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CULTURA | 26-05-2020 13:59

José Pablo Feinmann: “Alberto Fernández ni me llamó”

El filósofo habló con NOTICIAS de la gestión del Presidente, su relación con Néstor y Cristina, su grave enfermedad y el libro de memorias que está escribiendo.

El 14 de marzo de 2016, José Pablo Feinmann sufrió un ACV que lo obligó a retirarse de la vida pública. Tan duro resultó el trance, que tuvo que dedicarse por completo a su recuperación, abandonar sus actividades y dejar de escribir. Desde fines del año pasado, ha vuelto lentamente a incorporarse al debate público; primero, con sus columnas en Página12 y, luego, en unas pocas entrevistas.

En marzo, se reeditó “Timote”, su relato en clave ficcional del asesinato de Aramburu (publicado por primera en 2009 por Planeta); la acción inaugural de Montoneros de la que el 1 de junio se cumplen 50 años.

Desbordante y comunicativo, Feinmann es filósofo, autor de ficción y guionista. Ha escrito más de cincuenta libros y conducido varios programas de radio y televisión, sin abandonar jamás sus actividades docentes y académicas. Algunas famosas películas argentinas, como “Últimos días de la víctima” (Aristarain) y “Ni el tiro del final” (Campanella), se han creado sobre sus historias. Y aunque se queja de que las universidades no han considerado jamás la calidad de su literatura, reconoce que como filósofo y analista de la historia, el mundo académico le ha dado grandes satisfacciones.

El amigo de Néstor Kirchner, el peronista más crítico siempre listo para el cisma, enemigo del neoliberalismo y detractor feroz de Mauricio Macri, dialogó con NOTICIAS en medio de la pandemia. La influencia de Alberto, la presencia de Cristina, el menemismo, los montoneros y las memorias de su lucha por recuperarse, que está escribiendo justo por estos días.

NOTICIAS: Usted siempre fue muy crítico de Montoneros. ¿Cómo convivió con los que estaban dentro del kirchnerismo?

José Pablo Feinmann: Yo tenía diferencias con los que creían en la lucha armada. Con los cuadros de superficie, no. Con ellos estaba de acuerdo, sobre todo hasta el '73, en la pelea por la vuelta de Perón. Hubo toda una generación que se crió en medio de la ilegalidad constitucional, con gobiernos militares o gobiernos títeres puestos por los militares. Era casi inevitable que surgiera la violencia. Lo que nunca justifiqué fue la violencia en democracia.

NOTICIAS: ¿Y cómo era su relación con esos cuadros cuando llegaron al kirchnerismo? ¿Todavía tenía diferencias?

Feinmann: Para escribir “Timote” me encontré con varios de ellos. Y estaban como jubilados. Conservaban algunos tics. De pronto te empezaban a hablar de que tenían mucha puntería. Por ejemplo, uno me dijo en un bar: “Desde aquí le puedo tirar a aquella torre y voltear el pararrayos”. Pero todos decían que se habían equivocado mucho. Por ejemplo, en oponerse tanto a Perón, aunque Perón hizo una mala política con ellos y peor política con la Juventud Peronista de superficie. No la entendió y la quiso manejar yéndose a la derecha. Pero los montoneros mataron a Rucci. Eso es imperdonable. Perón había armado el pacto social con (José Ber) Gelbart en Economía y (José Ignacio) Rucci manejando los sindicatos. La JP estaba de acuerdo con ese esquema. Estábamos en una reunión y aparece de pronto un tipo de la Organización y nos dice: “Fuimos nosotros”. Nos embroncamos muchísimo. ¿Cómo nosotros? Si era un disparate haber matado a Rucci y declararle la guerra a Perón, en un momento en que acaba de ganar con el 62 % de los votos. Todavía está por verse si lo hicieron ellos o lo asumieron. Pero al asumirlo era como si lo hubieran hecho.

NOTICIAS: ¿Cómo soportó a lo largo de su vida las grandes contradicciones del peronismo?

Feinmann: No estuve a lo largo de mi vida en el peronismo. En la época de Menem no estuve. Me daba vergüenza, fui antimenemista furioso. Pero Kirchner, toca mis fibras juveniles cuando dice: “Pertenezco a una generación diezmada”. Me emocionó mucho. Entonces, pensé: “Este tipo está más cerca de nosotros de lo que yo creía”.Yo todavía no había vuelto al peronismo. En 1995, escribí el guión de la película “Eva Perón” (dirigida por Juan Carlos Desanzo) y fue un manifiesto político en medio del menemismo. Querían una Evita que respondiera a la injuria de Madonna. Una Evita patriótica, pura, santa y yo la hice dura, antidemocrática pero también muy antiburocrática y anticorrupción. Era un manifiesto contra el menemismo. Pero Menem era un personaje increíble. Podía absorber todo con gran cinismo. Se la llevó Julio Marbiz (en ese momento, Director del INCAA) y le dijo: “Aquí está, Presidente, basura montonera”. Menem la vio y opinó: “Me gusta”. Chau, la mandaron al Oscar.

