El gobernador bonaerense Axel Kicillof acaba de dar un paso que lo reposiciona en el tablero nacional: asumió un tono más componedor, habló de consensos internos y se proyectó como presidenciable de cara a 2027. Lo hizo en una entrevista en Delta 90.3 con Mauro Federico, el periodista al que en el peronismo reconocen como responsable de haberle dado aire a la victoria del oficialismo tras revelar los audios de Spagnuolo.
Discurso de amplitud
Kicillof no dejó pasar la oportunidad de cuestionar con dureza a Javier Milei, pero lo hizo desde una narrativa que mezcla la denuncia con un llamado a la responsabilidad política. “Estamos en campaña y hay que hablarle a todos los públicos y más en una situación de gravedad como la que genera Milei. Amerita salir a hablar ante la sarta de mentiras que dice el gobierno en los medios, sin que nadie y los propios periodistas le refuten alguna mentira”, sostuvo.
El gobernador describió al actual oficialismo como un “experimento nefasto” que “hace agua por todos lados” y que “está destrozando empleos, empresas y quiere malvender empresas públicas”. Sin embargo, su lectura no se limitó a la denuncia: planteó la necesidad de sostener la paz, la democracia y el peronismo como marco de contención frente a la crisis.
Golpe de realidad
Otro de los pasajes más resonantes fue cuando apuntó a la hermana del presidente. “El problema no son las internas sino la cantidad de acusaciones. Karina Milei es la presidente sin votos. Ayer la escondieron en la cadena. El día que perdió la elección fue un cimbronazo porque pensaban que tenían un cheque en blanco y pasarían por arriba de la democracia, pero recibieron un golpe de realidad.”
El análisis le permitió mostrarse como dirigente institucionalista, en contraste con la lógica de concentración de poder que atribuye al oficialismo.
Ajuste, FMI y jubilados
Kicillof también marcó contradicciones en la estrategia económica del Gobierno nacional. “Veo un intento de decirle a los mercados y al FMI que van a seguir con un ajuste feroz y al mismo tiempo le hacen un guiño a alguno de los sectores víctimas de sus políticas. Es contradictorio porque además dijo que no puede darle un centavo más a los jubilados o las universidades.”
Para el gobernador, lo que se presenta como alivio es apenas maquillaje: “Lo que le quitó a las universidades fue el 40% del salario docente y ayer hablaba de un incremento real del 8%, que es una miseria”.
Liderazgo compartido
En el tramo más político de la entrevista, Kicillof reveló conversaciones con Cristina Kirchner y destacó el gesto de unidad que permitió la boleta conjunta en Buenos Aires. “Se tomó una decisión generosa y sabia de todos los sectores, lo hablé con Cristina y fue lo que ocasionó la boleta conjunta, se trabajó bien y antes de la votación mandó un mensaje positivo. Lo valoro y lo veo como positivo de parte de todos los sectores.”
Ese reconocimiento público de consensos internos es leído en el peronismo como un movimiento calculado: Kicillof se aleja del perfil dogmático que lo acompañó en otros momentos y se acerca a una figura con proyección nacional.
El cierre de la entrevista dejó un mensaje de mayor alcance: “Es importante, como ya lo dije, la paz, la democracia y el peronismo. No hay que subestimar a un gobierno que va contra los dirigentes que no estamos de acuerdo y la democracia”.
Con esa frase, Kicillof se plantó no solo como opositor frontal de Milei, sino también como garante de estabilidad institucional. El gobernador bonaerense parece haber entendido que la victoria en la provincia lo coloca en la línea de largada hacia 2027, y que el discurso centrista y componedor puede ser la llave para proyectarse más allá del electorado propio.
por R.N.















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