Fundación Larivière Fotografía Latinoamericana acaba de abrir sus puertas en La Boca con la exhibición “Los sueños de la mujer araña”, sumando así otro bienvenido espacio al Distrito de las Artes. A comienzos de los años noventa Jean-Louis Larivière y Dudu von Thielmann crearon Ediciones Larivière, un sello editorial especializado en fotografía y reconocido por sus bellos libros. La muestra inaugural es una selección de la Colección personal de Jean-Louis Larivière que suma más de 3.000 obras y que tiene el acento puesto en las décadas del cuarenta a los años noventa, pero también incluye retratos de fines del siglo XIX hasta la actualidad. Está integrada además por postales, porfolios y trabajos que combinan prácticas fotográficas con otros materiales y soportes de renombrados autores, artistas emergentes y anónimos creadores latinoamericanos. La apertura de colecciones es un fenómeno en alza también en otras capitales europeas y americanas, quizá porque los coleccionistas desean compartir visiones, acrecentar las miradas, buscar observadores activos.
Curada por el francés Alexis Fabry, experto en fotografía latinoamericana y cofundador de Ediciones Toluca, la exposición presenta 200 ejemplares de la Colección, desplegados alrededor de 12 series o núcleos en dos salas de casi 400m2. El título de la muestra -“Los sueños de la mujer araña”- recuerda a la novela “El beso de la mujer araña” de Manuel Puig, prohibida por la dictadura militar en la Argentina. El libro es la historia de dos presos torturados y apaleados alojados en la misma celda, que conversan entre sí; uno es un preso político y el otro está encarcelado por homosexual.
Las imágenes, muchas de ellas tomadas en el espacio urbano, reflejan lo bello y lo sórdido, manifestaciones callejeras y violencia policial, noche y pobreza, sexualidades y deseos múltiples, fantasías del mundo del espectáculo y objetos de lujo, cuerpos castigados y golpes militares. Narran, dice el escritor Alan Pauls en el catálogo de presentación, “las aventuras… en ese País de las Maravillas Sangrientas que es América Latina”; región en donde la brecha entre ricos y pobres crece, aumenta la violencia, en la que las migraciones desplazan a millones y se repiten las exclusiones,
En ese sentido, las fotografías brindan testimonio y ofrecen un panorama de distintas épocas y temáticas. Revelan momentos históricos tanto como usos y costumbres, como se observa en el tocadiscos en la austera imagen de 1981 de Oscar Pintor. En “Joven con diario de la serie Muere Perón”, 1974, de Sara Facio, un hombre lee el diario “Crónica” en donde simplemente, y en letras catástrofe, se lee: “Murió”.
Aquí se publican dos trabajos que expresan repertorios íntimos, sugiriendo erotismo y diversidad sexual, como la del mexicano Agustín Martínez Castro, “De 10 a 11 pm”, (1987) y la del colombiano Miguel Ángel Rojas, de la serie “Sobre porcelanas” (1979). Otras dos insinúan y denuncian la violencia de distintas fuerzas armadas, como la del chileno Alejandro Hoppe con “Fiscalía Militar” (Santiago de Chile, 1987), y la de la argentina Adriana Lestido con “Manifestación de taxistas” (Buenos Aires, 1986).
Otras posibilidades de la fotografía se observan en la pieza de Tomás Espina, hecha con pólvora, que incendiada sobre papel, traza una escena callejera conflictiva tomada de los medios de comunicación (De la serie Medios IV, 2008) así como en las impresiones heliográficas de la serie “Bocanada” (1993) de Graciela Sacco a partir de reproducciones, de su autoría o de los diarios.
Presidida por Felisa Larivière, la Fundación cuenta con una biblioteca y una librería especializada en fotografía latinoamericana.
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