NOTICIAS: ¿Cómo se hizo amigo de Kirchner?

Feinmann: Lo escribí en mi libro “El flaco”. Él me llamó y me dijo que quería tomar un café conmigo, a los 15 dias de haber asumido. En seguida nos tuteamos y durante un tiempo tuvimos varias reuniones. Pero nunca acepté ser su asesor, porque valoro mucho mi independencia. Le dije: “Si soy tu asesor pierdo mi identidad y vos perdés la tuya. Van a creer que hacés lo que yo te digo y de mí van a decir que estoy a tu servicio”. Quedamos en muy buena relación.

NOTICIAS: Una anécdota que usted recuerda en “El Flaco” es una negociación de Kirchner con alguien del entorno de Luis Patti, a propósito del pragmatismo político de Néstor.

Feinmann: Era Alberto Fernández el que le indicaba a quién tenían en cada zona y le señalaba a uno que era “de Patti”. “Es el que está más cerca de nosotros”, le decía Alberto a Néstor. “Bueno. Metelo a ese”, le contestó Kirchner. Se dio vuelta y me dijo a mí: “¿Ves? A ver si te convencés vos y tus amigos intelectuales, de cómo tenemos que hacer política”. Es una discusión muy larga la de las manos sucias y los intelectuales.

NOTICIAS: Cuando empiezan a aparecer una tras otra las denuncias de corrupción, ¿cuál era su sensación?

Feinmann: Nos distanciamos. No sé qué negociaciones empezó con Luis Barrionuevo y yo escribí un artículo que se llamaba “El factor Barrionuevo”, donde lo criticaba duramente. Un día me llaman a casa y me dicen: “Va a recibir un mail del Presidente”. Era un mail siempre amable, cariñoso, pero ya rompiendo relaciones. Me explicaba que él tenía que hacer algunas cosas y que yo no las iba a entender nunca. “A veces sos un intelectual brillante, a veces opaco”, me dijo.

NOTICIAS: ¿Cuál era su opinión sobre Alberto cuando se va del kirchnerismo y critica a Cristina? Usted la apoyaba.

Feinmann: No tanto. Siempre estuve un poco alejado. No estuve en Carta Abierta, por ejemplo.

NOTICIAS: Pero hizo una defensa memorable de ella, diciendo que la odiaban, entre otros motivos, por su belleza.

Feinmann: Y la defiendo todavía. Me parece una mujer brillante. Pero con ella no tuve la relación que tuve con Néstor. Tampoco soy asesor de Alberto Fernández. Ni me llamó.

NOTICIAS: Fue curioso que no integrara el libro que publicó el programa Argentina Futura, con intelectuales de diferentes corrientes, imaginando el futuro después del Covid-19. ¿Conoce a Alejandro Grimson, el asesor del presidente que coordinó el proyecto?

Feinmann: No lo conozco, pero tengo que aclarar una cosa. El 14 de marzo de 2016 tuve un ACV. Estuve muy mal durante dos años y después, estuve recuperándome. Así que hay muchas cosas de las que no me enteré. Ahora estoy muy bien. Todavía camino con bastón y algo de dificultad, pero salí de lo peor. Fue el infierno. Me quitó muchas ganas de escribir. Sí publico mis contratapas en Página12, que han sido muy críticas del macrismo. También le hice críticas a Alberto. No como Beatriz Sarlo. Beatriz Sarlo es un caso perdido.

NOTICIAS: ¿Tiene algún tipo de relación con Cristina hoy?

Feinmann: No la veo hace años. Tampoco tengo relación con Alberto. Lo conozco desde hace mucho tiempo porque él hizo un libro sobre la renovación peronista en el año '85 con Mona Moncalvillo (“La renovación fundacional”, de El Cid Editor). Allí había un reportaje a Cafiero, a De la Sota, a mí y a Chacho Álvarez. Alberto era muy jovencito. Yo me enojé mucho porque en la tapa estaban las fotos de Cafiero y De la Sota y no, la mía ni la de Chacho Álvarez. ¿Qué era eso? ¿Los políticos tienen que “jetonear” enseguida? ¿Más? “Jetonear” es una palabra del '70. Era horrible el “jetoneo”, lo peor que podías hacer. Pino Solanas era un jetón.

