Matías Pablo Vidal: Un experto y eficaz abogado con estilo propio

Matías, es un talentoso y apasionado abogado que ha ido creciendo en trayectoria y reputación en el último tiempo. Graduado con honores de la Universidad de Buenos Aires, Maestrando en Derecho Penal por la misma casa de estudios, Matías dedica gran parte de su tiempo a navegar por los laberintos de la Justicia Penal.

¿Con qué rasgos diferenciales cuenta?

Muchos ejercen la profesión. Sin embargo, para Matías es importante imprimirle su propio estilo al trabajo. Cada caso es único, y eso brinda muchas posibilidades de solución. La dedicación artesanal y el cuidado a los detalles sumado a un excepcional manejo del derecho le permitieron posicionarse como un profesional experto en su campo. Además, considera que el trato a las personas y la cercanía con sus necesidades hacen que sea visto como alguien en quien pueden confiar.

Otra cuestión relevante se vincula al modo de resolver los problemas de la gente. Sostiene que hay que manejar con destreza el equilibrio entre ser firme, con cierta agresividad, y saber cuándo conviene explorar otras alternativas de solución. En este sentido, resalta, es fundamental un diálogo fluido con el representado para aconsejarle cual es el mejor camino a seguir.

¿Hay que tener mucha personalidad para ser abogado?

Matías afirma que él encaja muy bien en el estereotipo del abogado de alto perfil, litigante. Sin embargo, considera que no hay una única forma de ejercer esta profesión. Destaca que en el ámbito penal se requiere sobre todo inteligencia emocional, asertividad y la capacidad de actuar bajo presión.

¿Qué desafíos y objetivos se plantea de cara al futuro?

Un desafío, sin duda, es la rapidez con la que todo evoluciona. El derecho y la sociedad se transforman a un ritmo cada vez más acelerado. Aun así, Matías se muestra muy optimista de cara a los próximos años, dado que se sabe perteneciente a una generación con un gran manejo tecnológico, lo que le brinda una ventaja a la hora de afrontar las nuevas problemáticas.

Un objetivo personal que se propone es el de contribuir a cambiar positivamente la imagen del sector. Dado que es muy consciente de que existe una fuerte desconfianza hacia los abogados. Para Matías, el buen jugador es aquel que hace magia con las reglas. No el que las rompe. De este modo, se ve a sí mismo como un hábil hacker del mundo leguleyo.

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