La llegada de los primeros seis aviones F-16 a Argentina marcó un hito militar para el gobierno de Javier Milei. Adquiridos a Dinamarca por US$ 301,2 millones, estos cazas supersónicos representan la recuperación de la capacidad aérea supersónica perdida en 2015 con el retiro de los Mirage. En un acto en Río Cuarto, Córdoba, Milei celebró el evento como un símbolo de soberanía, afirmando: "Hoy más que nunca podemos decir que las fuerzas del cielo nos están acompañando". Criticó duramente al kirchnerismo por dejar al país "indefenso" durante décadas, motivado por "intereses ideológicos y partidarios", y por demonizar a las Fuerzas Armadas explotando la dictadura para fines políticos.
El evento incluyó un vuelo rasante sobre el centro porteño, pasando por la Plaza de Mayo, el Obelisco y el Congreso, a unos 600 metros de altura. Cientos de personas se congregaron espontáneamente, agitando banderas y expresando orgullo nacional. Los aviones, cuatro biplaza y dos monoplaza, viajaron desde Dinamarca con escalas en España, Canarias y Brasil, apoyados por tanqueros estadounidenses KC-135. Para el Gobierno, esto no solo moderniza la Fuerza Aérea, sino que envía un mensaje geopolítico de alineamiento con Occidente.
Debate. Pero la adquisición genera un intenso debate: ¿son estos F-16 obsoletos o útiles? Diseñados en los '70 por General Dynamics (hoy Lockheed Martin), entraron en servicio en 1978. La versión comprada incluye modernizaciones en guerra electrónica, software y hardware por la danesa Terma. Expertos como Carlos Rinzelli, ex piloto, destacan su versatilidad, velocidad supersónica (hasta 2.500 kilómetros por hora) y maniobrabilidad. Sergio Eissa, analista de defensa, ve la compra como necesaria ante la debilidad defensiva argentina, aunque advierte limitaciones: no pueden operar cargados en Malvinas sin reabastecimiento aéreo adecuado (el Hércules C-130 local no sirve). Andrés Serbin Pont la califica de clave para reemplazar flota obsoleta desde los '90.
El ministro de Defensa saliente, Luis Petri, defendió la operación: "No entienden nada. Lo que hay que preguntar es qué hicieron ellos". Resaltó su rol en disuasión y vigilancia aérea, permitiendo control total del territorio y respuesta rápida (Tandil-Buenos Aires en 12 minutos). Acusó a gobiernos previos de no comprar nada y promover el "destrato" a las Fuerzas Armads. Críticos, como el ex ministro Agustín Rossi, argumentan que se priorizó el alineamiento con Estados Unidos. sobre opciones chinas JF-17, más baratas y nuevas. Otros señalan que son de segunda mano con poco tiempo de vida, sin radares para vigilar Malvinas y solo para entrenamiento, sin artillado completo.
Un punto controvertido es el costo comparado con Rumania. Ese país compró 18 F-16 a Países Bajos por un euro simbólico, asumiendo 21 millones de euros en logística. Destinados a una escuela OTAN para entrenar pilotos (posiblemente triangulados a Ucrania), forman parte del reemplazo europeo por F-35 ante la amenaza rusa. Argentina, en cambio, pagó US$ 301,2 millones por 24 operativos más uno de entrenamiento, en cinco cuotas sin interés, más US$ 40 millones de subsidio estadounidense y $44.694 millones en infraestructura local (2024-2027). Diferencias clave: Rumania paga simbólicamente por aviones para OTAN, mientras Argentina asume un gasto millonario por unidades de segunda mano. Los críticos cuestionan si el precio justifica la utilidad limitada.
Más dudas. Otro antecedente es Colombia, que descartó F-16 similares en 2023 por obsolescencia y optó por 17 Saab Gripen E/F suecos. Consideraron que los F-16 eran viejos y caros de mantener.La polémica escaló con el cruce entre el canciller Pablo Quirno y el diplomático jubilado Héctor Torres. El 6 de diciembre, Torres tuiteó: "¿Chatarra? Dinamarca reemplazó los F-16 que les compramos por F-35. Lo más sugerente es que el Reino Unido fue consultado y no objetó la venta". Quirno respondió amenazante: "Le recuerdo que usted se describe como miembro del Servicio Exterior. Aun siendo pasivo, debería actuar según su posición, no usarla para describirse o renuncie". Torres retrocedió: "Compartí un sentimiento personal, no fue crítica a la política exterior. Acepto su reprimenda". Diplomáticos de carrera criticaron la intimidación a un jubilado por opinar, destacando tensiones entre el gobierno libertario y la Cancillería tradicional.
Los F-16 simbolizan para Milei la restauración de la soberanía, pero el debate persiste: ¿inversión estratégica o gasto innecesario en tecnología cuestionada?














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