Varias naciones y mandatarios se ofrecen como puentes, y esté en ciernes una cumbre entre Joe Biden y Vladimir Putin, con la aspiración de reencauzar la relación entre Estados Unidos y Rusia, que se tensó rápidamente desde la asunción del presidente norteamericano, saltando la diplomacia que imperaba -aunque con fuegos de artificio esporádicos- desde el fin de la Guerra Fría.
Las razones de esa tensión son varias. Desde las nuevas investigaciones por la interferencia rusa -red de hackers mediante- en la política y las elecciones estadounidenses, a las denuncias del propio Biden de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Putin, donde el caso del líder opositor Alexei Navalni, apresado por orden del presidente, es el principal disparador. Y a eso se le suman la escalada bélica en la frontera entre Rusia y Ucrania.
En pie de guerra
Al Departamento de Defensa estadounidense le preocupó el despliegue militar ruso el la frontera ucraniana, donde acumuló misiles y tanques como no sucedía en más de un lustro. "Estamos seriamente preocupados por esta acumulación y reclamamos que Rusia sea más transparente sobre sus intenciones", aseguró en una rueda de prensa John Kirby, portavoz de Estados Unidos en el área. Y recordó lo sucedido en 2014, cuando Putin “violó la soberanía y la integridad territorial del país”.
La preocupación fue compartida por la Unión Europea: Alemania consideró a Rusia una amenaza "concreta e inmediata" para la seguridad de Europa. Según denuncia el Departamento de Estado, "Rusia tiene un historial de tomar acciones agresivas contra los buques ucranianos e impedir el acceso a los puertos de Ucrania en el Mar de Azov”, lo que afecta el comercio internacional de Ucrania y “representa otra escalada en la campaña en curso de Moscú para socavar y desestabilizar a Ucrania".
"El armamento excesivo de Rusia y su guerra en el centro de Europa ha creado amenazas reales", respaldó la ministra alemana de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbaue. "Señalarlo no es antirruso. Señalarlo es estar abordando un hecho político importante y estar tomando precauciones de seguridad activas para nuestro país y para Europa", argumentó.
Ciberataques
“Rusia se define cada vez con más fuerza como una antítesis antiliberal y antidemocrática de Occidente”, siguió la referente política de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Y cerró: “los sofisticados ciberataques, las exportaciones de armas, la influencia política encubierta y abierta, los asesinatos, la participación militar directa e indirecta, son algunas de las herramientas de las que está haciendo uso”, marcó apuntando a Putin.
Ciberataques que llevaron a la Casa Blanca a imponer sanciones a Rusia hace menos de una semana: EE.UU. acusó formalmente al Servicio de Espionaje Exterior de Rusia (SVR) de perpetrar hackeos masivos a los sistemas informáticos de la Administración estadounidense. “Putin ha alimentado una red de negocios ilícitos que han contribuido a socavar las elecciones de 2020 y darle a Rusia una cobertura plausible en su campaña de desinformación. Esta red incluye al primer subjefe de personal de la Administración Presidencial, Alexéi Gromov”, explicó el comunicado del Tesoro estadounidense. Así la administración Biden sancionó y expulsó finalmente a diez diplomáticos, por las actividades "nocivas" de Moscú.
Tras el anuncio, la cartera de Exteriores rusa convocó al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, y prometió una respuesta equitativa"por las sanciones: expulsó a diez diplomáticos en Moscú.
Advertencias
En conferencia de prensa, Biden aseguró que informó a su homólogo ruso de la adopción de las sanciones en una conversación telefónica “respetuosa y sincera”. “EEUU podría haber ido más allá, pero hemos decidido no hacerlo. Pero si Rusia da un paso más en su injerencia, estamos preparados para responder”, declaró el presidente demócrata.
Para bajar la tensión, delegaciones de ambos países estudian la posibilidad de una cumbre este verano en Europa. “Ha llegado la hora de la desescalada, la comunicación entre ambos países es esencial”, subrayó Biden, que invitó a “iniciar un diálogo estratégico en materia de seguridad y desarme”. El Reino Unido, Australia, Canadá y la Unión Europea apoyaron a Washington frente al Kremlin, pidiendo que además se trate la liberación del opositor Alexei Navalni, que está preso desde el 18 de enero, y en la última semana fue trasladado a un hospital tras complicaciones en su salud devenidas de su huelga de hambre.
"En estos momentos, el estado de salud de Alexei Navalni es considerado como satisfactoriio. Y con su consentimiento se le ha prescrito una terapia de vitaminas", marcó el gobierno ruso. Sin embargo, la doctora personal de Navalni, Anastasia Vasilieva, denunció a través de Twitter que el lídero opositor fue trasladado a otro campo de detención en el que reciben tratamiento pacientes con tuberculosis. "Es una decisión no profesional propia de la Gestapo", agregó en la red social.
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