Wednesday 1 de May, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 27-03-2024 12:01

Navegando las Aguas de la Mente: Entendiendo las Diferencias entre Depresión, Ansiedad y Angustia. Por la Dra. Ivanna Meloni

En medio de un mundo caótico y estresante, la tranquilidad se torna un desafío que parece inalcanzable. La ansiedad, la depresión y la angustia pueden surgir como respuestas a estas tensiones; entender sus diferencias será crucial para buscar ayuda y alcanzar la calma deseada.

Hay una frase que escucho con mucha frecuencia y es “al final los lujos en la vida son: la salud, el amor y la tranquilidad”. Y quiero enforcarme en esta última palabra: TRANQUILIDAD. Muchos de mis pacientes, cuando vienen a consultarme por primera vez me hablan de “tranquilidad”: “Ivanna quiero vivir más tranquilo”; “Vivo con miedo, pensando, y me angustio”; “¿Tan difícil es encontrar la tranquilidad?”. Éstas y tantas otras frases, me trajeron hoy a estar escribiendo esta columna.

Ahora bien, qué síntomas o patologías mentales pueden “quitar” esa tranquilidad: me atrevería a decir que hay tres términos, muy escuchados hoy, que pueden generar esta sensación de “intranquilidad”.

Pero estos términos son muy diferentes entre sí, y en la sociedad en general se utilizan como si fueran lo mismo o muy similares.

Me gustaría comenzar a hablar sobre nuestra Salud Mental como si fuera un gran océano, en el cual pueden aparecer tres fuertes y enormes tormentas comunes, pero distintas, que amenazan la “navegación serena”: la Depresión, la Ansiedad y la Angustia.

A menudo, estas emociones se entrelazan, confundiendo a quienes las experimentan y a aquellos que intentan comprenderlas desde afuera. Es sumamente importante el poder reconocerlas y abordarlas con comprensión y empatía.

Una vez un paciente me definió que la Depresión que padecía era como un “peso en el alma”. Me dijo: “es como una losa de plomo sobre el alma”. Y, sinceramente, me pareció una forma muy gráfica para describirla, lo que se define por tener un estado de ánimo abrumador caracterizado por la falta de energía, la desesperanza y la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.  Además, quienes la padecen a menudo experimentan síntomas físicos como fatiga, cambios en el apetito (a predominio de la hiporexia, que es la disminución del apetito) y problemas para dormir (a predominio del insomnio de conciliación o de mantenimiento).

La depresión puede sentirse como estar atrapado en una cueva oscura sin salida aparente, donde incluso las tareas cotidianas se convierten en hazañas monumentales. A las personas que sufren depresiones severas les cuesta levantarse, bañarse, cepillarse los dientes, comer, y ni hablar de otras actividades como las laborales, de ocio, sociales o físicas.

Siguiendo con la temática del “Océano de la Salud Mental”, el rugido del tormento interior se siente distinto a la pesadez de la Depresión. La Ansiedad es como el rugido de una tormenta en alta mar, un estado de agitación y preocupación constante. Las personas con ansiedad pueden experimentar síntomas físicos como palpitaciones, sudoración y dificultad para respirar, entre otros. El abanico de síntomas físicos en los cuadros de ansiedad es inmenso y con innumerables combinaciones. La ansiedad puede ser desencadenada por situaciones específicas o manifestarse de manera generalizada, creando un estado de alerta constante que dificulta la relajación y la calma.

Y, por último, la Angustia puede sentirse como una “Marea Emocional”. Un sentimiento de malestar difuso y agudo que puede surgir en respuesta a situaciones estresantes o traumáticas. A diferencia de la ansiedad, que a menudo está vinculada a preocupaciones futuras, la Angustia se centra en el presente, abrumando con una sensación de incomodidad y desasosiego. Puede manifestarse como una sensación de opresión en el pecho o un nudo en la garganta, dificultando la expresión y el alivio emocional.

Aunque la Depresión, la Ansiedad y la Angustia pueden parecer olas incontrolables, entender sus diferencias es el primer paso hacia la calma.

Reconocer que cada experiencia es única y compleja nos permite ofrecer apoyo con compasión y empatía. Ya sea extendiendo una mano para sostener, un oído para escuchar o un hombro para apoyar, juntos podemos navegar estas aguas turbulentas y encontrar la luz al final del horizonte oscuro de la Salud Mental.

Si te encontrás luchando contra la Depresión, la Ansiedad o la Angustia, no dudes en buscar ayuda. Los profesionales de la Salud Mental están capacitados para ofrecer orientación, apoyo y tratamiento adecuado para abordar estas tormentas internas. Ya sea a través de terapia individual, grupos de apoyo o medicación, hay recursos disponibles para ayudarte a recuperar la calma y la estabilidad emocional.

Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía, coraje y autocuidado. Al igual que un marinero busca la guía de un faro en la oscuridad, buscar la ayuda de un profesional de la Salud Mental puede iluminar el camino hacia la recuperación y el bienestar.

Juntos, con compasión y apoyo, podemos superar cualquier tormenta que se interponga en nuestro camino hacia una Salud Mental plena y satisfactoria.

Si necesitas acompañamiento profesional, podés contactarte con la Dra:

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