El herpes zoster - mejor conocido como “culebrilla” - es una enfermedad causada por el virus de la varicela. Se trata de una reactivación de dicho virus: luego de que la persona afectada se recupera, el virus permanece latente pero inactivo dentro del organismo. Al activarse, produce sarpullido y ampollas alrededor del cuerpo que suelen ser muy dolorosas, y es tan intenso que el dolor corporal puede permanecer aún luego de desaparecido el sarpullido.
El tratamiento para la culebrilla incluye analgésicos, medicación antiviral y puede prevenirse con vacunas. Normalmente, la vacuna de la varicela en los niños o la del herpes zóster en adultos puede minimizar el riesgo de desarrollar la culebrilla. La inmunización preventiva se recomienda a partir de los 50 años y a mayores de 19, especialmente si el sistema inmunológico debilitado por otras enfermedades.
Recientemente se produjo un rebrote de la culebrilla en el mundo durante la pandemia del covid-19. A raíz de esto, se aprobó una nueva vacuna - la Shingrix, del laboratorio GSK - para reducir el riesgo de que la enfermedad se propague. Sin embargo, en los vacunatorios argentinos todavía no logran confirmar una fecha de cuándo empezarían a recibir las dosis. Si los trámites regulatorios del ANMAT avanzan, podría ser a fines de marzo.
Sería un esquema de dos dosis, con un intervalo de entre dos y seis meses, para mayores de 50 y personas de 18 años en adelante con riesgo inmunológico. La vacuna ya se aprobó en Estados Unidos, países de Europa y Brasil. No es una vacuna de calendario, y el costo con el que comenzaría a comercializarse en el país sería de unos $20.000 la dosis, sin cobertura, por lo que aún habrá que esperar qué se defina para su uso local.
Si bien no todas las personas que tuvieron varicela pueden desarrollar culebrilla, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) ha indicado que debido al estrés emocional y los cuadros de depresión vivida durante la pandemia se ha vuelto mucho más frecuente.
A diferencia de otras infecciones, la culebrilla no es de notificación obligatoria, por lo que se desconoce su carga real o en qué proporción pudieron haber crecido los casos. Solo se conocen los números que suelen citarse son extrapolaciones o estadísticas aisladas.
por R.N.
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