“Si quieres ver a tu familia reñir, deja algo para repartir”, dice un viejo refrán español. Y la historia de la herencia de Bartolomé Mitre parece demostrar que cuanto más grande sea el patrimonio a dividir, más salvajes serán los enfrentamientos. El conflicto entre los herederos del histórico director de La Nación comenzó ni bien se conoció su fallecimiento, el 25 de marzo del 2020, y ahora acaba de sumar un nuevo capítulo: Esmeralda Mitre consiguió que se hiciera un allanamiento en la casa de la última esposa de su padre, Nequi Galotti. La medida fue pedida por sus abogados con el objetivo de verificar que la mujer no escondiera bienes de valor en el acervo sucesorio. Como era de esperar, semejante sospecha no fue bien recibida y se desató una guerra judicial y mediática. Después de meses en los que se habían mantenido como aliadas frente a los hijos mayores de Mitre, la relación se quebró y no parece haber marcha atrás.
El conflicto de los Mitre es mucho más que la pelea de los herederos. Revela cómo vive y de qué manera maneja las finanzas una de las familias que más poder tuvo en la historia de la Argentina. La primera vez que una de sus protagonistas habló del tema fue en julio del 2020, cuando Esmeralda contó a NOTICIAS que su padre había escondido una cuenta millonaria en un banco de Suiza y reconoció que, en vida, el hombre no había sido “prolijo” con su patrimonio, al que siempre resguardó en sociedades anónimas.
Esmeralda había decidido hablar en público para denunciar que sus hermanos mayores, Bartolomé, Rosario y Dolores (hijos de la primera esposa de Mitre, Dolores González Álzaga), hacían maniobras para perjudicarla en el reparto de la herencia. Su versión, además, daba a conocer una vida de conflictos emocionales atravesada por la supuesta ambición desmedida de sus hermanos. Y, aunque había decidido tener un abogado diferente a Nequi, hasta ese momento la reconocía como una mujer en quien se podía confiar.
El resto de la familia se mantuvo en silencio. En los meses que siguieron, los abogados Paulina Gowland (en representación de los hermanos mayores), Rodrigo Allende del estudio Beccar Varela (a las órdenes de Nequi) y Santiago Yofre (el letrado elegido por Esmeralda), se concentraron en una tarea titánica: lograr establecer cuál era el patrimonio a repartir. Entre las “desprolijidades” de Mitre en vida y las desconfianzas entre los hermanos, nadie sabía con exactitud cuánto le correspondía.
En ese momento comenzó el distanciamiento entre las mujeres que habían sido aliadas. Esmeralda está convencida de que en la casa que vivió su padre con Nequi había bienes de valor que fueron escondidos de forma deliberada. Por eso, desconfía del inventario que presentó la viuda en el que habría detallado cada una de las cosas que tenía Mitre en el hogar e insiste en que, a casi un año de que se haya abierto el expediente de la sucesión, la mujer no presentó ningún título de propiedad.
Por su parte, Nequi desmiente cada una de las acusaciones. Por primera vez, habló en público del tema en el programa “Todas las tardes”, de El Nueve, en el que trabaja como panelista. “Estoy harta de esta payasada”, dijo y explicó con detalles qué hizo desde el 25 de marzo hasta la fecha e insistió en que ella jamás se quedaría con algo que no le corresponde. Consultada por esta revista, respondió que solo se limitaría hablar en ese espacio de televisión.
Según le dijo el abogado Yofre a NOTICIAS, los hermanos mayores hoy estarían respaldando a su clienta en esta cruzada contra la última esposa de su padre. Sin embargo, ellos se mantienen en el más absoluto silencio. En la guerra por los millones, no todos tienen las mismas estrategias.
La herencia de Bartolomé Mitre. Patrimonio
Desde julio a esta parte, los abogados representantes de los herederos comenzaron a librar todo tipo de medidas para conocer la totalidad de la herencia. Según informó una de las partes a NOTICIAS, hasta el momento el acervo sucesorio estaría compuesto de la siguiente forma: Mitre habría dejado entre US$ 2,7 millones y US$ 3 millones entre lo que tenía en Argentina y una cuenta en el exterior. A esa cifra se llega con la suma del valor de un campo, una oficina, una casa y dinero en Uruguay.
Además están las acciones del grupo La Nación. En total, Mitre tenía el 25% de las acciones y, según esta misma fuente, el valor total de ese paquete ronda entre US$ 25 millones y US$ 30 millones. Llegar a establecer esto no fue sencillo. Si bien nadie desconocía que Bartolomé era uno de los accionistas del medio, nada estaba a su nombre sino que su titularidad era ejercida a través de una sociedad anónima. “Hubo que hacer una investigación sobre esa sociedad para poder acreditar que fehacientemente él era el dueño y, por lo tanto, su viuda y sus hijos eran los herederos. Son cuestiones procesales, pero que llevan tiempo”, explican en el entorno de la familia.
