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CULTURA | 03-06-2022 15:02

Sarmiento, Hernández y Lugones: los escritores masones

Antonio Las Heras, autor de “Belgrano y la masonería”, dio una charla sobre literatura argentina y habló de los argentinos más famosos de esa logia.

La Sala Sábato de la Feria del Libro estuvo colmada de público en la presentación de  “Domingo Sarmiento, José Hernández y  Leopoldo Lugones: escritores y maestros masones”. Era un evento a cargo del escritor Antonio Las Heras, y organizada por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), el viernes 13 de mayo. El autor de libros históricos, como “Las Heras. El militar, el hombre” y “Belgrano y la masonería”, se refirió al perfil literario, político y masónico de las personalidades argentinas de finales del siglo XIX.

El encuentro coincidió con el lanzamiento de su último libro, “Brechas del espacio-tiempo”, editado por Grupo Argentinidad. En este texto relata las diversas  vivencias sobrenaturales que tuvo hace más de cuarenta años, contemplando otro aspecto del autor: su fascinación por el psicoanálisis y la parapsicología, que divulgó en publicaciones anteriores como “Sigmund Freud-Psicoanálisis y parapsicología” y “Psicología Junguiana, un recorrido por la vida y la obra del creador del inconsciente colectivo”.

Investigador de fenomenos paranormales y miembro de la Sociedad Cientifica Argentina, el multifacético escritor se abocó, en los últimos tiempos, al estudio de la masonería y a su vínculo con los próceres nacionales. Es una mirada diferente y biográfica sobre la más legendaria de las sociedades secretas, y su relación con la escritura argentina, de la mano de las plumas mas emblemáticas del país. Un abordaje sobre la fraternidad del “compas y la escuadra” que continúa generando atracción en el público.

Noticias: ¿Qué es la masonería y qué influencia tuvo en la literatura argentina?

Antonio Las Heras: Tenemos que contextualizar la masonería de qué época, en qué cultura o en qué ambiente sociocultural. No es lo mismo la masonería europea del siglo XVIII, que la masonería actual. La de hoy dejó de ser una sociedad secreta. Es, en todo caso, como dicen los masones, una sociedad discreta. Tenemos hoy en Argentina hasta la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” que está inscripta en el registro de personería jurídica. O sea, está en el mismo nivel que un club social o un club de fútbol. La parte oculta ha desaparecido. La masonería de fines del siglo XVIII o fines del siglo XIX en lo que hoy es la Argentina sí estaba constituida por una cantidad de logias que mantenían el secretismo porque el Rey de España había decretado la persecución y el arresto de los masones en los territorios coloniales. Hay que tener en cuenta que todos los que hicieron la Revolución de Mayo, salvo Azcuénaga, eran maestros masones. Es lo que yo hablaba en mi conferencia, por ejemplo, en el caso de Sarmiento, al que llamo “un masón cabal”. Cuando uno le pregunta a un maestro masón, o a alguien que ya llegó a ese grado, porque a la masonería se ingresa con el grado de aprendiz, según la evolución, compañero, y, finalmente, maestro masón; ¿Qué caracteriza a un maestro masón? La respuesta es que los masones son libres pensadores. Es interesante, el libre pensador no es hago lo que quiero, libre pensador es una persona que utiliza el pensamiento racional, deductivo y reflexivo para tomar decisiones. Si hay alguien que ha sido maestro, masón y escritor, que ha entrado perfectamente en esa línea, ese es Domingo Faustino Sarmiento y el otro es Leopoldo Lugones. El caso de José Hernández es distinto porque lo que nos legó fue el Martín Fierro. De la lectura del Martin Fierro se infiere muchos aspectos dela sabiduría masónica. Por ejemplo, uno que señalé es que el masón confía en su capacidad personal y en su fuerza de voluntad. Recordaba los versos en  que dice “más que el sable y la lanza ha de servir la confianza que el hombre tiene en sí mismo”.

Noticias: ¿En qué aspecto coinciden Sarmiento, Hernández y Lugones en cuanto a su relación con la masonería?

