Wednesday 26 de March, 2025

COSTUMBRES | 24-03-2025 05:43

Moda y distancia: la nueva era de Melania Trump

La flamante primera dama promete un cambio de estrategia en su segunda gestión. La moda como mensaje político y su historia como inmigrante.

Las cosas han cambiado. Si en la administración anterior se criticó mucho a Donald Trump por ser poco caballero con su mujer y dejarla siempre atrás, en esta segunda vuelta el flamante presidente de Estados Unidos parece haber tomado nota. En sintonía, Melania ha levantado el perfil. Su presencia en eventos, su involucramiento en el apoyo de ciertas leyes y hasta su primera foto oficial parecen dar cuenta de esto. Sigue siendo una figura enigmática y no muy sencilla de leer, pero ciertos gestos permiten interpretar el inicio de una nueva era.

Una posición contundente

Con blazer y pantalón negros y una camisa blanca, aparece de pie y apoyada con los brazos abiertos sobre un escritorio con tapa de espejo. Por detrás, una ventana deja entrever el obelisco de Washington. La mirada es firme, el gesto es serio. En su primera foto publicada en su cuenta oficial de Instagram (@flotus), la Primera Dama parece marcar una posición contundente.

Melania Trump

“Si hay una palabra clave que la describe, es enigma. Es alguien que retacea mucho sus apariciones, sus manifestaciones públicas, y me parece que también mantiene una distancia. Al contrario de la imagen de calidez que se busca construir en torno a las figuras de primeras damas, ella confiere una imagen de enigma, pero también de poder, como se vio en su primera foto oficial”, analiza Carolina Amoroso, periodista especialista en Internacionales y conductora de “TN Internacional”.

Melania Trump

Realizada por la fotógrafa belga Régine Mahaux, quien lleva más de 20 años retratando a la famila Trump, esta fotografía parece querer transmitir una seguridad y un aplomo que no se le habían visto antes. Según expertos en imagen, las puntas de los dedos firmemente colocadas sobre la mesa comunican una disposición a “ponerse manos a la obra”.

“Melania viene del mundo del modelaje y sabe explotar eso. Es una mujer que conoce su belleza, pero esta imagen también demuestra poder”, apunta Rodolfo Vera Calderón, periodista graduado en Relaciones Internacionales. A su juicio, hay ciertas semejanzas con Jackie Kennedy, a quien considera que la actual primera dama tiene como referente. Incluso cuenta que Melania está trabajando en un documental sobre su vida como “first lady” con Amazon, mostrando una versión inédita de cómo es el rol puertas adentro, lo cual evoca el momento en el que Jackie invitó a la TV a visitar la Casa Blanca luego de una gran remodelación. “Melania la emula mucho. No nos olvidemos del conjunto celeste que llevó en la primera asunción. Es su referente en moda y en otros temas también”, sostiene.

Las paradojas

Hace unas semanas, Donald Trump dio un discurso ante el Congreso y Melania ingresó al recinto aplaudida y vitoreada por el público. Vestía un traje gris de falda y blazer y se sentó en un palco, pero tuvo una grata sorpresa: fue mencionada por su marido y aplaudida nuevamente en la sala debido a su labor. Ese lugar visible resulta una novedad refrescante de esta gestión. Gestos similares se habían apreciado en campaña y también en la asunción, cuando se vio al Presidente bastante más pendiente de ella, incluso a pesar de su extraño look con canotier, un gran sombrero que le cubría parte de los ojos y la ocultaba tanto del público como de su propio esposo (de hecho, al saludarla tuvo que darle un beso en el aire, por culpa de la rigidez del ala). “Fue raro, se ocultaba al tiempo que parecía muy plantada en su papel de ‘a mí nadie me votó, no tengo que ver ni mirar ni sonreír’. No termino de entender qué mensaje quiso dar”, analiza Vera Calderón.

Melania Trump

Otra paradoja de la pareja presidencial se da en el marco de la polémica por los inmigrantes. Mientras Trump impulsa la mayor ola de deportaciones de la historia del país, la propia Melania es una inmigrante llegada de Eslovenia en 1996. En aquel entonces lo hizo con una visa de trabajo, para en 2001 obtener la residencia permanente a través del programa EB-1, conocido como la “visa Einstein”, destinada a personas con habilidades extraordinarias, otro punto que marcó polémica.

Sus propios padres, Viktor y Amalija Knavs, llegaron a Estados Unidos en los 2000 y obtuvieron la residencia permanente. Él era afiliado al partido comunista y ella, costurera en una fábrica de ropa para niños, todo un contraste con el origen y entorno de su yerno. En agosto de 2018 se convirtieron en ciudadanos a través del proceso de reunificación familiar (conocido como “migración en cadena”), que permite a los ciudadanos estadounidenses patrocinar la residencia de sus padres, algo que Melania hizo.

En ese contexto, cómo olvidar la parka con la leyenda “I really don’t care, do u?” (“Realmente no me importa, ¿y a ti?”) con la que Melania visitó un albergue de niños inmigrantes cerca de la frontera con México en 2018, cuando el tema de la inmigración era un punto muy sensible para el presidente. Fue criticada duramente por inapropiada, y ella contestó que el mensaje iba dirigido a los medios que la atacaban y difundían información negativa sobre ella.

Melania Trump

Por estos días, la pareja asistió a un sermón en el servicio religioso posterior a la asunción. En la homilía, la obispa episcopal instó al mandatario a mostrar misericordia y compasión hacia las comunidades vulnerables, incluyendo a los inmigrantes y a las personas LGBTQ+. La reacción del Presidente fue de descontento, y al final calificó al mensaje como “muy aburrido”. Pero la mirada que le dedicó Melania durante el sermón dejó incógnitas. “Creo que le puso cara de ‘no te olvides de que yo soy una inmigrante’”, analiza Vera Calderón. Como dato de color, vale marcar que Melania es la primera esposa presidencial que no tiene el inglés como lengua materna.

Para Amoroso, esta cuestión, más que paradoja, señala un caso de doble estándar. “Creo que no es la inmigración en general el problema para Donald Trump, sino cierto tipo de inmigración. Hay que sincerar la conversación: es mayormente la latina”, marca. En ese sentido, el caso más paradigmático es el de Melania, pero es solo un punto más que termina de confirmar el sesgo. “En lo personal, me parece que hay un discurso peligroso en torno a los venezolanos, porque ya han sido foco de mucha estigmatización en América Latina con brotes de xenofobia muy fuertes, y estos discursos terminan por darle validación a los ojos de quienes propagan estos discursos”, agrega la especialista, que además es autora de “Llorarás: historias del éxodo venezolano” (Catarsis).

Está por verse si Melania servirá para aportar sensibilidad a esta causa y a otras más. Aunque parece dispuesta a que se la conozca un poco más, sigue siendo un verdadero enigma para todos.

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Vicky Guazzone di Passalacqua

Vicky Guazzone di Passalacqua

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