Los dejo con el relato en primera persona de su dueña:
La casa data del año 1886, su propietario original fue Justo Jorge Jauretche.
Mi Pueblo “Lucas González” tiene una historia súper interesante con respecto a su ubicación y nombre, fué fundado 2 años más tarde en 1888. Luego de su muerte los campos se dividieron entre muchos herederos. En el año 1990 mi suegro y uno de sus hermanos compran una pequeña parte de lo que en su momento era una gran estancia con muchísimas hectáreas, en este momento se cambia su nombre a “Los Olivos” y en el 2002 vuelve a tener su nombre original El Infierno.
Desde que tengo uso de razón tengo una fascinación por todo lo antiguo. Desde un mueble, una taza o una sopera.. esas paredes asentadas en barro son increíbles! Una puerta, un piso de pinotea y los calcáreos que ahora están tan de moda, cuando en una época la gente los sacaba de sus casas y ponía cerámicas. Yo no lo podía entender, si eran bellísimos, imperfectos y gastados.
Una puntilla amarillenta , una foto tan clásica de esas familias numerosas todos ubicados a la perfección para la foto, el vestido de novia de mi Mother Elvira que guardaba en un baúl que le habían regalado para su casamiento… ese baúl hasta el día de hoy tiene en su interior un aroma que amo.
Al fallecer mi Mother sus hijos comienzan a repartir sus cosas, cuando llegó el momento del baúl, mi tía Esther fué la que decidió que él era para mi. Al abrirlo encuentro un bolsa con 2 tapas de almohadones de lino blanco con la técnica del desagujado y 2 cartas que mi Mother escribió para mí, esas cartas las escribió en unos papelitos que yo había dibujado a mis 4 o 5 años.
En días post a su partida, voy a lo de mi papá y saque de un cajón de su cocina 2 cuadernos de recetas con su letra caligráfica. Uno de ellos era un cuaderno al que le habían sobrado hojas en blanco desde su escuela primaria. Así que también hay en él algo de su infancia. Hay tanto de Ella en mi .. que jamás se fue .Siempre está. Cada día pienso en mi mother con mucho amor y agradecimiento de haberla tenido en mi vida.
Cuando pude comenzar a comprar objetos del pasado no pude parar. Comencé con muebles y arañas porque sabía que en algún momento y como diría mi marido “el día de mañana“, iba a estar todo en la casa de El Infierno. Así fue que luego llegó mi primera compra de vajilla, las primeras tazas son una Grindley Peach Petal.
Lo demás ya sabes Caro… me pierdo en la vajilla antigua. Tomó una pieza en mis manos y me maravillo al pensar en su historia: ¿Habrá sido un regalo de bodas? ¿En qué mesa se lució? Cuantas charlas compartidas y confidencias, etc.
Me emociona tener esas partes de historias en mi casa, en mi vida, jamás las dejaría ir y tampoco podría dedicarme a lo que haces vos.. porque me las quedaría a todas para mí.
Disfrutemos lo nuestro, lo autóctono, nuestro patrimonio es tan valioso y a veces no lo vemos.
Los espero en la próxima casa real y vajilla antigua.
por CEDOC
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