NOTICIAS: ¿Por qué era un jetón?

Feinmann: Iba a Madrid, hablaba con Perón, hizo la película “Actualización política y doctrinaria para la toma del poder”. Ahí es donde Perón dice un montón de macanazos. El tercer Perón a mí me cayó siempre muy mal.

NOTICIAS: ¿Qué pensó de la fórmula “Fernández-Fernández” cuando se gestó?

Feinmann: Me cayó muy bien. Como la de Kicillof y Verónica Magario. Además tenía que irse Macri. No lo aguantaba más. Te aseguro que estar recuperándose de un ACV bajo el gobierno de Macri, fue una pesadilla. Todas las noticias eran malas. El dólar subía, la gente era echada a la calle. Fue un alivio que se fuera.

NOTICIAS: ¿Está de acuerdo con lo que está haciendo Alberto Fernández en este momento tan atípico?

Feinmann: Se está desenvolviendo muy bien. Tiene un buen poder de comunicación. Habla con gran serenidad. La presencia de Alberto en la fórmula limó muchas asperezas que la gente tenía con Cristina. Y no suscribo la tesis de Alberto monitoreado por ella. Creo que tiene un espesor político propio y lo ha demostrado. Le tocó el escenario de la pandemia, pero está haciendo las cosas con bastante lógica y precaución. Y reunió a todo un equipo de gente inteligente.

NOTICIAS: Pero Cristina parece imponer ciertas cuestiones, como un economista (Martín Guzmán) de la línea de Joseph Stiglitz.

Feinmann: Sin duda, Cristina está de acuerdo con Stiglitz. Yo también estoy de acuerdo con Stiglitz. Me parece un tipo bárbaro. Lo que él dice, como lo que dice Bernie Sanders, me parece de las mejores cosas que vienen del Primer Mundo. Y, por otro lado, lo tenés a Vargas Llosa, que es un manual del neoliberalismo elemental, porque ni siquiera tiene densidad de pensamiento político. Stiglitz y Bernie Sanders piensan muy seriamente el mundo. Entiendo que Cristina haya influido en la elección de Guzmán. Pero creo que si Alberto no lo quería, no lo ponía. Cristina no puede imponer. Es el gobierno de Alberto. Hace unos días, un amigo me escribía en un mail: “la Argentina es de Alberto”. Ha logrado un crecimiento político enorme. Pero, mejor hablemos de literatura.

NOTICIAS: Esta situación que estamos viviendo, ¿puede transformarse en literatura?

Feinmann: Esta situación ya ha sido abordada por la literatura. “Soy leyenda” de Richard Matheson, que fue llevada al cine con Will Smith en el rol principal, es un libro de ciencia ficción sobre el fin del mundo. “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley, trata sobre una sociedad postapocalíptica. “El planeta de los simios” que termina con la imagen de la Estatua de la Libertad destruida, también es una narración sobre el apocalipsis. Este virus es muy agresivo. No distingue, mata a cualquiera y eso es lo que causa angustia. La gente está angustiada. Más aún si está en soledad, en cuarentena. La soledad lleva a pensar inevitablemente en la finitud. Y la finitud es lo más terrible que sobrelleva el ser humano. El ser humano es el único sobre la tierra que sabe que muere. Esto es un orgullo y una condena porque produce una profunda angustia. Ha sido estudiado por Martin Heidegger y por Giorgio Agamben.

NOTICIAS: ¿Qué opina del último artículo de Giorgio Agamben donde critica el afán de proteger lo que él llama la “nuda” vida por sobre las relaciones sociales, en la cuarentena?

Feinmann: Pero es vida, aunque haya distanciamiento social. Si se rompe la cuarentena, habrá un contagio masivo.

NOTICIAS: ¿Cree que la pandemia va a cambiar al mundo o, como decía Houellebecq días pasados, vamos a volver rápidamente a ser los mismos?

Feinmann: Aunque no me gusta coincidir con Houellebecq, no creo que vaya a cambiar mucho la condición humana. Ya hubo pestes tremendas y la condición humana no cambió. Puede ser que ahora el liderazgo de los Estados Unidos decaiga un poco, porque no supo liderar la lucha contra esta pandemia.

NOTICIAS: ¿Está escribiendo ahora?

Feinmann: Me cuesta mucho pero estoy escribiendo un libro que se llama “Momentos difíciles”. Son reflexiones crepusculares de un escritor de América Latina. Vamos a ver qué es lo que sale de ahí. Estos años, después de cumplir los 70, me pegaron duro. Lo que te queda por vivir no es mucho y no es bueno.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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