El término VUCA (en español VICA: Volátil-Incierto-Complejo-Ambiguo) se instaló en el mundo de los negocios durante los últimos 20 años y ha sido útil para describir los tiempos que hemos estado viviendo hasta ahora, y nos ayudó a comprender el primer impacto de la situación de pandemia. Sin embargo, este concepto ha comenzado a quedar cada vez más obsoleto debido a la velocidad del cambio que todos estamos experimentando.
En opinión del antropólogo Jamais Cascio, las herramientas del marco VICA no nos ayudan a entender lo que sucederá, por lo que propone el entorno BANI (en español FANI: Frágil-Ansioso-NoLineal-Incomprensible), que se corresponde con situaciones como la de la reciente pandemia, en las que las condiciones no son simplemente volátiles, son caóticas; en los que los resultados no son simplemente difíciles de prever, son completamente impredecibles; o, situaciones donde lo que sucede no es simplemente ambiguo, es totalmente incomprensible.
Si en el marco VICA necesitábamos un cambio en la forma de observar la realidad para hacer frente a las circunstancias y tomar las decisiones más adecuadas a ese marco, hoy en este entorno FANI se necesita más que eso, se requiere una evolución de la conciencia, es decir, de un cambio en la forma de ser.
Dentro del entorno empresarial existe la posibilidad de contratar un servicio ya sea de forma individual (coaching ejecutivo) como grupal (coaching de equipos) que propone procesos relativamente cortos de asistencia para que el ejecutivo y/o el equipo logren observar la situación de una manera diferente, encuentren o generen los recursos necesarios, y tomen acción orientados a lograr los resultados propuestos. El coaching ontológico se constituye de esta manera en una herramienta efectiva para hacer frente a los entornos VICA.
¿Qué propuesta superadora será necesaria ofrecer para “navegar” en los entornos FANI?
Si bien los procesos de coaching proveen una efectividad proporcionada en términos de ROI, dada la temporalidad de la asistencia no alcanzan a proveer un contexto adecuado para facilitar un cambio en la forma de ser, como para que sea el inicio de una evolución de la conciencia –individual o colectiva--, necesaria para afrontar el entorno FANI.
Es entonces que se hace necesario pensar en una asistencia sistemática –como ser la formación de coaching ontológico--, de una duración de 2 años, que contemple diferentes aspectos relacionados con el desarrollo del ser, orientado a concluir el proceso con una transformación personal de modo que la persona se convierta en alguien que no se ve afectado por la Fragilidad de las situaciones porque ha experimentado el poder del compromiso en hacer que las cosas pasen, que gestiona su Ansiedad para convertirla en fuente de poder, que no juzga en términos de causa-efecto ni resiste la No-Linealidad, y que no necesita resignarse a lo Incomprensible, tiene la posibilidad superar la tentación de querer controlarlo todo.
No todas las personas que se forman como coaches ontológicos dejan atrás su profesión de base para dedicarse profesionalmente al coaching, pero todas las que se certifican contarán en su haber con un bagaje de distinciones que les posibilitará “surfear” las olas FANI, y podrán también acompañar a otras personas que estén dispuestas a ingresar desde la era de la información a la era conceptual, y más allá.
Autor: Master Coach Profesional - Marcelo Molina.
por CEDOC
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