Thursday 9 de May, 2024

PERSONAJES | 14-03-2023 07:59

Esteban Guerrieri: “A los sueños hay que ir a buscarlos”

El piloto de automovilismo comparte sus difíciles comienzos y el acercamiento al coaching.

Esteban Guerrieri es uno de los más destacados pilotos argentinos que compite en el exterior. Tanto que, tras ganar la corona de la Fórmula Renault local en 2000 con sólo 15 años, en monoplazas fue tercero en la F-Renault Alemana en 2002; subcampeón de su par italiana en 2003; campeón del Master Europeo de F-Renault en esa misma temporada; tercero en la World Series by Renault en 2010; y dos veces subcampeón de la Indy Lights en 2011 y 2012, siendo el único compatriota en ganar en Indianápolis.

Sin embargo, en ese trayecto, el oriundo de Mataderos debió afrontar momentos difíciles económicamente. Al punto que, para seguir corriendo, accedió a dormir en un taller y barrerlo por las mañanas. Aunque lejos de aflojar, esas situaciones lo terminaron fortaleciendo, llegando incluso a acariciar su sueño de llegar a la Fórmula 1.

Hoy, con 38 años, radicado en Barcelona con su mujer Marie y su pequeño hijo Milito, Guerrieri lleva varias temporadas como piloto oficial Honda en el WTCR, el Mundial de Autos de Turismo, con un tercer puesto final en 2018 y un subcampeonato en 2019. Pero también co-dirige el TCR South América, una regional del WTCR; debutará en 2024 con Vanwall en el WEC, el Mundial de Resistencia; y creó su propio método para superar frustraciones.

“Momentos complejos tuve desde chico. De hecho, en 1999 no pude seguir corriendo en karting porque mi familia no tenía más dinero —cuenta—. Ahí, mi papá, a modo de inversión, me llevó a una escuela de autos de fórmula para estar lo mejor preparado posible por si se daba la oportunidad de saltar a la F-Renault, donde fui campeón al año siguiente. En 2001 se armó el proyecto del Lincoln Sport Group, que empezó a apoyar a jóvenes pilotos argentinos para competir en Europa. Tuve la suerte de estar en el momento y en el lugar indicados. Sino, quizás, mi campaña se terminaba ahí”.

Noticias: ¿Cuál fue el primer traspié en el exterior?

Esteban Guerrieri: Fue luego de un gran 2003. Ya en Argentina, voy a ver a Julio Gutiérrez, que siguió siendo mi manager tras la disolución del Lincoln Sport Group por la crisis económica de 2001-2002, y me dice: “Se terminó el proyecto, no puedo bancarte más”. Me quedé helado porque acababa de ser campeón. Volví a Europa y contacté con gente que había conocido, como el dueño de la Cram, la escudería con la que había sido campeón, para ver si podía alojarme por un tiempo; y con el auto con el que movía por Europa, al que sólo le quedaba un mes de seguro, me fui hasta Mónaco a ver a Toto Wolff, el hoy director de Mercedes F1, que en ese momento era manager de pilotos y ya me había dicho que fuera a verlo cuando estuviese libre. Pero era casi marzo y ya tenía todo armado. Igual, me ofreció un contrato sin asegurarme dónde iba a correr en 2004, pero con la perspectiva de competir en 2005 en la F3 como piloto Mercedes. Eso no se dio porque Julio y mi papá me aconsejaron no firmar nada que no me asegurara 100% un programa. Igual me seguí entrenando en el gimnasio como si la oportunidad estuviera a la vuelta de la esquina. 

Noticias: Y la estaba, porque saltó a la Fórmula 3000, la actual F2 y antesala de la F1.

Guerrieri: Sí, y me fue bastante bien porque terminé sexto, pero esa convocatoria fue sorpresiva. Situaciones inciertas tuve muchas, pero siempre creí que con pasión, paciencia y perseverancia, todo es posible.

Noticias: Como cuando casi de la nada, llegó a luchar por el cetro de la World Series by Renault y eso le significó una oferta en F1.

Guerrieri: Sí, a inicios de 2010 no sabía dónde iba a correr ese año, y de repente, el dueño de un equipo checo a cuyo hijo, que también corría, le había hecho de coach, me invita a correr la primera fecha de la temporada. Yo le pedí dos, porque una sola era algo azaroso, y al final, con seis victorias terminé peleando el título hasta la última carrera. Eso hizo que el team manager de Virgin, John Booth, me ofreciera un contrato para correr en 2011, lo que no se dio porque no conseguí el apoyo económico necesario. Igual sentí que el objetivo estaba cumplido, porque siempre le di para adelante y en la vida hay circunstancias que uno no puede controlar. Correr no es sólo acelerar. A mí, casi todas las oportunidades se me dieron por estar siempre ahí, por relacionarme, por tener un buen feedback con el equipo técnico, por comprometerme con todo el equipo.

Noticias: Recién mencionó la pasión, la paciencia y la perseverancia, los tres pilares de su método de coaching. 

Guerrieri: Lo llamo el método de las tres “P”, donde la pasión es el motor de todo. Pero a los sueños hay que ir a buscarlos, porque el entorno no siempre ayuda y eso nos hace pensar que la meta es inalcanzable. Después, en la paciencia son importantes la convicción, ser proactivo y el coraje, para cuando llegue la oportunidad, aferrarse a ella, porque a veces nos tiembla el pulso. Y en cuanto a la perseverancia, creo que el éxito es la sumatoria de pequeños esfuerzos diarios, no tomo al resultado como un valor en sí, sino como un proceso; y en ese proceso hay que vivir el error como una oportunidad para empezar de nuevo con más experiencia.

Noticias: En una charla por Instagram con el coach Daniel Colombo dijo que su forma de vivir el automovilismo también lo ayudó a ser mejor persona. 

Guerrieri: Estoy muy agradecido al automovilismo, porque me ayudó a crecer como persona. Al principio, sólo quería ser mejor piloto, pero con el tiempo me di cuenta que para lograrlo, primero me tenía que desarrollar como persona. Es el crecimiento individual lo que me ayuda a ser mejor piloto. También comparto mi experiencia en charlas en escuelas. Siempre quise desarrollarme en ese camino, el de compartir mi aprendizaje y los valores que eso me dejó, para poder ayudar a otros en su inspiración.

Noticias: En una sociedad tan competitiva, donde todo se mide por los resultados, ¿qué le dice a los exitistas?

Guerrieri: Que el éxito no es sólo el resultado, sino haberlo dado todo por lo que a uno le apasiona. Después, hay circunstancias que escapan a uno. Lo ejemplifico con lo de la Selección Nacional en la final de Qatar: si “Dibu” Martínez no hubiese atajado con la pierna esa pelota sobre el final del partido, ¿Messi sería menos campeón que ahora? No, Lionel no es más grande por haber levantado la copa. Él hizo todo para lograrlo.

por Sergio Nuñez

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