Todos los martes, en el Cine Gaumont , una larga fila trasciende la vereda de Rivadavia 1600 de la ciudad de Buenos Aires. Una postal que se observa frecuentemente a la misma hora de la tarde. Las decenas de personas están aguardando el ingreso a la Sala 1 del espacio cultural para disfrutar de algún film de estreno que en ningún cine comercial se puede ver. La posibilidad de que se pueda contemplar una película desconocida, o que solo se podría encontrar asistiendo a algún festival, es gracias al Cine Club Núcleo, el club cinéfilo porteño más antiguo.
La propuesta de visualización cinematográfica nació en 1952 y fue homenajeada en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, el Cine Club Núcleo lleva a cabo sus funciones todos los martes a las 18 y 20.30 hs. Su obra no se ha limitado a exhibir films ante sus socios, sino que se ha proyectado hacia la comunidad a través de funciones para universidades, clubes de barrio, auspicios de semanas de cine, apoyo a cineclubs del interior y hasta funciones en plazas y villas de emergencia.
Sus fundadores fueron el crítico de cine y docente Salvador Sammaritano, Jorge Farenga, Luis Isaac Soriano y Ventura Pereyro. En la actualidad, el hijo de uno de ellos, encabeza la actividad que perdura por más de 70 años en el corazón de la ciudad. En diálogo con Revista NOTICIAS, Alejandro Sammaritano narra el origen y la tendencia de una costumbre cinéfila vigente, en plena época de las plataformas streaming.
Revista Noticias: En la actualidad, ¿Qué es un cineclub?
Alejandro Sammaritano: Un cineclub es un punto de encuentro, que a lo largo del tiempo fue cambiando los objetivos de su función. Por lo menos, en cuanto al Cine Club Núcleo era tratar, en un principio, de salvaguardar al público ofreciendo películas que difícilmente podría acceder en cine convencional y luego generar un debate, una charla, vínculos sociales y coleccionar películas. En su momento, también edito revistas como “Tiempo de Cine” y “Cine de Ensayo”, donde participaron grandes periodistas y personalidades como Quino. Mi padre, Salvador Sammaritano, era director de la revista y tengo el recuerdo de chico que la revista se terminaba de hacer en el living de mi casa donde caían todos los redactores con sus aportes. El cineclub mantiene la tradición de hacer funciones en la sala y el poder sostener de que el público siga con ese hábito de ir a ver películas al cine. Que nos una simplemente el ver una mismo film y meterse en la misma historia, que es muy distinto de verlo en la casa de cada uno.
Noticias: Al cine club se lo consideraba como el semillero de futuros cineastas, ¿Eso ocurrió con Cine Club Núcleo a lo largo de los años?
Sammaritano: En un comienzo, el cineclub estaba conformado por amigos del barrio de Colegiales que querían difundir el cine y con un proyector,recorrían salas y diferentes espacios, como festivales y embajadas. Después los distribuidores de cine notaron que se acercaba al cineclub, un público diferente al masivo y empezaron a llevar películas de directores menos convencionales para aquella época. Utilizaban a Núcleo para evaluar el lanzamiento de las cintas y para que lado apuntar. Se promovió la formación de espectadores y, con el tiempo, se acercaron periodistas, realizadores y actores. Podemos decir que si, que se formaron directores, Raymundo Gleyzer afirmaba: “Núcleo era la mejor escuela de cine de Buenos Aires”. Leonardo Favio, que era muy amigo de mi viejo, venía siempre a Núcleo y en alguna nota de Jose Pablo Feimann decía que el aprendió cine en Núcleo. Una anécdota de Favio la tuvo con el guion terminado de “Crónica de un niño solo”, que al día siguiente de terminar de escribirlo, vio un film de Bresson que era muy parecido y lo tuvo que cambiar, en esencia para que no parezca una copia, y salió la película que todos conocemos. Campanella era socio, también músicos como León Gieco o el pianista de jazz Mono Villegas.
Noticias: No es frecuente que un cineclub cumpla 70 años de vigencia, ¿A qué se debe?
Sammaritano: Podríamos hacer mil conjeturas de porque el cineclub perdura a través del tiempo. Particularmente, desde lo teórico y lo técnico podriamos decir que al espectador le gusta y elegimos los largometrajes adecuados. Por otro lado, la historia de Núcleo hizo que la gente se sienta como parte de una familia, hay mucha calidez y amistad. La gente siente una pertenencia y también hay un trato cálido que, vale redundancia, exista un núcleo duro de pertenencia. Pero si podemos llegar a deducir que es raro. Por eso es un evento tan importante y significativo, que no es común el cumplir 70 años de una actividad ininterrumpida. También, las circunstancias que fueron pasando a través de los años, a Núcleo le fue difícil en momentos que la censura apretaba y había cierta persecución ideológica en todo lo que roza lo intelectual para ciertos grupos que gobernaron el país.
Noticias: En lo personal, ¿Cómo influyo la pasión de tu padre hacia vos para mantener el legado?
Sammaritano: Desde muy chico iba a las funciones del cineclub, obviamente no entraba a ver las películas, y era de los chicos que corría por el hall del cine. El cineclub tiene 10 más que yo de antigüedad, así que ya tuve un cariño inconsciente desde que nací. Sobre la actividad es parte de mi vida, soy contador y tuve una formación universitaria en ciencias económicas, pero siempre acompañé los caminos cinéfilos de mi viejo. Lamentablemente, en el 2001 se enfermó mi padre y no podía continuar con la actividad del cineclub. En ese momento tuve que decidir entre ser contador de una gran empresa o continuar, y dedicarme, al legado familiar. Ahí apareció la pasión del cine y el amor familiar. A partir de todo esto, cuando mi viejo falleció, apuntamos poner las ganas y la fuerza para seguir adelante.
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