Friday 26 de April, 2024

ECONOMíA | 13-03-2020 18:33

Principio del fin de la burbuja crediticia

Aquellos que crean que lo que estamos viendo en los mercados financieros se trata sólo de pánico generado por coronavirus, se llevarán una sorpresa.

Aquellos que crean que lo que estamos viendo en los mercados financieros se trata sólo de pánico generado por coronavirus, se llevarán una sorpresa.

Frente al mercado de acciones más sobrevaluado de la historia, el coronavirus fue el detonante para el fin de la fantasía. Pero entonces, ¿qué fue lo que gestó la fantasía?

En los últimos 10 años, los principales Bancos Centrales del mundo coordinaron la intervención más grande de la que se tenga registro, comprando todo tipo de bonos para forzar artificialmente las tasas de interés en el 0%. ¿El objetivo? Estimular la economía por el lado del gasto/la demanda, al mejor estilo Keynes reloaded. ¿Los efectos colaterales no deseados? Con la tasas tan bajas, se tomó crédito para cosas que tenían sentido y también para otras que no lo tenían en absoluto. El desastre que estamos viendo es consecuencia del mal uso del crédito. Veamos:

Sin esa colosal inyección de crédito, Macri jamás hubiera conseguido dinero prestado (si Scioli hubiera ganado, también se lo hubiesen prestado). Prueba del delirio es que hace menos de tres años, a Argentina le estaban prestando dinero a 100 años. ¡Qué tiempos aquellos!

El crédito barato permitió también la proliferación de empresas que perdían dinero de manera crónica, pero que podían seguir creciendo porque había crédito o inyección de capital (que a su vez era obtenido a tasas ridículamente bajas, gentileza de los Bancos Centrales).

¿Ejemplos? Uber, WeWork, Tesla. Sólo tres marcas bien conocidas que nunca  ganaron un centavo y que solo pudieron existir en una época en la que ganar dinero no parecía  importante.

¿Qué otros ejemplos vimos de mala asignación? Empresas que se dedicaron a la extracción no convencional de petróleo (fractura hidráulica) consiguieron créditos por unos U$S 100.000M e hicieron posible que EEUU se transformara en el primer productor mundial de petróleo. El detalle es que… esas empresas tampoco consiguieron ganar dinero. (A nadie debería sorprenderle que el conflicto Rusia – Arabia Saudita vaya a mandar a la quiebra a la totalidad de este sector en los EEUU).

Pero la auténtica obra maestra del terror la realizó Wall Street. Dado que las empresas podían tomar crédito a tasas cercanas al 1%, sus ejecutivos idearon una estafa relativamente sencilla: tomaron dinero prestado para recomprar las acciones de la propia compañía para la que trabajaban.

Así, empresas como Boeing o General Electric recompraron acciones de sus propias compañías por decenas de miles de millones de dólares. ¿Con qué objetivo? Verán, los ejecutivos tienen el grueso de su remuneración atada a lo que suceda con el precio de las acciones de la compañía que dirigen. Con lo que, al forzar hacia arriba el precio de las acciones, obtenían bonos cada vez más jugosos (en acciones y opciones).

¿Sabían ustedes que en el 2019 marcó la mayor cantidad de renuncias de CEOs de la historia corporativa de los EEUU y que además eso sucedió en un año de crecimiento? Bueno... saben que tarde o temprano, los llevarán a juicio.

El fin de este abuso crediticio finalmente está comenzando: en los últimos cinco días, los bonos corporativos de calidad “Grado de Inversión” cayeron un 15%. Y eso es sólo el comienzo del fin de una interminable lista de abusos, estimulados por la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y otros. Definitivamente habrá que colaborar con la tarea de Javier Milei de cerrar TODOS los bancos centrales del mundo (no me sorprendería que cuando esta masacre termine, volvamos a una versión del Patrón Oro).

Por último vale comentar algo acerca del ridículo voluntarismo argento que asegura que, “los acreedores internacionales correrán suplicantes a nuestros brazos para aceptar cualquier oferta de reestructuración”. Simplemente no sucederá: Argentina no era muy relevante hace dos meses y hoy esa tibia prioridad pasó a estar congelada y al fondo de la lista.

por Miguel Boggiano

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