Friday 29 de March, 2024

PERSONAJES | 02-04-2015 07:44

Marina Calabró: “No me imaginaba en los medios”

La panelista de TV habla sobre prejuicios, el peso del apellido, el horror de la desmentida y sus ganas de incursionar en programas políticos.

Marina Calabró es Marina Calabró. Es de Perogrullo, pero cuesta encontrarse entre tanta medalla, cucarda y lastre a cuestas. La hija del inolvidable actor y hermana de la vedette, politóloga formada y periodista de escote hipnótico, ocupa por prepotencia de trabajo un lugar de opinión en la tele. Con su telefonito rebosante de “notimensajes”, después de cuatro años y medio en el “Infama” de Santiago del Moro, pasó a “Intrusos” con Jorge Rial, una etapa nueva en la grilla de América.

“Estoy muy feliz con la decisión de Santiago de centrarse en “Intratables” y, por mi parte, de estar en el mejor lugar para mi especialidad porque “Intrusos” es como el Barça del periodismo de espectáculos”, dice Calabró, morena, menudamente curvosa, discurso sin balbuceos y sexy como de contrabando.

Noticias: ¿Hay acomodos en la tele?

Marina Calabró: A todos alguien nos puso alguna vez. Siempre puede haber una oportunidad. Creo que a la larga o a la corta el talento se impone, en todos los rubros. No creo en los estándares de lo mejor versus lo peor.

Noticias: ¿El apellido famoso ayuda a conseguir trabajo?

Calabró: Sí. Me abrió la puerta a las primeras incursiones porque te genera visibilidad de entrada. Por ejemplo, estar en el programa de (Bernardo) Neustadt en una mesa de hijos de famosos hablando de actualidad. Fue así, porque me escuchó opinar en algún lado y le gustó, que me llamó Daniel Hadad a fines de los ´90 para la radio, como columnista de actualidad. Estaba recién recibida y pensé que lo mío iba a ser la asesoría política, no me imaginaba en los medios, al menos no de manera consciente.

Noticias: ¿Cuándo da el volantazo de la actualidad política a la del espectáculo?

Calabró: En “Yo amo a la TV”, con Guillermo Blanc. Se hace una vacante porque Jorge Lafauci se iba y Guillermo, que es amigo de la familia de toda la vida, me llama. A mi papá le gustaba mucho el programa, era un tipo de abordaje al espectáculo que ya no se hace. No tenía ningún prejuicio con el programa, al contrario, el prejuicio era conmigo misma, el poder estar a la altura porque yo no era ni periodista, era una politóloga y no conocía del tema, apenas era una espectadora de tevé.

Noticias: ¿Su papá la criticó por hacer ese camino diferente al de sus estudios?

Calabró: Sí, le hacía ruido pero no desde el prejuicio o de creer que era algo menor, sino que temía que no tuviera la solvencia necesaria, me veía como una arribista en el mundo de los espectáculos.

Noticias: ¿Por qué supone que no fue convocada para la especialidad en que se había formado?

Calabró: No sé. No apareció esa posibilidad y me dejé llevar por lo que surgió y me sentí cómoda. Hice seis temporadas en “Yo amo a la TV” y la pasé genial, ganando poco. Le fui tomando el gusto. Seguí en “Contalo, contalo”, con Carlos Monti; en “Hechiceras”, en el Trece; en Canal 26 y Crónica TV; hasta que me llama Santiago para “Infama”.

Noticias: ¿Le generó alguna contradicción?

Calabró: No. Soy cero prejuicio. No hay dilema. Santiago me ayudó mucho en ese aspecto. Es un hombre liberado de prejuicios y me marcó a fuego para tener la convicción de que uno solo es quien es y anda siempre con lo puesto, más allá del tema circunstancial del que te toque hablar o del género en que incursiones. Mi ingreso a “Infama” me terminó de liberar del prejuicio externo. Cuando aparecí con la mini, el escote, las extensiones, Evelyn von Brocke preguntó si yo era periodista o vedette, y jugué con esa contradicción porque entiendo que siempre necesitamos encasillar al que habla.

Noticias: ¿Con su hermana Iliana desde chicas tenían divididos los roles: una, los escenarios, la otra, el estudio?

Calabró: Un poco sí. Fue mi manera de diferenciarme en la familia, creo.

Noticias: Pero después afloró el deseo de mostrar el cuerpo.

Calabró: Porque empecé a preguntarme sobre el lugar donde estaba parada, si era el lugar elegido o el que me había quedado. Y tuvo que ver, como decía, con romper prejuicios. ¿Por qué tenía que ser uno o lo otro? Y con cuestiones de la edad, de acercarse a los cuarenta y pensar que son los últimos cartuchos. Esas cosas quedan latentes, y cuando aparece el resquicio, salen, como pasó en “Infama”. Santiago discutía con la vestuarista, decía que mi look no tenía identidad, que era de medias tintas. Quiso jugar al contraste entre el look sexy y el discurso estructurado, de convicción en la batalla, y eso reflejó algo que estaba en mí. Hasta hice la tapa de la revista Hombre, que hoy veo y digo “qué caradura”.

Noticias: ¿Cómo vivió Iliana ese cambio suyo?

Calabró: Fue una de las primeras sorprendidas. A ella también le hacía ruido, no lo esperaba de mí, decía “está buscando su camino, tiene que definirse”. Después las cosas se acomodaron.

Noticias: ¿Son amigas?

