Si comparamos por el volumen de personas que utiliza cada red social en nuestro país, los 5 millones de usuarios de Twitter parecen poco frente a los 31 millones que tienen Facebook o los 21 millones que tiene Instagram.
Pero (siempre hay un pero), la red social del pajarito tiene un condimento especial que ninguna otra tiene: es la principal arena política fuera de los canales habituales de debate, y la favorita de los políticos argentinos para comunicarse en forma directa y dinámica con la gente. Y en la que más se advierte también el paso al ostracismo de algunos funcionarios.
Todo esto se vio, especialmente con los recientes cambios que sufrió el gabinete de Alberto Fernández, luego del cachetazo electoral de las PASO y la incendiaria carta de su socia política, Cristina Fernández de Kirchner.
A la velocidad de la luz, los ministros entrantes quisieron imponer su agenda y su estilo a través de Twitter. Y los que cayeron en desgracia, lo evidenciaron a través de un silencio atroz. Tomemos, por ejemplo, el caso de Sabina Frederic, flamante ex Ministra de Seguridad de la Nación, quien dejó su cargo el pasado 20 de septiembre en manos de Aníbal Fernández.
Frederic se inclinó directamente por cerrar su cuenta de Twitter con el siguiente mensaje: “Es un honor para mí haber sido parte del equipo de @alferdez (Alberto Fernández) desde el inicio de su gestión. Agradezco a las y los trabajadores del @MinSeg (Ministerio de Seguridad) y de las Fuerzas la oportunidad de contribuir a una seguridad federal y democrática por la cual seguiré trabajando y militando”.
Frío como abrazo de pingüino. En contraste, su reemplazante Aníbal Fernández, activó la batería tuitera lanzando sólo en la primera semana en el cargo, 109 tuits propios y varios RTs a medios oficialistas. Manteniendo su estilo confrontativo, entró además en debates con Martín Tetaz y hasta el caricaturista Nik.
Algo similar, en volumen, estilo y contundencia del recambio, se observa al analizar la asunción de Juan Manzur como Jefe de Gabinete de Ministros, reemplazando en ese rol a Santiago Cafiero, hasta ahora mano derecha del Presidente, y caído en desgracia al ser “relegado” como Canciller de la República.
Segundo el ranking tuitero de los nuevos inquilinos del poder, Juan Manzur ostenta 74 tuits en su primera semana en el cargo, algo que contrasta brutalmente con los apenas 4 comentarios realizados por Cafiero en sus primeros días, allá por los felices últimos días de 2019.
Santiago Cafiero, al igual que su Presidente, es un fanático del retuiteo compulsivo: en su primera semana en el cargo no publicó nada, sólo se limitó a replicar contenido de cuentas oficiales.
Aunque a años luz de distancia, los restantes nuevos Ministros también aumentaron su volumen tuitero en los primeros días en el cargo. Daniel Filmus, como Ministro de Ciencia y Tecnología, realizó 30 publicaciones; Julián Domínguez, como Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, hizo 14; y el que menos publicó fue el nuevo ministro de Educación, Jaime Perzyck, con solo 7. Todos ellos juntos no llegan a la marca de Manzur, y ni a la mitad del tuitstar de Aníbal Fernández.
Para concluir, lo cierto es que la incorporación de Juan Manzur y Aníbal Fernández al Gabinete Nacional supuso, además de su aporte al “volumen político” del equipo de Casa Rosada, un giro de 180 grados a cómo se venía comunicando en esas dos áreas tan representativas para todo Gobierno, como la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Seguridad. Resta preguntarse: ¿podrá el binomio tuitero mantener este ritmo hiperactivo, parte de la nueva estrategia comunicacional del gobierno? Sólo Twitter y el tiempo lo dirán.
Daniel Vico, licenciado en Comunicación Periodística. Consultor Político y Digital Strategist.
por Daniel Vico
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