los franceses, sus innumerables clichés sobre París, etc. Lo único que se salvó de la censura fue el maravilloso vestuario creado por Field y su compañera de tareas Marylin Fitoissi, con piezas rescatadas del fondo del placard de la diseñadora, mezcladas con prendas de pequeñas tiendas parisinas. Lily Collins, la protagonista, no luce muy inteligente en la piel de Emily, pero su ropa es preciosa. Su colección de boinas vintage está entre los objetos más apreciados de su guardarropa.

 

Laura Dern

 

Algunos looks icónicos se distinguen por el brillo y audacia y otros, por su elegancia y clasicismo. En el primer grupo, hay que mencionar el de Laura Dern en “Big Little Lies”. La diseñadora de vestuario de la serie, Alix Friedberg, ganó un Emmy por su trabajo, dotando a cada mujer en la historia de un look que acompañara su personalidad. Pero ella misma reconoce que se lució con el estilo de Renata Klein, el personaje de la ambiciosa empresaria encarnado por Dern. Según contó la vestuarista, la idea era que se sintiera cuanta seguridad le aportaba a esta mujer de negocios, lucir modelos originales y potentes, de etiquetas muy prestigiosas, como Stella McCartney y Azzedine Alaïa. El resultado fue impactante, y su look, el más recordado de la serie.

 

Ncuti Gatwa en Sex Education

 

Con una impronta más artesanal, el estilo de Ncuti Gatwa sobresale en la paleta vintage del vestuario de “Sex Education”, la serie inglesa creada por Laurie Nunn. La idea de la producción fue generar un efecto sin tiempo en la ropa, con equipos de estilo “college”, algo “nerds” y ochentosos. Eric, el gran amigo de Otis, el protagonista, lleva a las telas y los accesorios la energía de su personaje. Sus equipos de estilo étnico, coloridos y vibrantes, son una verdadera invitación a afirmar la propia personalidad, como sea y ante quien sea.

En el otro extremo de esta tendencia extravagante y expresiva, se ubica el estilo de clásico y “high class”, que luce Sarah Snook como Siobhan “Shiv” Roy, la única hija mujer del magnate de “Succession”. Según explicó la vestuarista de la serie, Michelle Matland, su estilo gana en sofisticación, a medida que Shiv empieza a participar en la carrera por el control de las empresas de Logan Roy. Lo especial en este look es que se aleja por completo de las tendencias, tiene una línea austera, con trajes de pantalón a la cintura, blazers profesionales, colores plenos sin estampados ni combinaciones y vestidos adheridos al cuerpo, como única concesión a la sensualidad. Su elegancia trae a la memoria otro vestuario impecable de la era del streaming: el de Robin Wright en “House of Cards”, interpretando a Claire Underwood.

Al igual que otras protagonistas de series, Shiv también tiene a su favor el dato de ser una mujer de proporciones reales, lejos de las medidas mínimas de las modelos de pasarela; una característica que vuelve, a quienes ostentan los roles principales en la televisión de hoy, mucho más atractivas cuando se trata de emular sus looks.

Históricos. Las series de época suelen llevarse todos los premios a la hora de evaluar a los diseñadores de vestuario. Y en los servicios de streaming hay infinidad de producciones que se inspiran en las décadas preferidas de productores y cineastas: los cuarenta y los cincuenta.

“La maravillosa Señora Maisel”, la serie de Amazon creada por Amy Sherman-Palladino (autora de otra serie antológica, “Gilmore Girls”) sobre una joven ama de casa judía que descubre su vocación por la comedia, no solo se llevó todos los Emmy imaginables, también puso la vara muy alta en materia de vestuario. Donna Zakowska, la diseñadora a cargo, cuenta que los vestidos que viste Rachel Brosnahan, la actriz que encarna al personaje, se realizan desde cero, para lograr los efectos de brillo y lujo que son una marca registrada de Midge. La paleta va de los amarillos chillones al negro absoluto de los vestidos de noche, sólo engalanados con una tira de perlas, con faldas y cortes que recuerdan a Dior y Balenciaga. Lo más maravilloso del look de Mrs. Maisel, es que sus vestidos podrían usarse perfectamente en la actualidad, al igual que sus abrigos y carteras. Un inteligente trabajo de diseño que, aunque inventa a partir de una época histórica, intenta crear un look clásico con el que puedan identificarse mujeres de todos los tiempos y lugares.