Calabró: Somos hermanas, no sé si somos amigas. La amo profundamente, tenemos una relación muy armoniosa, de respeto a las diferencias y a los tiempos, y de bancarnos cuando las papas queman aunque tengamos miradas distintas.

Noticias: ¿Volvió a hablar con ella sobre la investigación de Jorge Lanata que involucró a su entonces cuñado, Fabián Rossi?

Calabró: Alguna vez lo hablamos y creo que entendió que jamás quise hacerle daño, que a ella le había pasado un tsunami por arriba y que eso que yo pude hacer era poco o no lo suficiente que ella esperaba de mí. Estaba en un lugar incomodísimo, en un canal donde el tema era central, donde hablo de los demás y no hablar de mí era casi un mamarracho. Santiago me llamó la noche del informe de Lanata y me dijo: “De acá no salís ilesa porque si no hablás, sos cómplice; si te vas, sos cobarde; si hablás, Figuretti; si apoyás a tu hermana, parcial; y si no la defendés, no querés a tu familia. Un costo vas a pagar y tenés que elegir en función de tu honestidad y conveniencia”. Traté de ser imparcial y no hablar de la cuestión de fondo porque me excedía y me excede hasta hoy. Mi hermana quería que me guardara y yo tenía requerimientos de la empresa para la que trabajo, es difícil no responder a tus jefes. Sin embargo, Santiago me dio libertad para hacer lo que quería. Y Rial me llamó otro día y me dijo: “Te estamos carneando, guardate”.

Noticias: ¿Valora la actitud de ambos?

Calabró: En esta selva, sí. Lo valoro y lo agradezco porque fueron los únicos que tuvieron ese gesto: Jorge, con quien casi no tenía contacto, y Santiago, mi hermano, lo adoro, es un fuera de serie. Me hace acordar mucho a mi papá en su forma de encarar el laburo, proteger su intimidad y su familia, es metódico como era “Cala”.

A los cinco años, Mía, rubia de pelo largo, no se parece a la mamá. “Saldrá a la familia del padre”, responde Calabró, refiriéndose a su ex, el consultor psicológico Martín Virasoro. Antes estuvo casada con el chef Maximiliano Ambrosio y ahora, desde hace casi dos años, está en pareja con Martín Albrecht, director comercial de América. “Somos muy novios, no convivimos y estoy enamorada como nunca en la vida. Estamos bien así, tal vez cuando los chicos sean más grandes pensemos en la convivencia. Ya sabemos que más hijos no, él tiene tres y yo una. Es totalmente revolucionario lo que me pasa con él, nos entendemos sin hablar, ¡estamos enamorados!”, repite Calabró que convive con Mía y el gato Dolce, “el auténtico malcriado de la casa”.

Noticias: ¿Cómo ve este año político?

Calabró: Hay un olor a fin de ciclo que ya venía por otros indicadores y desde la muerte de (Alberto) Nisman se agravó. Es una oportunidad para todo lo que no huela a continuidad. Es desolador lo que pasó. Lloré mucho. Tenés la sensación de vivir casi en un estado mafioso. Cuando no hay república, hay una sensación de anomia, de impunidad; es devastador, ojalá se sepa la verdad. La Presidenta no estuvo a la altura de las circunstancias con esa carta payasesca que publicó en Facebook hablando de ella. Debió dar un gesto de grandeza y defraudó una vez más. No importa la verdad sino salvar la ropa. Da vergüenza y no hace más que abrir la grieta.

Noticias: ¿Le gustaría que la llamaran de un programa netamente político?

Calabró: Bueno, sí, tengo a la politóloga contenida. Pero soy funcional al conductor con el que trabajo. Si decide que tal tema garpa, allá vamos.

Noticias: ¿Qué extraña de su papá?

Calabró: Todo. Extraño sus llamados después del programa para felicitar o criticar. Era un solucionador, podías ir con cualquier problema y, si podía, te ayudaba. No quería que criticara a Mirtha Legrand, era su obsesión, siempre llamaba para defenderla. Extraño eso.

Noticias: Trabajó con Ricardo Fort en “Fort Night show”, en 2012. ¿Cómo lo recuerda?

Calabró: Lo extraño. Era omnipresente, extraño sus mensajes de texto. No compartí tanto, no era parte de su séquito ni de sus viajes a Miami, no quería ser parte de ese circo que lo rodeaba porque mi cariño era genuino hacia él. Me despertaba ternura, era muy intuitivo. Teníamos en común la relación con nuestros viejos, tenía actitudes que eran para matarlo pero creo que le habría perdonado todo. Ha tenido gestos increíbles: cuando papá estaba mal, me llamó desde Miami para decirme que querría estar en su lugar para aliviar nuestro dolor y su propio dolor. Él sabía que yo era de las pocas que no quería nada de él. Me regaló un Rolex de oro macizo con brillantes y cuadrante madreperla que rechacé. Me veía como el bicho raro y a la vez le divertía, eso lo enganchaba conmigo.

Noticias: Marina, como periodista especializada en primicias y chimentos, ¿se mandó algún moco?

Calabró: Sí. Soy de chequear varias veces pero si una fuente cercanísima en la que confiás te dice que Karina “la Princesita” está embarazada, le creés. Después resulta que esta fuente había malinterpretado una charla que tuvo con ella. Y detesto la desmentida, para mí no es parte del chimento, como dicen otros periodistas, no me gusta que me pase. Aunque esa información no implique el destino del país, hago como que sí.

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por Leni González

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