Saturday 14 de June, 2025

SALUD | 02-06-2025 11:25

Envejecer en salud

Los enfoques que buscan prolongar la cantidad de años sin enfermedades. Estilos de vida y fármacos investigados.

En general, el cuidado de la salud ha venido funcionando en base a “arreglar” lo que se daña, cuando el daño ya está instalado o ante una enfermedad aguda. Sin embargo, hay otro enfoque que avanza a medida que la expectativa de vida aumenta: el de la prevención. No es deseable (ni económicamente sostenible) que una persona pase tal vez un tercio o más de su vida con enfermedades crónicas. El objetivo es prevenir, anticiparse, tratar de que los años de vida se prolonguen y en buena salud.

“La medicina de la longevidad es un proyecto en desarrollo. No existe una guía práctica definitiva ni un protocolo a seguir. Sin embargo, muchos de los principios básicos están empezando a tomar forma. Estos incluyen un enfoque en la detección temprana mediante pruebas y diagnósticos avanzados, el reconocimiento de la interconexión de la biología humana como un sistema de sistemas y la comprensión del papel crucial que desempeña la biología del envejecimiento como factor raíz de la mayoría de las causas de discapacidad y muerte”, explica Matt Kaeberlein, biólogo especialista en gerontología y envejecimiento de los EE.UU.

Vejez

En la base de la medicina de la longevidad saludable se encuentran los pilares de la salud, y se pueden resumir en cuatro verbos: comer, moverse, dormir y conectar. “Estos términos abarcan las ideas de que la nutrición y la dieta, que incluyen comer alimentos saludables en las cantidades adecuadas; hacer ejercicio físico con regularidad y dormir bien; y mantener el equilibrio a través de la atención plena y las relaciones humanas, son necesarios para prolongar la longevidad en salud y retrasar la enfermedad”, puntualiza Kaeberlein, actualmente director ejecutivo de Optispan, empresa que desarrolla métodos para prolongar la vida saludable.

En lugar de centrarse en enfermedades individuales de forma aislada, la medicina de salud se basa en un marco de biología de sistemas para comprender cómo el cuerpo humano puede funcionar de la mejor manera. Considera a la salud como la coordinación equilibrada de órganos, tejidos y células interconectados. “Comprender cómo interactúan entre sí y utilizar biomarcadores (moléculas que indican el funcionamiento de los sistemas biológicos) nos permite detectar perturbaciones tempranas que podrían desviar la trayectoria de salud de un individuo. Así, podemos identificar los mayores riesgos de cada persona y monitorear el progreso de las estrategias de mitigación”, afirma en Scientific American.

La gerociencia, disciplina que vincula el envejecimiento biológico con el deterioro funcional asociado a la edad, fundamenta gran parte de la medicina de la longevidad. Ya se han identificado mecanismos clave del envejecimiento. Y cada vez se conoce mejor cómo son las redes moleculares que subyacen, conectan y regulan estas características.

Más vida. Pero independientemente de esta idea de realizar un chequeo a fondo que permita comprender con mayor precisión cuál es el auténtico estado de salud de una persona y qué edad biológica (no la cronológica, sino la vinculada con su organismo) tiene, hay investigaciones que continúan testeando cómo prolongar la vida. En ese terreno, grupos de investigadores descubrieron un tratamiento que alarga la vida de los nematodos hasta diez veces. También cómo brindarle a ratones un 50 % más de longevidad saludable. Y ahora se está probando un tratamiento que extiende la vida saludable a perros. ¿Y qué hay de los seres humanos? El esfuerzo por controlar el envejecimiento no se centra simplemente en añadir años a la vida de las personas, sino en convertir esos años adicionales en años de salud.

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Durante más de un siglo, los avances en la ciencia médica han contribuido a aumentar la esperanza de vida promedio en todo el mundo. Sin embargo, el promedio de años de buena salud no aumentó tanto como la esperanza de vida, en general.

Para reducir esa brecha, la ciencia del envejecimiento se centra cada vez más en la esperanza de vida saludable, no solo en la esperanza de vida. La primera es ahora una métrica importante en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y objeto de investigaciones publicadas y conferencias científicas. No se trata de aumentar el período de decrepitud, sino de vivir sanos y de manera independiente. Y esto tiene un sentido no solo humanista, sino económico: la cantidad de personas con más de 80 años se triplicará para el año 2050. Si la salud de los individuos no mejora, los gastos de los sistemas de salud aumentarán, y también los de los familiares que deben cuidarlos.

El envejecimiento no es una enfermedad, pero es la principal vía de acceso a la enfermedad. “La biología del envejecimiento es la base de la mayoría de las enfermedades que provocan un deterioro en la capacidad de una persona para funcionar correctamente”, afirma Matt Kaeberlein. El envejecimiento es el principal factor de riesgo para nueve de las diez causas de muerte más comunes. “Tal vez el envejecimiento no solo sea un factor de riesgo, sino una causa", opina.

Aunque los científicos están empezando a desentrañar estos mecanismos, muchos siguen siendo un misterio. Pero en los últimos años hubo un cambio muy marcado: el envejecimiento ya no es considerado necesariamente como un desgaste inevitable de los componentes del cuerpo, sino como un conjunto específico de procesos biológicos que la evolución programó en los genes.

De ser así, debería ser posible encontrar fármacos que interfieran con esa programación, un objetivo central en varios laboratorios de todo el mundo que utilizan métodos computacionales y experimentales para identificar compuestos que funcionen como fármacos para la longevidad.

Cada vez hay más evidencia de que estos fármacos también podrían contribuir a la preservación de la salud, y el fármaco que muchos investigadores antienvejecimiento consideran más prometedor es la rapamicina. Fue aprobada en 1999 para suprimir el sistema inmunitario de pacientes que reciben trasplantes de riñón y así evitar el rechazo del órgano trasplantado. También se utiliza para tratar y prevenir ciertos tipos de cáncer. En 2012, un estudio descubrió que los nematodos expuestos a la rapamicina aumentaron diez veces su esperanza de vida, que en promedio es inferior a las dos semanas. Se desconoce por qué funciona, pero desde entonces se demostró que prolonga la esperanza de vida de animales muy diferentes, como moscas y ratones. Actualmente se está estudiando en perros y monos.

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Son varios los investigadores de diversas instituciones que creen que el fármaco podría ser probado bajo ensayos clínicos en seres humanos. La Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) aún no aprobó ningún estudio, a pesar de que el medicamento ya está aprobado para otros fines, debido a que la rapamicina se asoció con un mayor riesgo de cáncer e infecciones, entre otros efectos secundarios, administrada en dosis altas en personas que ya padecían afecciones graves.

Los investigadores también están prestando atención a los medicamentos que destruyen las células senescentes (células que han dejado de dividirse). Proliferan con el envejecimiento, y la hipótesis es que si son eliminadas hay ciertos medicamentos (denominados senolíticos) que podrían potenciar la salud.

Por ahora hay poca evidencia de que estas drogas retrasen el envejecimiento, aunque parecen tener algunos efectos beneficiosos en diversas enfermedades en animales, incluyendo cáncer y cardiopatías. Como algunos fármacos senolíticos están presentes de manera natural en ciertos alimentos o han sido aprobados para tratar enfermedades específicas, y generalmente presentan pocos efectos secundarios graves, la FDA ya aprobó ensayos clínicos con fármacos senolíticos contra enfermedades asociadas al envejecimiento.

 

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por R.N.

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