Dice el diccionario de la RAE que empatía es la “capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”. Ese fue el concepto que Facundo Manes eligió para la campaña que lo llevó del norte al sur del país, en la búsqueda de convertirse en candidato para el 2023. Pero poco de empatía ha conseguido el radical por parte de sus aliados.
Es que Manes se convirtió en el más desafiante de los dirigentes de Juntos por el Cambio, pero no hacia afuera, sino hacia adentro de la coalición. Amparado en su carrera personal por fuera de la política, el diputado se le anima a la crítica interna, y esa rebeldía le vale el encono de todos. Desde el PRO y la Coalición Cívica, pero también desde el radicalismo.
Al espacio de Macri le dijo que estaba en “un extremo” del arco político, tal como el kirchnerismo. Los “halcones” no tardaron en reaccionar. Con la UCR también tiene diferencias: eso quedó expuesto en Bariloche, cuando en un acto ni siquiera agarró el micrófono. Y a eso se suman los sucesivos rounds que disputa con Elisa Carrió. El neurocientífico no tiene paz.
Hostilidades. “Vamos a ganar y el PRO nos va a tener que acompañar”, arengó Manes a la tropa en Neuquén. El diputado quiere imponerse por sobre el espacio amarillo que, a esta altura del partido, es el que más candidatos a presidente presenta en la línea de largada.
También te puede interesar: "El Infiltrado": el apodo que le asignaron a Facundo Manes
Pero en esa búsqueda por desafiarlos, produce grietas internas cada dos por tres. La última, días atrás, cuando en una entrevista radial aseguró que “el kirchnerismo y el PRO están en los extremos y no pueden construir una mayoría social”. Fernando Iglesias lo calificó de “inaceptable” y protestó por el intento del radical de sumar “una pata peronista” a la coalición.
Lo de provocar al PRO no es nuevo para Manes. En agosto no firmó el pedido de juicio político a Alberto Fernández, luego de que el Presidente comparara al fiscal Diego Luciani con Alberto Nisman. Fue el único de los 116 legisladores de la oposición que no rubricó la solicitud. En la UCR intentaron restarle importancia al asunto que hizo estallar al PRO.
Manes ya había hecho un desplante al bloque en el inicio de sesiones ordinarias del Congreso, este año. Todos los legisladores de JxC se levantaron de sus pupitres cuando Alberto Fernández empezó a dar su discurso y él decidió quedarse. Dio lugar a una foto icónica: el radical sentado en soledad. “Me preguntan por qué me quedé: ya probamos con no escucharnos y así estamos”, se excusó.
Nadie ha sido tan duro con Manes como Carrió. La líder de la Coalición Cívica lo llamó “mitómano” y, aunque luego bajaron las tensiones, la relación entre ellos es nula. De todas maneras, cerca del neurocientífico relativizan las opiniones de la cofundadora de Cambiemos. “Está fuera de competencia ahora. La disputa será entre el PRO y la UCR. Ella no va a ser candidata, así que si bien es importante para el espacio, no juega acá”, señalan ante la consulta de NOTICIAS.
Interna. De su recorrida por Bariloche, Manes se trajo una nueva polémica. El diputado anunció que llegaría con su gira Empatía a esa ciudad, pero cuando arribó se encontró con los planteos de algunos dirigentes que estarían encolumnados detrás de Gerardo Morales. Su equipo de trabajo había armado un acto en una plaza que se superponía con el cierre del Encuentro Nacional de Mujeres Radicales, por eso decidieron darlo de baja y sumarse al evento organizado con anterioridad: escuchó atentamente a las oradoras y se fue sin hablar.
Desde principio de año, Manes y Morales representan los dos nombres del radicalismo de cara a las presidenciales. A pesar de que puedan mostrarse juntos, las rispideces entre ambos se harán moneda corriente en la recta final.
A fuerza de recorridas, el neurocientífico va cosechando adhesiones. Las últimas, del gobernador radical de Corrientes, Gustavo Valdés, y de dirigentes peronistas ligados a Juan Schiaretti. Todo sirve a la hora de sumar respaldos.
A esta altura, Manes ya se le animó a todos. Y está convencido de que su trabajo lo puede llevar a ponerse el traje de candidato de la oposición, sin la necesidad de profundizar la grieta. En la mesa chica del diputado radical lo defienden: “No busca rivalizar, busca liderar”. La diferencia a veces es difusa.
Gira nacional
En cada parada, Manes tenía al menos dos actividades obligatorias: pasar por el comité radical del lugar y dar una charla en la plaza principal. La primera para juntarse con sus correligionarios y la segunda para hablarle al público en general, muchas veces no politizado.
Esta semana culminó la primera etapa de Empatía, la gira del diputado que recorrió 70 ciudades con una colorida caravana de Fiat 500. Fue desde el norte del país a la Patagonia.
Desde octubre comienza una nueva parte de su carrera rumbo al 2023. “Vamos a ir un paso adelante en el contenido del discurso”, cuenta uno de los armadores. Y completa: “Hasta ahora queríamos exponer que se puede saltar la grieta. Ahora Facundo va a desarrollar su plan económico y de desarrollo”.
Comentarios