Friday 29 de March, 2024

SOCIEDAD | 29-11-2020 00:30

El revival de Lady Di y cómo logró eludir a Carlos Menem

Recuerdos de su viaje a la Argentina y exitosa serie en Netflix. Habla su amigo Roberto Devorik.

Cuando llegó a almorzar a la Quinta de Olivos, Lady Di se apresuró a estirarle la mano al entonces presidente Carlos Saúl Menem para evitar que la besara. 

Roberto Devorik, confidente y amigo de la princesa de Gales, le había advertido: “Tené cuidado cuando vayas porque Menem te va a querer dar un beso”. 

Él fue quien gestionó el histórico viaje de Diana a la Argentina un 23 de noviembre de 1995, hace exactamente un cuarto de siglo. Una de las principales dificultades que tuvo que sortear junto a sir Peter Hall, quien era el embajador británico en el país, fue evitar al máximo el uso político que se quiso hacer de la princesa. 

“El gobierno manipuló la situación y en ese momento el doctor Menem con el señor Soldati tenían el negocio del Tren de la Costa. Le expliqué a Diana por qué yo me iba a negar a ir, pero ella no tuvo más remedio que asistir. Cuando volvió quedó totalmente aturdida y me dijo: ‘¿Para qué me hicieron subir a este tren que de un lado parece Dinastía y Dallas de las mansiones que hay y del otro lado hay villas de pobreza que dan muchísima lástima, y el contraste es terrible?’”, señala Devorik a NOTICIAS. 

El 25° aniversario de la visita de la princesa de Gales al país se da en un contexto en el que, además, se estrenó la cuarta temporada de la serie “The Crown” en Netflix, que incorporó al personaje de Diana a través de la actriz Emma Corrin y volvió a captar la atención del público sobre su historia. 

Cómo se gestó su viaje a Argentina, los vericuetos que encontró para escapar de algunos compromisos y la posibilidad de un nuevo documental sobre ella reavivan nuevamente el furor por Lady Di.

Tsunami

Con 34 años, e inmersa en una crisis matrimonial y monárquica, la princesa de Gales quería nuevos aires. Después de haber declarado en una entrevista con la BBC que “eran tres” en su matrimonio con Carlos, el viaje que su fiel amigo argentino le había propuesto durante una cena en su casa parecía un buen plan para cambiar los ánimos. 

Acostumbrada a compromisos protocolares y títulos nobiliarios, quería un poco de juventud. Ese fue el encargo que le hizo a Devorik para la comida de honor que le prepararon en la Embajada británica: entre los 120 invitados tenía que haber hombres y mujeres que rondaran su edad. 

El pedido dejó afuera a grandes figuras de la escena local y dejó también anécdotas que Devorik hoy rememora. 

Roberto Devorik

“Teresa Calandra me dijo: ‘Mirá, aunque sea me visto de mucama y le sirvo la copa, pero la tengo que conocer’”, cuenta a NOTICIAS y agrega: “Hubo gente a la que le tuvimos que negarle la invitación como Amalita Lacroze de Fortabat. Llamó tres o cuatro veces para ser invitada y realmente no se pudo porque el deseo de la princesa de Gales era conocer gente de su generación o más joven”.

Dos proyectos que se pensaron en ese viaje quedaron frustrados por la muerte de Diana en 1997. Por un lado, la princesa había quedado fascinada con la Orquesta Sinfónica de Ciegos y tenía la intención de que visitaran Londres en un futuro. Por el otro, había pensado en llevar a sus hijos, los príncipes William y Harry, a conocer el glaciar Perito Moreno.

Escapes

Cuando Diana estaba por irse, quisieron hacerle una despedida en una isla de Tigre del empresario Mario Falak que, en ese entonces, era un personaje muy discutido. El séquito de la princesa intentó evitar la reunión y, aunque no pudieron, encontraron una forma de acortarla: gestionaron una visita a un centro de rehabilitación por drogas en el Delta que le quitó tiempo para la despedida. 

Según afirma Devorik, Diana le confesó que lo que le habían organizado era “algo muy Walt Disney”. 

Lady Di

No fue la única vez que esquivó compromisos. Devorik recuerda que en uno de los cuatro días que estuvo en suelo argentino le habían ofrecido una actividad “de dudoso buen gusto” y, excusándose en su cansancio, Diana no fue. 

“Salimos con el Range Rover del embajador a hacer compras. Ella con una peluca, anteojos y un pañuelo. Hicimos salir un auto primero que todo el mundo creyó que era ella y nadie se dio cuenta”, revela.

Como estas, Devorik tiene a flor de piel una gran cantidad de memorias de la princesa de Gales. Es por eso que le ofrecieron todo tipo de propuestas para documentar su vida con ella. 

Hasta ahora, nunca había aceptado. Pero una oferta de la BBC y la CNN lo hizo cambiar de opinión. El empresario tiene un contrato de exclusividad con esas dos señales para hacer un documental en el que participarán las siete personas más cercanas a Diana: Lady Sarah McCorquodale, la hermana de Lady Di; Lord Palumbo, ministro de las Artes cuando Diana vivía; Lady Rosa Monckton, que fue su íntima amiga mujer; su mayordomo Paul Burrel; su secretario privado Patrick Jephson, y el ex primer ministro británico Tony Blair. También se baraja la posibilidad de que participe su hermano, Charles Spencer. 

“Quizá los que más la han querido hacer desaparecer son los que conforman la maquinaria monstruosa de Buckingham Palace. Pero Diana va a quedar para la historia de la humanidad como un personaje único”, dice Devorik y agrega: “Yo lo único que puedo hacer es poner mi granito de arena para que la gente no invente. Después de muerta, quiero seguir siendo el fiel amigo que fui durante su vida”.

El furor por Lady Di, a pesar del paso del tiempo, no se agota. Y hoy, la “Dianamanía” está más latente que nunca. 

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Delfina Tremouilleres

Delfina Tremouilleres

Periodista de Información General.

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