En este tiempo de virtualidad, vertiginosidad, conflictividad, inteligencia artificial, cultura del tener y de la estética, simultaneidad entre lo real y lo virtual etc. Los educadores nos debemos cuestionar ¿qué enseñar?, partiendo de la premisa que debemos enseñar para la vida desde una educación humanista donde son preponderantes y necesarias las habilidades sociales.
La educación en nuestras escuelas se encuentra interpelada por la virtualidad y la inteligencia artificial aparejada por la salida de la pandemia que todavía tiene las secuelas emocionales que desembarcaron en las escuelas, todo esto no está contemplado en la educación tradicional; la emocionalidad es lo más demandado por los estudiantes y docentes para poder resolver la convivencia en las escuelas de una forma positiva; la demanda es contener emocionalmente para después poder enseñar aceptando que realmente el estudiante aprehende lo que lo mueve emocionalmente; en definitiva debemos preparar el terreno emocional para que el estudiante desee aprender, no podemos obligar a aprender sino generar el deseo para favorecer el aprendizaje.
La memoria tiene un soporte en la virtualidad y ahora también la inteligencia artificial se encarga del razonamiento, actividades que eran exclusividad de los espacios áulicos; ya es evidente que no podemos enseñar cómo nos enseñaron a nosotros.
En la era de google, en que podemos acceder a información sobre prácticamente todo en cualquier motor de búsqueda de internet no es necesario que nuestras escuelas enseñen conocimientos, sino que enseñen a procesar información y a fomentar la creatividad. Lo que uno sabe es cada vez menos importante, y lo que uno puede hacer con lo que sabe es cada vez más importante, desarrollar el pensamiento crítico, capacidad para resolver problemas, trabajar en equipo, perseverar en sus proyectos, tomar riesgos, aprender de sus fracasos y no dejarse amilanar por estos últimos, cuando fracasas estas aprendiendo, hago tanto énfasis en los fracasos porque debemos enseñar la tolerancia a la frustración para forjar una personalidad emprendedora.
¿Cómo mejorar nuestras escuelas?, estamos limitando nuestro enfoque a pensar en cómo mejorar nuestros sistema educativo. Pero si en lugar de hacernos esa pregunta, reenfocamos sobre nuestra meta final, y nos preguntamos cómo hacer para educar mejor a nuestros niños y jóvenes y prepararlos para la vida contemplando todo el aspecto emocional pensando en una sociedad futura, lograremos escuelas mucho más creativas, contenedoras, contemplando todas las demandas socioculturales aprendiendo a valorar sobre todo la persona humana, la virtualidad es de gran utilidad bien utilizada, esa buena utilización depende de cómo educamos emocionalmente a nuestros estudiantes.
La educación Emocional tiene por objetivo ayudar a que se adopten comportamientos apropiados a los estímulos naturales o virtuales que recibimos en un contexto dado desarrollando habilidades sociales, control de la impulsividad, expresión de las emociones. Al valorar los estados emocionales se obtienen conductas adaptativas de buena convivencia social.
Si bien hemos destacado y analizado las bondades de la virtualidad, debemos tener presente que lo primordial para el ingreso al conocimiento es la buena preparación en la lecto escritura, que el pensamiento de los niños pueda ser volcado en un texto es un ejercicio mental de múltiples beneficios como también poder interpretar lo que se está leyendo, puedo pecar de estar diciendo una obviedad pero a veces obviamos lo obvio, la lecto escritura es la columna vertebral del aprendizaje, desde cualquier asignatura debemos estimularla y perfeccionarla. Poder escribir ideas, pensamientos y sentimientos es un catalizador emocional de mucha utilidad. Es necesario que los niños encuentren placer por la lectura antes de la utilización de las pantallas, la pantalla nos brinda un pensamiento concreto y la lectura un pensamiento abstracto que nos lleva a navegar por el mundo, si nos concentramos en la lectura nuestra mente se ubica en tiempo y espacio de la descripción que estamos leyendo, por esto y mucho más la importancia de la lecto escritura.
Entonces, en la era de la información y todo el acceso a la misma como educadores nos debemos situar en el medio del camino de lo que ya les interesa a nuestros estudiantes y lo que sería bueno que les interesara generando el deseo de aprender; asociando el aprendizaje con la vida cotidiana, ofreciendo varios tipos de experiencias, haciéndolos sentir que son competentes, mostrar entusiasmo por el aprendizaje, concentrarse en el proceso, ver la parte positiva del error; en definitiva enseñar para la vida.
Estimados lectores y lectoras en estas pocas líneas he intentado mostrar los desafíos en los que nos vemos inmersos en el mundo actual, y el rumbo que debe tomar la educación, concentrarnos en el hoy para diagramar el futuro de nuestros niños y jóvenes. ¡Hasta la próxima!
Abrazo de Paz.
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Lic. Carlos Sigvardt, vicepresidente de la Fundación Educación Emocional. Capacitador, conferencista y asesor sobre Educación Emocional a nivel Nacional e internacional.
Fotografías: gentileza de Florencia Valdez
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