Un estudio publicado en Science Advances realizado por especialistas de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, que confirmó que los espacios verdes ayudan a retrasar el envejecimiento. Según el informe de la institución estadounidense, las personas que tienen acceso a espacios verdes son en promedio 2,5 años biológicamente más jóvenes que las que no lo tienen.
“Vivir cerca de espacios verdes puede ayudar a ser más joven que lo que indica la edad real”, señaló Kyeezu Kim, una de las autoras del estudio y becaria postdoctoral la Universidad Northwestern. Y añadió: “Creemos que nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas para la planificación urbana en términos de expansión de la infraestructura verde para promover la salud pública y reducir las disparidades en la salud”.
En ese aspecto, se estima que más de la mitad de la población mundial ahora vive en áreas urbanas y se proyecta que alrededor del 68% lo hará para 2050. Los espacios verdes en esas zonas, incluidos los parques, los techos verdes y los jardines comunitarios, brindan servicios ecosistémicos críticos y sus beneficios potenciales para el envejecimiento saludable se estudian desde hace años.
Más allá de todos los beneficios comprobados que otorga vivir cerca de espacios verdes, no está claro si los parques realmente retrasaron el envejecimiento a nivel celular. Para investigar esta hipótesis, el equipo de científicos examinó las modificaciones químicas del ADN conocidas como metilación. Para esa verificación, se observaron trabajos anteriores que han demostrado que los llamados relojes epigenéticos basados en la metilación del ADN pueden ser un buen predictor de condiciones de salud frente a diversas enfermedades y una forma más precisa de medir la edad.
Para la investigación, Kim y sus colegas siguieron a más de 900 personas de cuatro ciudades estadounidenses durante un período de 20 años, de 1986 a 2006. Usando imágenes satelitales, el equipo evaluó qué tan cerca estaban las direcciones residenciales de los participantes de los espacios naturales y los parques circundantes, y comparó estos datos con muestras de sangre tomadas en los años 15 y 20 del estudio, para determinar su edad biológica.
El equipo construyó modelos estadísticos para evaluar los resultados y controlar otras variables, como la educación, los ingresos y ciertos factores de comportamiento de los participantes, como fumar, que podrían haber afectado los resultados. Los científicos descubrieron que las personas cuyas casas estaban rodeadas por un 30% de espacios verdes dentro de un radio de cinco kilómetros a la redonda eran, en promedio, 2,5 años más jóvenes biológicamente en comparación con aquellas cuyas viviendas estaban rodeadas por un 20% de cubierta natural.
Las personas negras con más acceso a espacios verdes eran solo un año biológicamente más jóvenes, mientras que las blancas eran tres años más jóvenes. "Creemos que nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas para la planificación urbana en términos de expansión de la infraestructura verde para promover la salud pública y reducir las disparidades en la salud”, aseguró la investigadora y detalló: “Otros factores, como el estrés, las cualidades del espacio verde circundante y el apoyo social, pueden afectar el grado de beneficios de los espacios verdes en términos de envejecimiento”.
Finalmente, los próximos pasos del equipo serán investigar el vínculo entre los espacios verdes y los resultados de salud específicos. “Tampoco está claro cómo exactamente la vegetación reduce el envejecimiento, solo que lo hace. Ahora, al menos, tenemos más y mejores evidencias científicas para aumentar y promover el uso de los espacios verdes urbanos, aunque quedan muchas aristas que rastrear”, concluyó la especialista universitaria.
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por R.N.
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