 

Rachel Brosnahan

 

En “Ratched”, la producción de Ryan Murphy y Evan Romansky, que sigue la prehistoria de la escalofriante enfermera de “Atrapado sin salida”, el vestuario es un protagonista más de la trama, al igual que el diseño de producción en colores shocking, la ambientación de los años '40 y los personajes que encarnan los diferentes matices de la maldad. La protagonista es Sarah Paulson, pero el ícono de moda indudable es Sharon Stone, que encarna a una millonaria excéntrica, de melena platinada, envuelta en pieles y sedas de pies a cabeza. Lo que Stone demuestra en cada escena en que aparece, es que el encanto fashion no se construye solo a partir de lucir ropa hermosa. A él contribuye, fundamentalmente, la comodidad y el desparpajo que sólo son capaces de transmitir las grandes estrellas. La belleza innegable de las prendas creadas para “Ratched” son mérito de Lou Eyrich y Rebecca Guzzi, miembros del staff permanente que acompaña a Murphy y que colaboraron con él en producciones como “Feud” y “American Horror Story”.

 

Sharon Stone en Ratched

 

Ambigüedad. Las revistas de moda de todo el mundo han consagrado por unanimidad a Jodie Comer y su personaje, Villanelle, como el más estrambótico e inquietante ícono fashion de la historia. El personaje es uno de los miembros de la pareja protagonista de la serie “Killing Eve” (que puede verse por Flow), en la que Eve -Sandra Oh- es una policía que persigue a la sociópata Villanelle, una asesina serial, espía rusa, sicaria refinada, que combina sus increíbles instintos criminales con un disparatado amor por la moda. La serie está basada en la saga de Luke Jennings, “Condéname Villanelle”, y fue adaptada a la pantalla por la célebre Phoebe Waller-Bridge, autora y protagonista de “Fleabag”.

“Killing Eve” obtuvo muchísimos premios en todo el mundo y Jodie Comer fue, hasta este año en que ganó Zendaya, la actriz más joven en conseguir un Emmy, a los 26.

El instinto fashion de Villanelle es desproporcionado y excesivo, a punto tal, que su atuendo es un rasgo más de su personalidad demencial y un ingrediente indispensable de la historia. Etiquetas como Chloé, Yves Saint Laurent, Isabel Marant y Alexander McQueen, entre muchísimas otras, forman parte del vestuario, que no repite look en ninguna escena y es supervisado personalmente por la mismísima Comer. Uno de los vestidos más inolvidables de la serie está firmado por Molly Goddard, es de tul rosa con corte princesa y Villanelle lo usa con instinto de clown, acompañado por borceguíes.

 

Jodie Comer es Villanelle en Killing Eve

 

Camperas bomber, trajes masculinos, mini shorts, vestidos de noche, jeans, todo tipo de prendas tienen cabida en el guardarropa de la protagonista que, fuera de la pantalla, se ha convertido también en una trendsetter, que da lecciones de estilo en las alfombras rojas.

Lo más interesante de “Killing Eve” es que la contrafigura de Comer, Sandra Oh, aparece cada vez más destruida por su relación tóxica con la asesina y el hecho también se refleja en su ropa, cada vez más descuidada, arrugada y sin estilo.

Un trabajo profundo e inteligente que permite a la moda jugar el juego que más le gusta: contar la historia sin palabras. De esa capacidad de la indumentaria se vale la ficción para agregar valor narrativo, belleza o glamour a las tramas que nos atrapan.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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