En su departamento de Uruguay y Juncal del barrio de Recoleta, Cristina Kirchner cumple la cuarentena contra el coronavirus como una vecina más. Pasó los primeros días entre Netflix, las videoconferencias con sus nietos y los llamados telefónicos a intendentes y otros dirigentes propios de la provincia de Buenos Aires.
Recién después de cumplir con los 14 días de aislamiento, por haber regresado el 22 de marzo de Cuba, fue acompañada por su custodia hasta la quinta presidencial de Olivos, donde volvió a encontrarse con Alberto Fernández tras casi un mes sin verse las caras. Fue el 7 de abril y el propio Presidente confirmó la visita de su “amiga”. Ese día no hubo foto, pero la cámara sí los retrató juntos nueve días después, cuando CFK se sentó a la mesa con Alberto, Horacio Rodríguez Larreta y el ministro de Economía, Martín Guzmán, para respaldar la propuesta argentina de renegociación de la deuda que ella misma propuso no pagar.
Al terminar la exposición, la ex presidenta volvió a recluirse en su departamento, donde intercala la poca actividad del Senado con la lectura de libros, una de las pasiones que heredó su hija Florencia.
por Daniela Gian y Rodis Recalt
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