La balanitis es la inflamación de pene caracterizada por enrojecimiento, picazón y descamación (como una “pelusa”) en el glande. Existen muchas causas, desde irritación por productos químicos e higiene deficiente hasta infecciones bacterianas y fúngicas.
Aunque en ocasiones mejora espontáneamente con medidas generales, el verdadero problema empieza cuando la balanitis reaparece al poco tiempo, o nunca termina de mejorar. La frustración crece con cada episodio y es aquí cuando hay que profundizar más en esta condición, buscando las causas predisponentes.
La balanitis micótica es una de las más frecuentes, donde hay sobrepoblación de hongos (por ejemplo Candida sp.), produciendo enrojecimiento, picazón, descamación y fisuras en el glande y prepucio. Aunque existen cremas específicas para tratarla, otros preparados podrían hacer un efecto opuesto, favoreciendo el crecimiento fúngico, bajando defensas o agravando la irritación.
Es así como algunas cremas trivalentes -compuestas por corticoides antibióticos y antifúngico ( ej: Betametasona - Gentamicina - Miconazol ) - podrían favorecer la aparición de nuevos episodios a pesar de la rápida mejoría inicial. Esto ocurre porque el corticoide baja las defensas y produce atrofia de la piel, lo que junto a la eliminación de las bacterias que viven en nuestra piel y nos protegen, podría favorecer la balanitis recurrentes al favorecer el crecimiento fúngico.
La fimosis, o dificultad para retraer el prepucio, no solo causa molestias, lastimaduras y puede ser peligroso (por una parafimosis), si no que impide la higiene adecuada del glande, con acumulación de suciedad y humedad y aparición de nuevas balanitis. En estos casos la postioplastia o circuncisión es el tratamiento de elección.
No debemos olvidar la evaluación integral de la persona que sufre de balanitis a repetición, ya que esta inflamación del pene podría ser la primera señal de condiciones más serias como inmunocompromiso o diabetes. Bajas defensas y exceso de azúcar en orina es la receta ideal para las balanitis en el paciente con diabetes mal controlada. Por esto siempre se debe consultar y evaluar a la persona como un todo, y no solo dar una “cremita”.
Contacto:
Urólogo Mauro Carrillo.
Mp 14092
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por CEDOC
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