En esta tarea por recolectar información comenzó el requerimiento de Esmeralda (y, según ella, también de sus hermanos) para que se realizara un inventario minucioso de los que su padre había dejado tanto en la casa que compartía con Nequi en la avenida Juramento como en la oficina que ocupó hasta el final de sus días en La Nación. Según Yofre, él había conseguido la autorización judicial para ingresar a esos sitios en agosto del 2020, pero prefirió no hacerlo sino apostar al camino del diálogo: “Al diario pudimos entrar todos de forma muy civilizada. Entraron todas las partes con el escribano de la familia y vieron qué había. Pero Galotti nunca nos dejó ingresar a la casa y siempre tenía alguna excusa”, sostuvo.
Nequi confirmó que había rechazado que toda la familia ingresara pero aseguró que la única razón era la pandemia. En El Nueve contó que en la casa que compartió con Mitre vive con su hijo Santos y con su madre de 88 años y que su decisión solo estuvo relacionada con proteger la salud de la mujer. Sin embargo, cuando comenzó a escuchar en televisión que los abogados de las otras partes difundían información (falsa, según ella) sobre los bienes carísimos que ella tenía en su poder, decidió sacárselos de encima. Realizó un inventario por su cuenta, contrató un flete y guardó todas las posesiones de su marido en un departamento, “desde un cuadro de Figari hasta los calzoncillos de Bartolomé”, sostuvo.
Familia Mitre: el conflicto
A partir de este momento las acusaciones se empiezan a cruzar y empieza el terreno de un dicho contra el otro. Según Nequi, el inventario fue realizado como corresponde y todos los herederos tienen acceso al departamento en el que se guardaron los bienes de Mitre. Según Esmeralda, ese inventario no contó con el aval del escribano familiar sino que se hizo solo con el abogado de Galotti y, además, Yofre insiste en que los herederos no tienen acceso a ese famoso departamento.
“Esmeralda está muy defraudada con Nequi. No pudimos hacer el inventario y ella no colaboró en nada. En un año que lleva el expediente, no aportó una sola prueba de los bienes que tenía Mitre”, subraya su abogado. Nequi, por su parte, afirma que en su hogar no había papeles importantes ni títulos de propiedad y que su marido guardaba todo eso en su oficina en La Nación, de la que solo tenía llave él y su hijo mayor.
La acusación de Esmeralda es grave porque no habla de malos entendidos o de algún problema a la hora de ponerse de acuerdo sino que sugiere, a través de su abogado, que Nequi actúa con malicia y premeditación. “En el 2020 hicimos una negociación que duró casi dos meses. Nos habíamos puesto de acuerdo en el 99% de las cosas. Nequi y Santos nos habían dicho que nos iban a responder a las 48 horas -con el inventario e información patrimonial-, pero no nos contestaron. Pedalearon la contestación y el 31 de diciembre tiraron atrás todo el acuerdo. Lo hicieron justo antes de la feria judicial”, insiste Yofre. Otro de los puntos en los que hace hincapié el abogado es en una caja de seguridad que había en la casa. “Le habíamos pedido a Nequi abrirla en forma conjunta y no lo hizo. ¿Cómo puedo confiar en lo que ella dice que había ahí? ¿Qué podés pensar si, además, te tira un acuerdo para atrás el último día? Lo que hace es clarísimo, ¿por qué tenemos que hacernos los estúpidos?”, subrayó.
El problema de la caja de seguridad fue un punto sobre el que Nequi dio detalles. Según su versión, allí jamás se guardaron cosas de valor y, de hecho, dijo que siempre permaneció abierta. “Esa caja fue un regalo a Bartolomé de su primo Horacio. La compró en San Telmo porque le pareció un buen objeto antiguo. Nunca tuvo llave. Bartolomé me dijo: ‘Eso tiene que estar abierto porque si un día entra alguien, lo peor que puede pasar es que esté cerrada’. La usábamos de apoyavasos”, declaró Nequi.
La palabra “apoyavasos” le causó gracia a Yofre y solo lo convenció de que la enemiga de su clienta “miente”. Nequi, por su parte, insistió en limpiar su nombre. “Estoy cansada de que traten de ponerme en ese lugar porque ellos saben que el 90% de las fotos que tienen de los últimos 25 años fueron en mi casa”, declaró e insistió en que fue ella la que acompañó a Mitre en la enfermedad que padeció durante los últimos años de su vida. Insistió en que es una mujer que se vale por sí misma, que pagó la mitad del valor de esa propiedad y que, al día de hoy, solo administra 128 hectáreas de las cuales solo 68 son sembrables. De hecho, fue más allá y dijo que hace un año no le aumenta el sueldo a los empleados que tiene en ese campo debido a dificultades económicas. Creer o reventar.
Además de recibir parte de la fortuna, los herederos podrán -si lo desean- ingresar al directorio de La Nación una vez que se resuelvan los detalles procesales. Según Yofre, “Esmeralda está con más ganas que nunca de entrar al diario”. En el medio, la actriz tiene otro frente de conflicto: sus primos, Julio y Alejandro Saguier, son los actuales presidente y vicepresidente de S.A. La Nación y con quienes ella tampoco tiene una buena relación. Hasta el momento, Dolores Mitre es la única que formalmente tiene un cargo en el área de Marketing. Los deseos del resto del clan de formar parte del diario todavía son un misterio.
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