Aunque su rol como director de arte de Perfil pueda tenerlo “craneando” tapas a las 3 de la mañana, el mayor vuelo creativo de Pablo Temes no sucede en esas madrugadas frenéticas. Su búsqueda más personal se da cuando se entrega a la pintura en su atelier, reinterpretando paisajes queridos o plasmando algunos soñados. Ese es el camino que lo llevó a la muestra “Crónicas urbanas” en el Museo Benito Quinquela Martín, en La Boca (hasta el 26 de junio), y que despliega obras realizadas en los últimos siete años. ¿La urbe a la que alude? Dos extremos del continente americano, Nueva York y Buenos Aires, unidas por el afecto de su mirada pero también por su cualidad de ciudades portuarias, con gran inmigración europea, de luz límpida y rincones para el recuerdo.
NOTICIAS: ¿Cómo fue la búsqueda de esta producción de siete años?
Pablo Temes: Soy un pintor de lugares más que de personas. Me parece que el paisaje es un pretexto muy interesante para expresarme. Es más enriquecedor que hacer un clásico desnudo o una naturaleza. El paisaje es una excusa para entrar en la pintura. En la época de la pandemia más feroz, cuando todos teníamos miedo de salir a la calle, me iba a la terraza de mi casa y me ponía a pintar imágenes que veía en el barrio. Yo no copio, reinterpreto, ordeno el caos que veo. Pinto la sensación que me da el paisaje, que es una buena coartada para empezar. Descubrí Nueva York en 1997, después volví varias veces por trabajo y por placer. Como ciudad me impactó, sobre todo el costado menos ostentoso, el más íntimo a la altura del hombre, esos barriecitos periféricos de Manhattan, Queens, Brooklyn. Me gustan sus formas y la luz. Y me pareció bueno hacer un contrapunto con Buenos Aires.
NOTICIAS: Reinterpreta eso que ve, ¿qué aprende entonces de sí mismo cuando ve sus obras?
Temes: Cualquier artista que se precie de hacer su arte con el corazón va a sentir que se le modifican cosas adentro. Me saca temas de la infancia. Me modifica, hay cuadros que pinté hace ocho o diez años y los retomo ahora, porque hay algo que no me gusta. Pongo los cuadros que voy haciendo a los pies de mi cama, en una pared que tengo adelante. Entonces me acuesto y me despierto mirando el cuadro, pero la persona que se fue a dormir no es la misma que la que se levanta. La cabeza cambia, y de alguna manera tomás distancia y podés ser más crítico.
NOTICIAS: Hay una obsesión en esto de no poner nunca punto final…
Temes: Sí, claro. Hay un pintor que dice que no termina los cuadros, los abandona. Las primeras veces en mi vida que pude vender fueron muy dolorosas, porque me costaba desprenderme. Pero la retribución más importante no es el dinero, es que haya alguien al que le gusta lo que hacés. Es alguien que quiere el cuadro en su casa y verlo todos los días. Por eso los precios del arte son caros, porque es una pieza única en el universo. Esa energía que está en esa tela es irreproducible. Los pintores seguimos utilizando el mismo método de pintura que hace 1500, 2000 años: óleo, pincel, aceite y una tela. Eso lo hacía El Bosco en el siglo XV.
NOTICIAS: Aunque ahora también se ha inmiscuido la tecnología en el arte, con los NFT…
Temes: Hay un cambio de paradigma brutal con la tecnología. Entonces uno piensa cómo hacer para seducir a un espectador con algo que está quieto en una pared peleando con toda la cinética de Internet, del audio, del movimiento, de las redes. Y creo que el tiempo nos va a dar la razón a los que pintamos y a los que escriben en papel, porque eso es inalterable. Lo que pasa es que la sociedad va a 500 kilómetros por hora y todo es efímero, líquido. Es todo apurado y rápido, y eso no está bien. Y te lo dice alguien que se asume hiperquinético.
NOTICIAS: ¿La pintura no es un repliegue contra eso?
Temes: Un poco, es como una sanación. Un ejercicio zen para poder conectarme. Pero el trabajo que hago desde la gráfica y lo editorial me demanda mucha energía. A veces estoy diseñando tapas a las 3 de la mañana.
NOTICIAS: ¿Y cómo separa ambos mundos?
Temes: Soy bastante estructurado en mi manera de pensar, y trato de no mezclar mucho las cosas. Cuando hago caricaturas o ilustraciones sobre un hecho periodístico es uno, el que pinta un paisaje es otro. Para algunos eso no está bien, lo ven como algo demasiado zigzagueante. Soy egresado de Bellas Artes, y en la escuela decir que eras ilustrador era pecaminoso, como un arte menor. Pero Toulouse-Lautrec hacía caricaturas, Leonardo y Miguel Ángel también… A mí la caricatura me enloquece, sobre todo la política. Tengo más de 3000 hechas en NOTICIAS solamente. Soy uno y soy otro, pero trato de hacer ambas con mucha honestidad.
NOTICIAS: ¿Le costó el prejuicio?
Temes: Un poco al principio. Allá cuando tenía 20, 21 años. Pero al final del camino, después de casi 40 años de estar trabajando en esto, te das cuenta de que no está mal. Además, si no hubiera terminado siendo docente, algo que a mí no me gusta, sobre todo porque te saca mucha energía.
NOTICIAS: ¿Cuáles son sus influencias? Una muy clara en estos paisajes y escenas es Edward Hopper.
Temes: Sí, lo que Hopper tiene es esa magia de la pintura silenciosa. Cualquier persona que no conozca de pintura pero haya visto “Los halcones de la noche”, esas cuatro o cinco personas en un bar americano, entiende de lo que se habla. Muchos directores han abrevado en la estética de Hopper, hay escenas de Hitchcock que están sacadas de ahí directamente. Pinta el silencio de alguna manera, y a mí eso me gusta mucho. Porque es como que ahí no pasa nada, pero podría pasar de todo. Hay un clima de ensoñación y surrealismo y a la vez una gran potencia de formas y colores. Son como poesías. Podría poner mis influencias en una balanza de lo mucho que pesan, son muchas… Pienso en Max Beckmann, Pablo Picasso, Paul Cézanne, y también en argentinos como Pío Collivadino, Miguel Victorica, Juan Del Prete, uno mejor que el otro.
NOTICIAS: ¿Haría una muestra de caricaturas?
Temes: Sí, he hecho alguna vez en muestra colectiva. También me dicen que haga una con las tapas de NOTICIAS. La verdad es que en todos los casos trato de ser genuino y de sorprender al que está del otro lado de la revista, el dibujo y el cuadro.
Comentarios