Tuesday 19 de March, 2024

CULTURA | 17-07-2021 00:28

“Ese día”, la muestra interactiva de AMIA que recuerda el día del atentado

Reúne el testimonio de 26 sobrevivientes, retratados por la fotógrafa Alejandra López, a 27 años del atentado. En contra del olvido y esperando justicia.

El 18 de julio de 1994, el médico psiquiatra Samuel Szurman estaba atendiendo a una paciente en el Centro de Día de AMIA, cuando la explosión lo hizo volar 5 metros y luego, lo dejó caer junto con los restos del techo de la habitación. Él trataba de entender qué estaba pasando mientras, en medio de la confusión, luchaba por llegar a la puerta de calle. Cuando la alcanzó, comprobó que el edificio de la AMIA había desaparecido y, siguiendo la instrucción de un policía, abandonó rápidamente la zona. Todavía está asombrado de haberse subido a su auto y de haber manejado hasta su casa en medio del mareo y la conmoción.

Gabriela Terdjman tenía 16 años y, aunque eran casi las 10 de la mañana, todavía estaba durmiendo porque habían empezado las vacaciones de invierno. La explosión, entonces, pareció parte de un sueño que se interrumpió de repente, cuando despertó tirada en el suelo. Escuchó gritar a su madre diciéndole que saliera del cuarto, porque tenían que abandonar la casa. El departamento en el que vivían estaba justo enfrente de la AMIA y cuando llegaron a la escalera, la confusión era total. “Se me mezclan las imágenes de lo que vi por la tele y de lo que viví. Sólo recuerdo una nube de polvo negro”, cuenta.

Ana María Blugerman de Czyzewski es contadora y, en 1994, era auditora externa de AMIA. Ese día había ido a las oficinas acompañada por su hija Paola, una estudiante de abogacía, que iba a ayudarla con algunas tareas. En la mañana se separaron dentro del edificio. Ana María realizó gestiones en diversas dependencias y cuando explotó la bomba, estaba en la zona que resultó menos dañada, sobre la calle Uriburu. Sobre Pasteur, en cambio, todo había desaparecido. “Era la escena de un bombardeo de la Segunda Guerra. Todo era destrucción, polvo, olor a sangre, olor a muerte”, recuerda. Pronto se enteró de que su hija estaba bajo los escombros y descalza sobre piedras y vidrios esperó al resto de su familia para empezar a buscarla. Después de tres días, el cuerpo de Paola apareció por fin en la morgue.

Estas son solo algunas de las historias de quienes vivieron en carne propia el desastre causado por la explosión en la sede de la AMIA y forman parte de una muestra que reúne bajo el nombre “Ese día”, el testimonio de 26 sobrevivientes retratados por la fotógrafa Alejandra López.

En el aniversario número 27 del atentado, se renueva el compromiso de AMIA de mantener viva la memoria de las 85 personas asesinadas y de sostener intacto el reclamo de justicia por crímenes hasta ahora impunes.

“No podemos aceptar como natural el hecho de que todavía no se hizo justicia. Por eso, todas las acciones que contribuyen a traer al presente el horror cometido hace 27 años, ayudan a renovar el reclamo y el compromiso con el ejercicio de la memoria colectiva, y a luchar contra el olvido”, expresa a propósito de esta acción, Ariel Eichbaum, presidente de AMIA.

Edificio de la AMIA

Cómo es la muestra

El impacto de una tragedia de esta naturaleza es vasto e incalculable. Se registra en el cuerpo de las víctimas, en la memoria de los familiares, en la huella sobre los testigos y en el peso simbólico que adquiere para toda la sociedad.

Por eso, lo interesante de “Ese día” es que trae otra vez al presente la imagen vívida de lo que representó, en forma concreta, esa catástrofe. “La memoria, en su permanente tensión con el olvido, necesita de la conmemoración, de las efemérides, de la creación de espacios físicos y simbólicos. En tiempos de impunidad el ejercicio de la memoria tiene que implicar el reclamo de justicia”, explica Elio Kapszuk, curador de la exhibición y director de Arte y Producción de AMIA.

Anita Weinstein

Para darle rostro e identidad al testimonio de los sobrevivientes, se convocó a Alejandra López, fotógrafa y una de las mejores retratistas del país. Después de trabajar en importantes revistas nacionales (Viva, Revista La Nación, Elle, Harper’s Bazaar y otras), López se especializó en gráficas de cine y teatro y en la realización de retratos de escritores para Penguin Random House y Planeta.

Para Alejandra López, “serenidad” fue la palabra clave en el proceso de trabajo con las personas retratadas. “A todos les pedí que se conectaran con ese día, con calma, tratando de no buscar golpes bajos. Simplemente se trataba de que ellos estuvieran ahí, presentes, conectados con ese momento. El trabajo trató de ser muy respetuoso y, sobre todo, sutil. No queríamos remover las heridas para que ellos pasaran un mal momento, en función de una imagen un poco más impactante. Los retratos tienen algo un poco melancólico, de mucha tristeza, en sintonía con esta situación serena en la que trabajamos”.

Ana María Blugerman

La muestra es bilingüe y tiene una versión online que puede visitarse en la página “esedia.amia.org.ar” (se puede entrar también a través de la página de AMIA) bajo dos modalidades. Una es la visita virtual, con un desarrollo tecnológico 3D, que permite ver las obras como si estuviéramos en una galería. El otro modo de recorrerla es “cliquear” sobre cada retrato, leer la breve historia inscripta en el reverso de la imagen y seguir el link de YouTube, para escuchar el relato en primera persona de cada testigo del atentado.

El proyecto es exhibirla también en forma presencial, cuando las restricciones por la pandemia lo permitan. De hecho, en octubre, ya está programada una muestra en el Consulado Argentino en Nueva York.

En este caso, las fotografías estarán impresan en papel artesanal, realizado por Alejandro Gravier y Julio Mroue, a partir de hojas de diario y fotocopias de noticias sobre el atentado.

Gabriela Terdjman

La razón, según lo explica Elio Kapszuk es que “este papel no es perfecto, ni liso, tiene texturas, relieves y muchas marcas que dan cuenta de su origen. Estas marcas de papel se transforman en marca en los retratos, produciendo una operación simbólica, que habla de cómo somos atravesados por lo que nos toca vivir y por cómo elegimos continuar. Eso lo sabe un sobreviviente más que nadie”.

Galería de imágenes

Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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