Sunday 5 de May, 2024

EMPRESAS | 16-08-2023 06:41

El síndrome de la amapola alta

En todos los ámbitos existen personas talentosas que sobresalen por sus habilidades, pero puede generarse una dinámica nada deseable vinculada con su exposición.

Cuenta la historia que el rey Periandro envío un mensajero a su aliado Trasíbulo, rey de Corinto, solicitando su consejo de cómo gobernar y mantener el orden en el pueblo. Trasíbulo, caminó con el mensajero por un campo y, sin decir una sola palabra, cortaba todas las flores que sobresalían. Al regresar, el mensajero relató a su rey el episodio quien entendió que debía deshacerse de todo aquel que sobresaliera o desafíe su poder.

En todos los ámbitos existen personas talentosas que sobresalen, sea por sus habilidades, inteligencia o carisma.  Ante esto, puede darse también una dinámica nada deseable, de la que se habla muy poco o nada, pero no por eso inexistente: el síndrome de la amapola alta o de la alta exposición. Este síndrome es el que sufre una persona que se destaca por sus propios méritos y es odiada justamente por ello. La presión social pugna porque que las flores sean de la misma altura y por cortar a la más alta. 

En el ámbito escolar, a veces son los mismos educadores que desalientan el crecimiento de esa flor alta para que todos crezcan al mismo ritmo y a la misma altura y no se exacerben las inseguridades del resto. La infancia es una etapa en la que se arraigan fuertemente muchas de las creencias que guiarán la vida del adulto. Lamentablemente, esas flores altas, reciben el mensaje subliminal que pueden verse atacados o amenazados si despliegan sus talentos o tienen éxito. Así se van formando esas creencias inconscientes de que no es bueno o no es seguro destacarse y se va gestando el miedo a sobresalir.

“No entiendo cómo mi papá, un hombre tan inteligente, honesto, talentoso, no creció aún más en su organización, y en unos años ya le toca jubilarse. Podría haber llegado mucho más lejos”, me comentaba la hija del señor en cuestión. “Justamente por eso”, fue mi respuesta.

El mundo empresarial no es una excepción. Cuando alguien brilla genuinamente puede convertirse en objeto de críticas y conductas hostiles por parte de aquellos que se sienten molestos, amenazados, relegados o una envidia que no pueden controlar.

Algunas señales para estar alerta y detectar este síndrome:

  1. Comentarios despectivos sobre el desempeño de un colega.
  2. Sabotaje sutil a sus propuestas o iniciativas y comportamientos que socavan el trabajo de la persona en cuestión.
  3. Aislamiento social: la flor alta es dejada de lado o excluida por sus compañeros.

Todo ello puede generar un ambiente laboral tóxico, afectar el trabajo en equipo y la colaboración. Por lo tanto, se requiere de un abordaje proactivo en el que se promuevan el reconocimiento, se celebren los logros de cada persona y se ofrezcan oportunidades de desarrollo para que todos se sientan valorados. El auténtico líder carece de actitudes o comportamientos competitivos o envidiosos, y lidera con el ejemplo, apreciando y celebrando los talentos y éxitos de los demás.

Mariel Mejuto entrena a líderes, fuerza de ventas y equipos para que desarrollen una mentalidad poderosa, incrementen su productividad y logren los resultados deseados en un ambiente de bienestar. 

 

por Mariel Mejuto

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