Antonio Las Heras: En cuanto a coincidencias, llevaron a cabo lo que llamamos la labor proactiva. En masonería, se suele hacer un análisis interesante entre lo activo y lo proactivo. Un esclavo que cumple bien las órdenes del amo es una persona activa, hizo bien lo que se le ordenó. El proactivo crea su propia historia. En estos tres ejemplos, lo primero que advertimos es que son tres personas que hicieron su propia historia. Sobre todo Domingo Faustino Sarmiento, una cosa es haber nacido en París o en Buenos Aires, y que por una situación económica holgada los padres lo mandan a estudiar a la Universidad de Salamanca; y otra cosa es haber nacido en un pueblecito de San Juan, y haber nacido con todas esas faltas para trascender en la vida. Sin embargo, Sarmiento lo logró. Era muy irónico y humorista, ya en su exilio en Paraguay, un periodista le dijo: “Usted habiendo empezado desde una familia humilde, llegó a general, llegó a doctor, llegó a Presidente. Usted no puede ambicionar más” y Sarmiento irónicamente le contesta: “me quedaron dos cosas que no pude ser: porteño y obispo”. Hay una característica de los tres: son vidas proactivas. Son gente que se han construido a sí misma.

Noticias: En el siglo XIX y principios del Siglo XX, ¿cómo convivía la masonería, la política y la escritura?

Antonio Las Heras: Hay un detalle que suelo decir que es la aldea que era Buenos Aires. Porque si no, se nos ocurre, como decía Borges, que Buenos Aires siempre existió. Buenos Aires, a fines del siglo XVIII y comienzo del siglo XIX, era una aldea. Esa aldea permitía varias cosas, que la tenemos que analizar con la perspectiva de aquella época. Primero, principalmente, que había tiempo porque había pocas cosas para hacer. Segundo, quienes tenían cierto protagonismo, comerciantes o militares, sabían leer y escribir, era gente que tenía tiempo, algún viaje a Europa habían hecho estando al tanto de las nuevas ideas. Entonces dedicarse a escribir, era como hoy estar en las redes sociales, sino no te identifican. En aquella época era la única manera de transmitir información era escribiendo. Por eso se arman ciertas sociedades en Buenos Aires en 1810 y después también. Absolutamente entendible, que los mismos que tenían una formación militar, académica o comercial; sabían leer y escribir, y además hicieran política. Eran los primeros interesados en hacer los cambios necesarios para que la vida en Buenos Aires tuviera ciertas características. Hay un detalle que me gusta señalar desde lo masónico, Muchos historiadores señalan que la idea de independizar esta parte de América de la corona española es una idea que surge en 1810, cuando Napoleón toma España y pone a su hermano. Eso no es cierto. En la aldea de Buenos Aires, en 1795, había una logia que llevaba el nombre de “Logia Independencia”. Quiere decir que en 1795, influenciados por las ideas de la Revolución Francesa y las ideas que prevalecieron en Europa, ya existía un grupo de personas que ya pensaban en independizarse de la corona española.

Noticias: ¿Qué legado destaca de Sarmiento, Hernández y Lugones?

Antonio Las Heras: Les tocaron vivir tiempos difíciles y no se quedaron en la queja, en el llanto o en la melancolía. Los tres dijeron voy a actuar, voy a ser protagonista. El legado más maravilloso que los tres nos dejan, es que decidieron ser protagonista de sus vidas, de la sociedad, de la gente que los rodea, contaminar el germen de la proactividad. Es un legado magnífico en el siglo XXI, sobre todo en Argentina, que tenemos la cultura de la queja y esperamos que venga algún otro con una actitud paternal, lo resuelva. Estos tres se hicieron así mismos. Dieron la batalla que había que dar, pasaron momentos muy malos y otros mejores. Siempre protagonistas de su propia vida entiendo que es el mejor legado, más allá de la escritura o demás. Son formas de escribir que ya no se utilizaron, igual se lee a cualquiera de los tres muy bien. Escribimos de otra manera, con otros términos, pero el legado que encuentro es esta actitud frente a la vida.

Noticias: ¿Hay una curiosidad en la gente por la masonería?

Antonio Las Heras: Por la masonería sí, porque es una institución abierta. En la Noche de los Museos de la Ciudad de Buenos Aires, varias logias masónicas abren sus puertas al público y hay algún guía que explica. Ya no son sociedades secretas, sino discretas con una actividad pública. Tiene el atractivo de lo misterioso y, más o menos, de lo secreto, que  continúa. En Argentina hay muchas logias, hay logias sólo de varones, logias sólo de mujeres, y logias mixtas de varones y mujeres. Obviamente, con inquietudes que ya no son las de las otras épocas.

 

*Gustavo Winkler es alumno de la Escuela de Comunicación de Perfil.

 

  

por Gustavo Winkler*

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