El caudillo Andrés Guacurarí, conocido como “Andresito”, promovió el cultivo de la yerba mate en Misiones durante el siglo XIX. Con un legado que trasciende generaciones, el mate no solo es una tradición sino también un símbolo de historia, que promueve la unión y la amistad. Sin embargo, el consumo excesivo en verano puede traer consecuencias no deseadas para la salud.
Ya sea, amargo, dulce, caliente o en tereré, el mate es mucho más que una bebida; también es un aliado para el bienestar. La yerba mate es rica en antioxidantes, vitaminas del grupo B y C y minerales como potasio, magnesio y hierro. Pero los médicos advierten que su consumo excesivo en altas temperaturas climáticas puede ocasionar efectos adversos como deshidratación, insomnio o irritación gástrica.
“Su bajo contenido calórico y de sodio lo convierte en una opción ideal para quienes buscan una dieta equilibrada. Actúa como un poderoso diurético y antioxidante natural que ayuda a combatir la retención de líquidos y el estreñimiento. Es fuente de vitaminas del grupo B, esenciales para el funcionamiento del organismo, vitaminas C que ayudan al sistema inmunológico y de minerales como potasio, calcio y hierro. Asimismo, sus xantinas estimulan el sistema nervioso central, mejorando la concentración y los niveles de energía. Además, destaca por su función saciante, siendo inhibidor del apetito”, resaltó Ana Alvarez Tartaglia, Licenciada en Nutrición de Boreal Salud (MP 1316).
Sin embargo, algunas desventajas claves que deben ser consideradas. “Su efecto diurético puede llevar a deshidratación si se consume en exceso. Beberlo a temperaturas muy altas puede dañar la mucosa de la boca y faringe. En exceso, puede provocar insomnio, ansiedad y palpitaciones debido a su contenido de cafeína. Puede reducir la absorción de hierro, afectando a personas con anemia y puede causar irritación gástrica en personas con gastritis u otras afecciones digestivas”, detalló la especialista.
El consumo excesivo de mate puede desencadenar diversos efectos secundarios, por lo que es fundamental identificar cuándo se alcanza este límite. Si se combina con otros estimulantes, como café o té, la cantidad tolerable de mate disminuye significativamente. Algunos signos de consumo excesivo incluyen problemas para dormir, sensación de nerviosismo, molestias digestivas y palpitaciones.
“Cabe recalcar que, existen grupos de población que deben limitar o evitar su ingesta. Las mujeres embarazadas y lactantes pueden consumir mate, pero con moderación, debido a su contenido de cafeína. Las personas con anemia deben evitarlo durante las comidas para no interferir con la absorción de hierro. Aquellos con gastritis u otras afecciones digestivas deben abstenerse, ya que puede agravar los síntomas. Asimismo, quienes toman medicación para enfermedades como depresión o Parkinson podrían experimentar interacciones adversas”, agregaron desde Boreal Salud.
En altas temperaturas veraniegas es primordial mantener una hidratación adecuada con agua y evitar reemplazarla por mate. No obstante, en equilibrio, el mate sigue siendo una tradición saludable y representativa de la cultura argentina.
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